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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 22. Octubre 2023 - 07:46 Hora
XIX Domingo TO (ciclo A)

1L.-El profeta exílico muestra en el poderoso rey, que decide la historia de ese momento, el instrumento de Dios. Aunque aquel no conozca a Dios, él si le conoce y se da a conocer en el movimiento unitivo del mundo, que Ciro promueve. La minoría, que va a lograr su liberación en ese acontecer, es alertada a ver en ello al Dios que salva.
2L.-El trabajo de Pablo y sus colaboradores no fue en vano en Tesalónica. Porque no fue pura palabrería, sino el logro de una una comunidad fundada en las virtudes teologales: una fe que fructifica en obras, en un amor sincero que se hace compromiso y una esperanza capaz de aguantar todo.
Ev.- Al César lo que es del César
PARA LLEVAR A LA VIDA
La cuestión que le plantean a Jesús es política: ¿se puede y se debe pagar el tributo impuesto por los romanos, aceptando así su dominio? Jesús no entra en la cuestión, les pide que enseñen una moneda, para que reparen que la pregunta está respondida en la praxis; se limita a descubrirles su mala voluntad. Si las monedas con la cara del césar las usáis sin escrúpulos para enriquecerse, ya habéis tomado partido.
Y les ofrece una enseñanza que no le habían pedido: ningún poder puede ser absoluto. La sentencia: dad al César lo que es del César. Pone límite "sólo lo que sea del César", no todo lo que pretenda o pida, sólo lo suyo.
-Dad a Dios lo que es de Dios, significa que no todo es del César, cuyo poder está limitado por la soberanía de Dios. La revelación de Dios en el mundo es Cristo crucificado, una verdad que no se impone. Por eso es la verdad que nos hace libres, el Señor que nos libera de todos los señores que se endiosan en este mundo. El reconocimiento de esa verdad es lo que debemos a Dios.
El cristiano, si vive con atenticidad, no puede separar su vida social de su vida de fe. Tiene que dar lo que le corresponde: en el ámbito civil y en el religioso; ha de ser íntegro, justo. Sólo así podrá celebrar con los hermanos la muerte y la resurrección del Justo

Domingo, 15. Octubre 2023 - 08:15 Hora
XXVIII Domingo TO (ciclo A)

1L.-La visión profética de la salvación escatológica la presenta como un banquete, ofrecido a todos los pueblos en Sión, es universal. El Dios que se ha de revelar a todos los pueblos y ayudar así a vencer todo el mal, se está revelando ya y poniendo plenitud en el presente de los que oyen su palabra.
2L.-Pablo se alegra del buen espíritu de colaboración de los filipenses en la evangelización; pero no "da gracias" a los que le habían ayudado con su dinero, sólo es justo y necesario "dar gracias" a Dios.
Ev.- La parábola de la invitación al banquete del Reino.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús, ha venido a invitar a todos a pertenecer al Reino de Dios, hay quienes deliberadamente lo rechazan y se vuelven a sus negocios o incluso arremeten contra los mensajeros. Pone una situación límite para ponernos en guardia. Porque a quien ha recibido el don de la fe le es de todo punto necesario responder con la vida a ese don.
El mensaje de Jesús es para todos y a todos se llama al convite que es la fe. No hay discriminación, hasta los malos pueden llegar a participar de la fe si aceptan el Evangelio.
Pero, con la referencia al expulsado de la sala por no vestir el traje de fiesta, nos advierte que
para pertenecer al Reino de Dios hay que poner de nuestra parte.
Dios invita pero algo se le exige al hombre. ¿Qué? Bondad de corazón, disposición al servicio, buena voluntad, apertura a la fe, frutos. Dios llama, pero el hombre ha de responder. De ahí la conclusión de la parábola: "muchos son los llamados y pocos los escogidos". Esto no refiere a las vocaciones religiosas o sacerdotales ni a la salvación y condenación sino a participar en la edificación del Reino de Dios.
La Eucaristía es el banquete de bodas abierto a todos. Exige un traje de fiesta, una actitud de agradecimiento y una exigencia de participación. Las excusas nos impiden con frecuencia ir al banquete a tomar parte en el mismo con plena disposición.

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