Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Miércoles, 1. Noviembre 2023 - 08:08 Hora
Solemnidad de todos los santos
1L.-La victoria y la salvación que se celebra se debe al Cristo cordero y a Dios, a quienes una muchedumbre incontable y los ángeles tributan "todo honor y toda gloria".
Aunque todos han sido salvados él no ha ahorrado a ninguno pasar por la lucha y las tribulaciones de la historia. Y eso hace mayor el gozo de la victoria final.
2L.- La esperanza de encontrarnos cara a cara con Dios Padre y de ser semejantes al Padre es la motivación de la santidad. Esperanza que nos anima a seguir el ejemplo de Jesús y recorrer el camino de las bienaventuranzas.
Ev- Cristo proclama bienaventurados a los que viven con fe y esperanza cualquier tribulación
PARA LLEVAR A LA VIDA
Las bienaventuranzas refieren a dos tipos de situaciones reales:
- unas adversas cuyos protagonistas las padecen: la pobreza, el llanto, el hambre y la sed, los malos tratos y la persecución. Son aquellas situaciones de sufrimiento físico que el creyente se ve obligado a padecer por causa de su implicación en la edificación de un nuevo modelo de sociedad llamado Reino de Dios.
No son las situaciones las que son objeto de la bienaventuranza de Jesús, sino las personas que no se dejan vencer por la adversidad.
Elogia a aquellos que apoyados en su fe no se desalientan ni se dejan vencer, sino que las sufren con gozo. A estos que viven así el realismo de la vida, Jesús los declara bienaventurados.
- las otras son activas, Jesús declara causa de gozo cuanto brota de la esperanza activa: la misericordia puesta en ejercicio, la mirada limpia sobre la realidad o los demás o el esfuerzo perseverante por establecer la paz.
Jesús estimula a hombres y mujeres de fe y esperanza activa que, ante a situaciones desgraciadas concretas, adoptan actitudes positivas. Y por adoptarlas, son bienaventurados, ni desgraciados ni ilusos sino transformadores de la realidad y felices.
Domingo, 29. Octubre 2023 - 07:09 Hora
XXX Domingo TO (ciclo A)
1L.- El texto recoge las disposiciones legales para proteger a los desvalidos, a cuantos se hallan en una situación de vulnerabilidad.
2L.-San Pablo escribe sorprendido por el celo con que los tesalonicenses le han imitado, convirtiéndose en un modelo.
Ev.- Sólo existe un mandamiento cristiano que resume a todos: el mandamiento del amor. En la medida que amamos al prójimo como Dios nos ama, lo cumplimos.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Que amemos, eso es todo lo que Dios espera de tí y de mí. Toda la ley y los profetas se sustentan en el amor. Jesús sabía que la Ley de Moisés, se había complicado hasta hacerla imposible de recordar y cumplir, por ello la simplifica: Amar a Dios en el prójimo.
«Amar a Dios» no es todavía amar, porque Dios se manifiesta al hombre en Cristo; «amar a Cristo» no es todavía amar, porque Cristo nos sale al encuentro en el prójimo. Amar al prójimo en su situación concreta es amar a Cristo, es amar a Dios, es amar de verdad.
Todo hombre puede llegar a ser nuestro prójimo si le miramos con fe.
La medida dada por Jesús para amar al otro "como a uno mismo" implica la exigencia de mirar al otro con un igual a mí.
El único camino para hacer posible el mandamiento del amor es creer en la igualdad. Porque el amor sólo es posible entre iguales. Entre desiguales sólo se da la piedad, la compasión, la misericordia, la beneficencia... Desde la reducción del otro, del prójimo, a otro menos que yo, y otros menos que nosotros.
Todas las leyes son insuficientes si falla la actitud de amor y respeto hacia los demás. Sin amor a los otros, la convivencia se degrada. La solidaridad, el esfuerzo para resolver las situaciones sociales de marginación, de hambre, de miseria, depende del amor.
El Señor nos dice dos veces en la primera lectura que él escucha el grito del oprimido y se compadece (lo padece como propio). Este es el modo de amar de Dios que se hizo hombre por amor a los hombres. Amar no es esperar pasivamente a que aparezca el prójimo, es salir de nosotros mismos y mirar a los demás como hermanos.
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