Usted está aquí: Inicio

Miércoles, 11. Enero 2012 - 17:52 Hora
El día del Señor


ForumLibertas.com

La tramitación de la ley de la Comunidad de Madrid llamada de dinamización comercial significa la posibilidad de que todos los comercios abran en domingo; en otras palabras, la desaparición del día obligado de descanso semanal. Este hecho tiene unas repercusiones que van más allá del ámbito económico. En primer lugar y desde una perspectiva cristiana, tanto de fe religiosa como de tradición cultural, representa una ruptura grave. El domingo simboliza el día de descanso del Señor, aquel en que hombres y mujeres reunidos en sus familias dedican el culto a ÉL y esto es así desde el origen del cristianismo. El domingo es lo que diferencia la tradición cristiana de las procedentes de otras culturas, sean éstas islámica o judía. El católico cultural, aquel que se adscribe a dicha tradición pero no se reconoce en una fe religiosa, comparte este criterio sobre el significado de la fiesta dominical.

Las fiestas son mucho más que días de no trabajo, de descanso y ocio, son símbolos significantes que dan sentido al paso del tiempo. La sociedad surgida de la modernidad se caracterizó por una revolución en la consideración del tiempo. Éste pasó a formar parte de una manera opresiva de nuestras vidas dictando hora a hora lo que debíamos hacer. De ahí la importancia que adquirió la regulación de los periodos de descanso. Pero, junto con esto y antes que esto, hay el reconocimiento del sentido que aportan no solo los domingos sino las demás festividades, generalmente ligadas a un hecho religioso hoy asumido por la cultura de este país. Es precisamente a través de estas festividades, del domingo principalmente, que el tiempo en lugar de ser algo que nos desgasta se transforma en algo que nos aporta sentido y que podemos vivir en él y rememorar en él para alcanzar una mayor plenitud en nuestras vidas. Cuando todo se vuelve fugaz, la vida acaba careciendo de sentido, como sucede en la actualidad a tantas y tantas personas.

Pero, además, la festividad del domingo significa en la práctica la única oportunidad para que las familias, tan maltratadas, tan sujetas a causas de inestabilidad y ruptura, puedan encontrarse, puedan hacer proyectos juntos y llevarlos a cabo, puedan simplemente compartir la mesa. Acabar con la festividad del domingo en el sector comercial significa negar a las personas que trabajan en él, que son muchísimas, y a las que no haciéndolo tienen a alguien de la familia en esta actividad, un factor decisivo para su cohesión y vida familiar: la reunión, el encuentro de todos.

Hay también un apunte económico. La idea de que más días de apertura aumentan las ventas es un error. Las ventas están en función de la capacidad adquisitiva y la predisposición del consumidor. Y esta no va a aumentar significativamente con la desaparición del domingo como día festivo. Lo que sí va a suceder es un traslado de determinadas compras a los comercios que puedan abrir aquel día en detrimento que los que no lo hagan. En definitiva, se va a proceder a un desplazamiento a favor de las grandes empresas de distribución en perjuicio de los pequeños y medianos establecimientos. Tampoco éste es un hecho positivo. Una vez más se produce un deterioro o degradación de las clases medias, empobreciéndolas, una vez más se favorecen los procesos de gran concentración económica en nombre de una eficacia que no es tal.

Destruir el día del Señor es un grave error y por ello los cristianos han de hacer oír su voz con claridad y fuerza.

Último artículo publicado...  Artículos anteriores...

Iniciar sesión