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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 29. Junio 2014 - 18:55 Hora
Solemnidad de S. Pedro y S. Pablo. Microhomilía

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL El libro de Hechos describe una experiencia salvífica; que sucede precisamente en los días de Pascua, y de noche; con una intervención milagrosa del ángel del Señor. Pedro recorre camino del Maestro. Persecución y salvación.
También nuestra existencia cristiana gira en torno a estos dos centros. Cristo, en su muerte y resurrección, nos ha salvado pero no ha abolido la presencia de estas realidades.
2ªL Pablo al final de su vida está lleno de esperanza y optimismo, porqué tiene conciencia de haber luchado el combate legítimo y de haber guardado las reglas del juego. La lucha, que exige el Evangelio, no es cualquier lucha; y, además, tiene unas determinadas reglas, que hay que observar atentamente.
EV. El relato se encuentra centrado en torno al doble intercambio de títulos entre Jesús y Pedro. Este aplica al primero el título de Mesías; aquél responde atribuyendo al segundo el título de Piedra y confiriéndole los poderes mesiánicos de las llaves. Pedro rehúsa aplicar a Xto el título de Siervo paciente, Xto replica atribuyéndole el título Piedra de escándalo. Pedro es la roca que mantiene firme a la Iglesia. Dar las llaves significa confiar una autoridad verdadera y plena.
Finalmente, atar y desatar tiene el sentido de permitir y prohibir, de separar y perdonar. El texto atribuye a Pedro títulos que en la Biblia se atribuyen al Mesías. Es como decir que la autoridad de Pedro es vicaria; él es imagen de otro que es el verdadero Señor de la Iglesia.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
La Iglesia no es de Pedro ni de Pablo, sino de Cristo. Por eso, las puertas del infierno no podrán con ella. Pedro y Pablo son dos cristianos en los que hemos mirarnos con frecuencia. Ambos tuvieron fracasos y ambos siguieron fielmente a Cristo acercando a El a todos los que se les aproximaban. Esta es la vocación a la que Dios nos llama: vocación que nos conduce de libertad en libertad, siguiendo a Pedro y Pablo; en la comunidad que ellos plantaron con su sangre, católica y apostólica, animada por el Espíritu: ¡somos cristianos en la iglesia!. La fe de san Pedro y san Pablo es la que nosotros vamos a proclamar ahora, se nos convoca a celebrar la Muerte y Resurrección de Cristo; con una comunión personal, profunda, como lo fue la de los apóstoles.

Como Pedro y Pablo hicieron, pese a sus limitaciones, defectos y pecados personales, nosotros desde la comunión en una fe común que ellos, hemos de testimoniar a Cristo.
En la celebración eucarística nosotros nos edificamos como comunidad cristiana, como asamblea de creyentes que preside Cristo, del cual es signo Pedro. Participando en el banquete común nos confirmamos en la verdadera fe, que potencia nuestra esperanza y nos hace vivir en caridad.



Sábado, 7. Junio 2014 - 21:29 Hora
Pentecostes. Microhomilía

EXPLICACION DE LAS LECTURAS

1ªL Lucas resalta el paralelismo de la venida del Espiritu con la teofanía del Sinaí. subraya los elementos judíos dándoles un sentido cristiano: en el monte Sinaí los relámpagos advertían de la presencia divina, en la casa en que se encuentran los discípulos se llena unas lenguas de fuego se posan encima de cada uno. La Iglesia nace con vocación universal, para todos los pueblos sin distinción.
2ªL Pablo advierte que la pluralidad de carismas y la unidad de la Iglesia proceden del mismo Espíritu. Expresión de la riqueza y vitalidad de la Iglesia. Los ministerios y carismas en su diversidad están destinados al servicio de la comunidad. Cada cual posee los que el Espíritu considera oportunos para el servicio de la comunidad.
EV. En el evangelio de S. Juan donación del Espíritu y misión están íntimamente unidos: Jesús les da el Espíritu para que les consagre y sean enviados como Él fue enviado. La misión de salvación para todos los que quieran creer. Jesús esta presente en esta misión de los discípulos.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Pentecostés constituye el origen de una nueva humanidad, de una nueva creación. El Señor sopló sobre los discípulos, como Dios sopló en la creación del hombre (Gén 2, 7), y les comunicó el don de vida que Dios había comunicado al hombre.
Como Jesús fue enviado por el Padre, así envía a sus apóstoles: recibid el Espíritu Santo. El Espíritu Santo transforma la tímida comunidad cristiana para que continúe la misión de Jesús en la historia.
Hoy es día de reconocer y agradecer la acción del ES. El Espiritu que sigue presente en nuestra Iglesia y en nuestro mundo empeñado en transformarnos a cada uno y nuestras comunidades actuando sin descanso:
* Sigue haciendo florecer la fe en nuestras comunidades con nuevos movimientos llenos de vitalidad.
* Suscita carismas en diversidad de dones, de servicios, de funciones, para provecho de todos.
* Ha hecho que la Iglesia renueve su lenguaje, profundizando en el conocimiento de su propia identidad y misión.
* Inspira la oración y sigue suscitando grupos y experiencias de espiritualidad y compromiso.
* Inspira incontables ejemplos de amor y sacrificio y búsqueda de la justicia en el mundo, en defensa de la vida y de la naturaleza, de la igualdad y de la paz…
* Despierta en las confesiones cristianas el deseo de la unidad ecuménica e interna.
* Da vida a nuestros sacramentos.
Deberíamos preguntarnos hoy: ¿Apreciamos el don del Espíritu de Dios en nuestras vidas?
¿Creemos en la Iglesia como comunidad de fe?
Terminan los días de la Pascua, y el Señor Resucitado nos ha dejado su mejor herencia: su Espiritu. ¡Que se note en nuestras vidas que creemos en él y nos dejamos animar por él!

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