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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 6. Agosto 2023 - 10:19 Hora
La transfiguración del Señor

1L.- En la literatura apocalíptica la imagen del Mesías, mediador de salvación, se desprende de las realidades históricas (rey, sacerdote, profeta) y se proclama de origen celeste. En su apariencia humana, es una revelación del poder salvador de Dios.
2L.-Al retrasarse la segunda venida de Cristo, empezó a correrse la voz de que tal venida era falsa. A este prejuicio contesta la segunda carta de Pedro, exhortando a mantenerse firmes en la esperanza escatológica y aduce dos pruebas: la transfiguración de Jesús y lo anunciado en el Antiguo Testamento .
Ev.-Jesús, que marcha hacia la cruz para dar cumplimiento de todas las profecías. Manifiesta que este camino mesiánico encierra un significado pascual.
PARA LLEVAR A LA VIDA
La transfiguración es una exhortación para que avengamos a escuchar a Jesús cuando habla de la pasión y de su muerte en la cruz, y ahí reconocerle como Mesías, al modo del Siervo (Is. 42, 1) y no a la medida de nuestros intereses.
Cuando Pedro, Santiago y Juan subieron con Jesús al monte Tabor, también llevaban sus propias ideas e intereses sobre el Mesías. Eran las de sus contemporáneos en Israel. Pero amaban al Maestro y, por eso, pudieron ser sorprendidos por la Verdad. Por eso vieron y oyeron la Verdad, y pudieron y su testimonio fue prolongación de la manifestación de Jesús en el Tabor y, más allá del Calvario, en la Resurrección.
Dios está empeñado en acercarse al hombre. El puso su tienda entre nosotros. Por eso su manifestación es más accesible al aire libre en el Tabor que en la colina sagrada del templo oficial de Jerusalén. Al Dios de Jesús se le encuentra en la vida: en la naturaleza y en el hermano. El es quien nos sale al encuentro.
Jesús no se mantiene en alturas celestiales, sino que nos señala en dirección al mundo. Los ojos de nuestra fe deben llevarnos a descubrir al hombre como epifanía de Dios, para que nuestra mirada se afine, descubra en los demás realidades que antes ignoraba y cambie nuestros juicios haciéndonos más comprensivos. Nuestra creatividad solidaria se pone en marcha.

Jueves, 3. Agosto 2023 - 11:13 Hora
XVIII Domingo TO (ciclo A)

"In temporibus citrullorum lanatorum, breviora homiliae"
1L.- "Venid a mí: escuchadme y viviréis".
2L.- "ninguna Criatura podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo".
Ev.- Dadles ''vosotros de comer".
PARA LLEVAR ALA VIDA
Dios lo da todo gratis: "Venid, comprad sin pagar vino y leche de balde". Sólo él da la vida.
Dios envió a su Hijo para curar a los enfermos y anunciar a los pobres la buena noticia, para liberar a los presos y aliviar a los oprimidos, para dar pan a los hambrientos..., para que tengamos vida y la tengamos abundante. Por eso le llamamos salvador: porque nos libera de todas las necesidades.
A los apóstoles ya les había pegado algo del modo de ser de Jesús. Habían aprendido a no ser indiferente a la necesidad ajena. Esta es
una buena lección para nuestras sociedades tan individualistas. Con frecuencia pasamos indiferentes entre los que nos rodean, sin preocuparnos de las carencias que puedan tener. Son dos los milagros: transformar la mirada de los apóstoles y multiplicar los panes (una señal, de que "la palabra de Dios" es el verdadero alimento).
Cristo sentarse a comer con los hambrientos, al compartir con ellos el pan y los peces, nos puso en relación con el Padre, nos enseñó a vivir en fraternidad. Pero el milagro radica en el multiplicar sino en el compartir y repartir: nuestro mundo no necesita tanto de que le multipliquen los panes y los peces, sino de que le persuadan de la necesidad de compartir, de saber repartir.
Las hambres humanas sólo encontrarán solución cuando los hombres aprendamos a repartir, a compartir con generosidad. Sin esa solidaridad, sin comunión en el amor, no es posible la vida. Sin ese amor solidario, la eucaristía que celebramos en su memoria carece de vitalidad. No podrá satisfacernos...

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