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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 5. Febrero 2023 - 08:39 Hora
V Domingo TO (ciclo A)

1L.- El profeta enseña a su pueblo que la religión auténtica no está tanto en las prácticas cultuales, cuanto en la obra de justicia con el menesteroso.
2L.- San Pablo se presentó a los corintios como un pobre hombre, débil y temeroso. Sin embargo, su debilidad prestaría el mejor de los servicios al Evangelio, al evitar todo equívoco y mostrar que no fue la palabra avasalladora de un hombre poderoso, sino la misteriosa fuerza de Dios la que opera en la predicación cristiana.
Ev.- Jesús advierte que sus discípulos han de ser sal y luz de la tierra. Y que si desvirtúan su función... no sirven para nada.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús acaba de proclamar las bienaventuranzas, un nuevo estilo de vida, tan diferente como chocante. Ahora desvela a sus discípulos cuál es su misión: Quienes digan "sí" con su vida a estas enseñanzas... son sal y luz entre los hombres.
Dos imágenes expresivas de lo que Dios espera del cristiano en el mundo:
- La sal potencia el sabor de cuanto toca. Pero para cumplir su función tiene que dejar el salero y disolverse en los alimentos.Los cristianos somos sal, porque hemos de dar sabor a la convivencia humana; sazonar -con la vivencia de los valores del Evangelio- la sociedad en que y evitar la corrupción del pecado. Jesús afirma que somos necesarios e insustituibles en el mundo para que no se torne insípido o se eche a perder. Pero si la sal no sala, se arroja a la calle; si los cristianos no "sazonamos" la sociedad, perdemos toda utilidad y sólo servimos para ser pisoteados por la indiferencia de las gentes. No servimos para nada.
- La luz, siempre es para otro; para ayudarle a ver, a descubrir, a caminar en la oscuridad. Los cristianos somos luz para iluminar la conciencia de los hombres y ayudarles a ver con claridad que Dios es padre y quiere el bien y la virtud.
Los discípulos de Jesús somos portadores del don de Dios, no podemos limitarnos a gozarlo sólo nosotros. Debemos alumbrar y dar sabor al mundo, para que todos puedan descubrir que Dios es Padre. Y esto sólo lo descubrirán si los discípulos vivimos como hermanos.
Pero cuando la sal pierde su virtud o la luz no alumbra, cuando caemos en la tibieza espiritual o en la mediocridad como personas perdemos la razón de ser y estar en el mundo.
La gracia de la fe no nos ha sido conferida para tenerla escondida, sino para vivenciarla y contagiarla entre los hombres...
Ojalá, no defraudemos a Dios Padre ni a los hombres nuestros hermanos.

Sábado, 28. Enero 2023 - 14:22 Hora
IV Domingo TO (ciclo A)

1L.-El pueblo de Dios no coincide con una nación ni con una institución. Está de continuo naciendo en los humildes y los pobres, que buscan y tienen en Dios consuelo y sentido. Son un pequeño resto de la humanidad y de la institución, que tiene puesta sólo en Dios su esperanza.
2L.- Sea vuestra única gloria, Cristo.Dios os ha elegido a vosotros, que no existíais a los ojos del mundo, a fin de que existierais en Cristo. Por tanto, tenéis motivos para enorgulleceros, pero no por vosotros mismos, sino por lo que sois, en Jesucristo, a los ojos de Dios
Ev.- Las bienaventuranzas
PARA LLEVAR A LA VIDA
Las bienaventuranzas se dirigen a toda la humanidad (sin diferencia de credo); pretenden tocar la conciencia del ser humano y mostrale el camino para alcanzar la felicidad, verdadero y profundo sentido de la vida.
Jesús, maestro, llama felices a quienes afrontan situaciones bien concretas, si saben encargarlas con esperanza; y para ello les señala el final que les aguarda. Por muy difíciles que sean esas situaciones, vividas con fe, pueden ser ocasión de crecer y transformar la realidad.
-Los pobres de espíritu. Los que hacen de la sobriedad de su vida oportunidad de ser generosos y caritativos
-Los que sufren. Los que afrontan la adversidad con buen ánimo sostenidos en la fe.
-Los que lloran. Los que vierten lágrimas esperanzadamente.
-Los que tienen hambre de justicia. Los que no pactan con las componendas de una sociedad corrompida.
-Los misericordiosos. Los que enternece el corazón empatizando con el menesteroso.
-Los limpios. Los que viven atentos a no enturbiar su mirada y depuran sus intenciones sin dejarse ensuciar por las pasiones y suciedades.
-Los que trabajan por la paz. Los que se implican de derrotar los ánimos belicosos.
-Los perseguidos. Los que experimentan la incomprensión y el rechazo por vivir la enseñanza de Jesús.
He ahí las claves del tener una buena ventura, un acertado destino; de encontrar la dicha. Y esto, siendo válido para todo el mundo, se torna en compromiso de vida para quienes deseen vivir como verdaderos discípulos de Jesús.

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