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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 6. Diciembre 2023 - 22:33 Hora
El dogma inmaculista: el protestantismo y la religiosidad popular

La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que, por una gracia singular de Dios, María fue preservada del efecto del pecado original, en su concepción; es decir fue Purísima en su concepción. Se celebran el 8 de diciembre (9 meses antes de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, el 8 de septiembre).
Los protestantes rechazan esta doctrina puesto que no conceden autoridad al desarrollo dogmático de la teología, sino sólo a la Biblia y sostienen erróneamente que la mariología en general, no encuentra fundamento en la sagrada Escritura.
Argumentan que de ser cierto que Jesús necesitó gestarse en un vientre puro para nacer sin pecado, Dios tuvo que haber concedido esa misma gracia, su concepción, a toda genealogía de la que desciende la Virgen. La postura católica sostiene por contra que sólo la concepción de María requería mantenerse libre del efecto del pecado, pues sólo ella iba a concebir directamente a Cristo, no así sus ancestros. Es decir, que Cristo sí necesitó de un vientre sin pecado, pero María no.
Los teólogos andaban en sus disputas entre maculitas (los dominicos) y los inmaculistas (los franciscanos). Numerosos obispos, nuestros reyes e instituciones civiles y eclesiásticas se posicionaron decididamente por la declaración del dogma. Y la religiosidad popular, no se quedó atrás, tomando ardorosamente postura ante la disputa y en el rechazo de las posturas protestantes. Les pongo un par de ejemplos:
Recuerdan Uds que al ir a confesar, se inicia el rito con un “¡Ave María purísima!” al arrodillarse el fiel en el confesionario? Pues arranca la costumbre de aquella vieja polémica, de modo que el penitente, indagaba así la opinión del confesor: si éste proclamaba "sin pecado concebida", manifestando su fe en que la Madre de Dios fue inmaculada, era digno de confesarle; de lo contrario, en ningún caso. Por otro lado, se hizo común saludarse con esa fórmula declaratoria al entrar en las casa y cobró fortuna poner en el dintel de las puertas en las casas españolas una sería advertencia al visitante: “No cruce este umbral quien no jure por su vida haber sido María concebida sin pecado original”. Y no era broma, no. Más de un portazo en las narices se dió a las visitas que no se definían a favor; amén de algún que otro altercado vecinal con tal motivo. Así ponía el pueblo de su parte para que prosperase la declaración dogmática.

La Inmaculada Concepción es patrona y protectora de España y de las Indias desde que, a instancias de Carlos III, el papa Clemente XIII la designara con la promulgación del Breve Quantum Ornamenti, prescribiendo su liturgia para el 8 de diciembre.
La Inmaculada Concepción es además patrona de la Infantería Española desde el año 1892 por Real Orden de la Reina doña María Cristina. También ejerce su patronazgo sobre el Cuerpo Eclesiástico del Ejército y del Estado Mayor, del Cuerpo Jurídico, Intervención, Veterinaria, Oficinas Militares y Cuerpo Geográfico del Ejército, de la Farmacia militar y, por extensión, de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, las Facultades de Farmacia y de los farmacéuticos.

Miércoles, 6. Diciembre 2023 - 01:34 Hora
Solemnidad de la Inmaculada

1L.- Refiere a la situación creada por el pecado original, fuera del jardín de Edén. Dios no se desentiende de su creatura y no la abandona al poder de la fuerza que la ha seducido.
El hombre rechaza toda responsabilidad acusando a la mujer, quien, a su vez, hace caer la maldición sobre la serpiente. La tradición cristiana ha visto aquí el "protoevangelio" anunciando la victoria del Mesías, uno de cuyos elementos esenciales será la madre del Mesías: María.
2L.-Como "hijos de Dios" somos también "herederos" de todos los bienes de su reino.
Nuestra unión con Cristo mantiene en nosotros viva la esperanza de alcanzar todos estos bienes, pero la plena posesión de la herencia sólo será posible después de la resurrección de los muertos.
Ev.- La anunciación
PARA LLEVAR A LA VIDA
La fe de María es una fe tan grande que en ella se puede realizar el paso de la Esperanza al Cumplimiento.María conoce el secreto del Adviento que conduce a la aceptación del Señor. Ella apresura los caminos por donde pasan los nuevos nacimientos del Verbo.
Sumergida en la Historia de Israel, Ella ha sido la que ha dicho la última palabra en una religión de Espera. Ella ha llevado hasta el final la búsqueda espiritual de su pueblo. Por haberlo recorrido ella misma, sabe mejor que nadie el camino que hay que seguir para ir al encuentro de DioS.
Está fiesta en el camino de la preparación del encuentro con Cristo es ocasión para examinarnos cada uno como encarnación de Dios, como portadores del Espíritu de Jesús.
Esto nos compromete a participar en su crecimiento dentro de nosotros y requiere que nos esforcemos para que nuestros criterios sean los criterios de Jesús, nuestros deseos sean sus deseos y nuestras acciones sean prolongación de su acción. Se trata de poder decir, con verdad, que no somos nosotros quienes vivimos, sino Cristo el que vive en nosotros.
María no se limita a "soportar" pasivamente la encarnación de Dios en sus entrañas, sino que, con un activo "sí", acepta la invitación divina que le da un difícil papel en favor de los demás. No se trata de un privilegio en el sentido discriminante de la palabra, sino de ofrecerse para un servicio que la humanidad necesita. También nosotros tenemos ese privilegio de servir a nuestros hermanos desde la fe en Jesús.

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