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Viernes, 10. Febrero 2012 - 17:44 Hora
Reto a Dios y a la virgen de un médico ateo premio nobel


Once de febrero, fiesta de Ntra. Sra. de Lourdes. He aquí uno de los milagros más grandes obrados en Lourdes en la persona de una celebridad médica, extractado de la publicación Stat Véritas.

Puede ser un revulsivo y un serio toque para quienes niegan que se den hoy milagros, que se consideran ateos e incluso hacen mofa de los creyentes y de cuantos creen en Dios. He aquí la copia literal de un milagro tal como lo relata dicha publicación:
“Primero contar el milagro que fue causa de la conversión de Alexis Carrel. Alexis Carrel era premio Nobel de Medicina, y era ateo; y quiso reírse de Lourdes. Fue allí a demostrar que lo de Lourdes era una patraña, que aquello era mentira, que aquello era todo un fraude. Y así subió al tren de una peregrinación que iba a Lourdes.

En Lourdes existe una Oficina Médica donde hay médicos, de todas las nacionalidades y de todas las ideologías, que estudian a los enfermos antes y después de salir. Existe un libro, que se titula Curaciones milagrosas modernas, escrito por el doctor Leuret, director de la Oficina Médica de Lourdes. En ese libro hay radiografías antes y después de los milagros, con las firmas de médicos que garantizan que estas curaciones instantáneas de ninguna manera se deben a la medicina. Personas que entran con es­tas radiografías y salen repentinamente curadas.

Este es el caso de Alexis Carrel, pre­mio Nobel de Medicina y ateo. Él iba a Lourdes a reírse. En el tren en el que iba, una enferma, que se llamaba Marie Ferrand Bayllie, se pone a morir. Piden un médico, y Alexis Carrel va a ver a aquella mujer que tenía, al parecer, una peritonitis. Alexis Carrel dice que esa mujer se muere, que esa mujer no llega a Lourdes. No hay nada que hacer. Está desahuciada. Sabía lo que tenía aquella mujer, y sabía que aquello era gravísimo. Entonces, de broma, dice:
-Bueno, si esta mujer se cura en Lourdes, entonces yo creería en Lourdes.

Dios le tomó la palabra. Aquella mujer llegó a Lourdes. Y ante los ojos atónitos de Alexis Carrel aquella mujer instantáneamente se cura de su enfermedad. Él cumple su palabra y se convierte.
Tiene un libro póstumo muy bonito, que se llama Mi viaje a Lourdes, donde cuenta su conversión.

En su libro póstumo "Viaje a Lourdes", el protagonista lleva el seudónimo de Dr. "Lerrac", que es su apellido al revés, Carrel. Allí, Alexis Carrel escribió:
"Y él se fue a la gruta, a contemplar atentamente la imagen de la Virgen, las muletas que, como exvotos, llenaban las paredes iluminadas por el resplandor de los cirios, cuya incesante humareda había ennegrecido la roca... Lerrac tomó asiento en una silla al lado de un campesino anciano y permaneció inmóvil largo rato con la cabeza entre las manos, mecido por los cánticos nocturnos, mientras del fondo de su alma brotaba esta plegaria:
Una oración muy bonita a la Virgen, en la que le da las gracias por haberle permitido presenciar aquel milagro maravilloso que le llevó a la fe”.
«Virgen Santa, socorro de los desgraciados que te imploran humildemente, sálvame. Creo en ti, has querido responder a mi duda con un gran milagro. No lo comprendo y dudo todavía. Pero mi gran deseo y el objeto supremo de todas mis aspiraciones es ahora creer, creer apasionada y ciegamente sin discutir ni criticar nunca más. Tu nombre es más bello que el sol de la mañana. Acoge al inquieto pecador, que con el corazón turbado y la frente surcada por las arrugas se agita, corriendo tras las quimeras. Bajo los profundos y duros consejos de mi orgullo intelectual yace, desgraciadamente ahogado todavía, un sueño, el más seductor de todos los sueños: el de creer en ti y amarte como te aman los monjes de alma pura...»



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