Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Domingo, 21. Mayo 2023 - 08:58 Hora
Solemnidad de la Ascensión
1L.- Ha llegado la hora de testimoniar el mensaje de de Jesús, con la palabra y con la vida ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»
2 L.- La plegaria del apóstol es que Dios: Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama. Porque conociendo en Cristo cual es el destino, trabajaremos con mayor empeño en obrar el reino.
Ev.- Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» Jesús nos da la certeza de su acompañamiento en los caminos de la historia, alentando nuestro peregrinar.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesús resucitado lleva a los apostoles a la montaña, donde solía retirarse para orar a solas. Allí asciende a los cielos para sentarse a la derecha del Padre.
La nube que lo oculta de su vista, tiene un profundo significado bíblico: la Gloria de Dios (para Israel, peregrino en el desierto, tenía la función de “guiar” de día y “alumbrar” de noche. Era símbolo de la cercanía de Dios).
Ahora, la nube de la Ascensión es revelación y ocultamiento.
-Revelación de que Jesucristo está sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros.
-Y ocultamiento porque no volveremos a verle con los ojos físicos; pero experimentaremos su cercanía.
Hemos de mantener la súplica en los labios lanzada al cielo, y los pies bien puestos en la tierra empleados en transformarla con el amor. La amonestación de los ángeles a los apóstoles nos zarandea: "¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse". Hay que dedicarse a “acelerar el Reino de Dios”, y preparar el retorno glorioso de Cristo.
Hay que mantener viva la confianza puesto que la consecuencia de la exaltación de Cristo es la esperanza a la que Dios nos llama, la riqueza de la gloria que da en herencia a los santos y la extraordinaria grandeza de su poder... Sabedores de que ésta es una etapa de itinerario que conduce al amor eterno de Dios.
Domingo, 14. Mayo 2023 - 08:21 Hora
VI Domingo de Pascua (Ciclo A)
1ªL. Felipe va a predicar a Samaria, acompaña su palabra de las mismas acciones de Jesús: saca los espíritus malignos y devuelve la salud a los inválidos. El fruto de la predicación es la alegría, los apóstoles envían a unos representantes a confirmar en la fe a quienes han sido bautizados. Con la imposición de manos reciben el don del Espíritu.
El Salmo invita a contemplar las maravillas de Dios, a admirarse por ellas y dar gracias. Dios continúa actuando sin negar nunca su amor a quien se dirige a él.
2ªL. Pedro exhorta a estar siempre dispuestos para dar razón de nuestra esperanza a cuantos pregunten por ella. Quien quiera dar razón de la esperanza, lo ha de hacer con mansedumbre, con respeto, sin mutilar el evangelio. Nos amonesta a que demos razón de nuestra esperanza con buena conciencia; sin doblez ni segundas intenciones, que seamos sinceros y honestos ante de Dios y los hombres.
EV. Jesús, a solas con sus discípulos cuando es inminente su desaparición física, les advierte que contarán con su ayuda y que experimentarán su presencia pero de otra forma, de manera bien distinta.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
¡Qué no decaiga la Pascua! Este es el sentido de la liturgia de hoy. No debemos hacer rutina de lo extraordinario. Estos días de Pascua hemos de vivirlos, con especial intensidad, celebrando el misterio de la resurrección.
Jesús, al despedirse de los suyos, les habla de una nueva forma de presencia y les promete el envío de otro defensor que los impulse a cumplir sus enseñanzas y manifestar así que le amamos de veras.
Son palabras de despedida y de aliento. Habla de una triple "venida": la del Defensor o Paráclito, la del mismo Jesús y la del Padre. Esa triple venida y su paz se hará palpable en aquellos que le amen con sinceridad; con un amor que se haga manifiesto en la observancia de sus preceptos.
El cristiano esta llamado a manifestar con su vida que el Espíritu de la verdad es quien le anima. No a afirmar con prepotencia que posee la verdad sino a hacerlo con «mansedumbre y respeto».
La razón que hemos de dar de nuestra esperanza ha de consistir: - en una «buena conducta» que dejará confundidos los que nos «calumnian», - y en el «padecimiento» por amor a la verdad, para asemejarnos más a Cristo. El mejor testimonio que podemos dar de él es imitarle.
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