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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 16. Abril 2023 - 09:57 Hora
II Domingo de Pascua (Ciclo A)

1L.-Como consecuencia de sus encuentros con el Resucitado y fortalecidos con la acción del Espíritu Santo, los apóstoles experimentan una radical transformación que les conduce a Pentecostés.
La descripción de la vida de la Iglesia naciente muestra como aquellos hombres comienzan a cumplir con la misión recibida. Organizan un estilo de convivencia original que suscita la admiración: viven hermanados entorno a la enseñanza de los apóstoles, haciendo ejercicio de caridad, celebrando la fracción del pan y la oración comun.
2L.- La primera carta de San Pedro expone el credo de las primeras comunidades. Parece una catequesis bautismal que subraya la alabanza por la acción salvífica de Dios.
Exhorta a la comunidad cristiana a permanecer fiel en las pruebas de la vida. Se introduce con una alabanza a Dios Padre de Jesucristo, en quien nacemos a una esperanza viva. Ante la grandeza del amor de mostrado por Dios, surge el jubiloso canto de alabanza.
Evangelio. Narra como entre los apóstoles, encerrados por miedo a los judíos, aparece Cristo irrumpe, llenándolos de alegría. Reciben al Espíritu Santo y son enviados a cumplir una misión que no imaginaban.
PARA LLEVARLO A LA VIDA.
Durante ocho días hemos celebrado, como un eco, el misterio Jesucristo, triunfador de la muerte, manifestación de la acción de la Divina Misericordia.
«Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito» (Jn 3,16) y resucitado, lo ha constituido en fuente de salvación para todos los que creen en Él.

Paz a vosotros, es el regalo de Cristo resucitado. Sin paz en el corazon no hay libertad sino miedo, tensión y una actitud a la defensiva. Serenar el corazon es el paso previo para proponer el Evangelio a una sociedad laicista y beligerante con la fe.
Solo desde la paz podremos proponer la luz del Evangelio, vivido antes que predicado a los hombres de nuestro tiempo. Hombres que –como Tomas- no quieren palabras, quieren ver y no creer, no quieren “palabreros” (de esos sobran muchos) quieren ver y palpar. Los hombres desean que sea cierto el mensaje cristiano pero que necesitan palparlo concretado en acciones y compromiso.
La fe solo se hace perceptible en el ejercicio de la caridad. Esa fue la lección de las primeras comunidades; ese es el signo que espera la sociedad de nosotros; ahí es donde Cristo se hace presente y operante, en las acciones de quienes amándole hacen de su existencia espacio para la solidaridad y empeño de mejorar el mundo. ¡Ahí te quiere Cristo resucitado!
La necesidad del encuentro personal con Cristo resucitado es siempre actual. El cristiano debe vivir su fe y testimoniarla frente a un mundo reacio a la verdad. Su misión no es fácil, tiene que proclamar con decisión la verdad sobre el hombre, la vida y la eternidad.

Domingo, 16. Abril 2023 - 09:49 Hora
Domingo de Pascua

Domingo de Pascua (Ciclo A)
1ªL.- Es un compendio de la predicación de Pedro. Jesús, pasó haciendo bien. Lo mataron colgándolo de un madero pero Dios lo resucitó
2ªL.- La resurrección no es sólo lo que sucedió una vez en Cristo, sino lo que ha de suceder en nosotros por Cristo y en Cristo. Cuando Cristo aparezca, se mostrará en él nuestra vida y entonces veremos lo que ahora somos ya radicalmente, misteriosamente.
Ev.- María va al persuadida de que la muerte ha triunfado; busca a Jesús como un cadáver. Su reacción, al llegar, es de alarma y va a avisar a a los apóstoles. Los dos discípulos inspeccionan por separado el sepulcro, llegando a conclusiones distintas
PARA LLEVARLO A LA VIDA  
Cristo ha levantado la losa de la tumba y ha dejado abierto el camino a nuestra esperanza. La resurrección de Jesús es su amor a prueba de la propia vida.
En el principio de nuestra fe hay unos hombres que perdieron el miedo a la muerte. Son los apóstoles. Para ellos la experiencia pascual fue liberadora: Desató su lengua amordazada por el miedo a las autoridades. El encuentro con Cristo resucitado, les abrió el sentido de las sagradas escrituras que no comprendían... Y estos hombres se hicieron testigos, salieron por los caminos de la historia a predicar con valor el anuncio del evangelio.
La fe en la resurrección del Señor no podrá evitar que sean encadenados por los hombres, pero nunca se ha podido encadenar el evangelio ¿Quién podrá detener la esperanza, una vez desatada? Hay una promesa pendiente que se ha de cumplir. Dios no defrauda: "¡Si Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos!" La resurrección, la pascua, es irreversible. Porque es un paso hacia delante.
Cristo no resucita para volver a morir. La resurrección de Cristo no es el mito del eterno retorno: vivir para morir, morir para vivir, y vuelta a empezar. No, la resurrección es un hecho histórico. No tiene que ver nada con un suceso de la naturaleza. Creer en la resurrección de Jesús no es sólo tener por cierto que resucitó, sino resucitar con él.
Porque es vencer, ya en esta vida, con la fe y la esperanza la desesperación de la muerte. La muerte es el último enemigo y el arma más poderosa de todos los enemigos del hombre: hambre, enfermedades, injusticias... y todo cuanto mortifica a los hombres y a los pueblos. Creer en la resurrección de Jesús es sublevarse ya contra ese dominio de la muerte y transformar la realidad con la ayuda de la gracia, con esperanza de cielo.

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