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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Viernes, 20. Enero 2023 - 22:24 Hora
III Domingo TO (ciclo A)

1L.- Donde cundía la desesperación de los sometidos y dominaba el despotismo de los invasores, surge un canto de alabanza a Dios en boca del profeta.Las antorchas del ejército de Gedeón en medio de la noche espantaron a los opresores de Israel y disiparon sus temores, así la "luz grande" que brilla en la Galilea ocupada por los asirios.
2.- Las comunidades cristianas no tienen más que un solo Señor: Jesucristo. Los partidismos surgidos de grupos o de dirigentes eclesiales son sacrílegos. Pablo rechaza ser tomado por uno de ellos y remite a Cristo.
Ev.- Jesús llama a la conversión e incorpora a los primeros apóstoles en la tarea.
PARA LLEVAR A LA VIDA
En medio de un mundo lleno de oscuridad, surge una luz grande, en una sociedad dividida en bandos surge un solo señor, entre tantos reinos pequeños llega el más grande: «El Reino de Dios está cerca», está ante el corazón de cada hombre. Dios llega, pero no viene, si no es aceptado. Al Dios, corresponde la respuesta del hombre. La conversión es la respuesta a esa Buena Noticia de la cercanía del Reino. Convertirse significa tomar en serio la enseña de Jesús, acoger sinceramente su evangelio y transformarlo en actitudes de vida.
La conversión no es un acto intimista, sino poner en práctica la fe cristiana para transformar el mundo y edificar el Reino de Dios.
Como Pedro y sus compañeros somos llamados aquí a ser cristianos, a ser pescadores de hombres para que poco a poco el mundo se vaya transformando en un espacio en que Dios reine.
«Venid conmigo» es la invitación que requiere respuesta personal (concreta, consciente, madura, reflexionada). Escuchar atentamente lo que Jesús enseña y establecer con él una relación personal, para desarrollar una nueva forma de ser y de vivir.

Domingo, 15. Enero 2023 - 08:45 Hora
II Domingo TO ( ciclo A)

1L.- El siervo de Dios representa en su persona a Israel como mediador de la liberación que van a recibir todos los pueblos para gloria de Dios. Ve en la raíz de su ser, fuerza divina para orientar al pueblo sufriente hacia Dios. Más aún: para ser "luz de las gentes", signo de salvación universal.
2.- San Pablo, emplea una fórmula litúrgica para saludar a los hermanos y recordarles que la Iglesia es "pueblo santo". Esta santidad objetiva (elegidos por Dios en el bautismo) es la razón y fundamento de una santidad moral y subjetiva.
Ev.- El Bautista da testimonio en favor de Jesús. El afirma ser testigo ocular de que Jesús es la realización y culminación del proyecto de Dios en bien de los hombres.
PARA LLEVAR A LA VIDA
La predicación del Bautista es preparatoria, trata de predisponer a las gentes para acoger a Cristo, su bautismo es un símbolo. Y quienes no frustran el proyecto de Dios con sus actitudes, sabrán reconocer a Jesús, el Mesías, el cordero
El mismo espíritu de Dios que se cernía sobre la tierra en los comienzos de la creación, aletea ahora sobre Jesús, como nueva creación en plenitud del proyecto divino. Juan presta declaración en favor suyo. Jesús: es el Hijo de Dios.
Isaías en la primera lectura, decía que el "Siervo de Dios" sería "LUZ", frente al pecado del mundo que es oscuridad, negación de verdad. Es trampa, hipocresía, falsedad.
Sumergiéndonos en el Espíritu de Dios que Jesús irradia y difunde, también nosotros naceremos de Dios, para salir de la tiniebla del mal y del pecado. Desde el Bautismo, en nosotros hay el Espíritu de Dios que nos urge a combatir el mal. Cuando los cristianos cumplimos nuestra misión y nos conviertimos a Cristo la Palabra se hace carne y construye la fraternidad de los hijos de Dios. Es verdad que no somos buenos, ni fuertes..., pero por gracia de Dios en nosotros habita su Espíritu que hace posible nuestra lucha contra el mal y pecado del mundo.

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