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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 15. Noviembre 2014 - 21:09 Hora
Domingo XXXIII TO (Ciclo A)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL.- El libro de la sabiduría nos propone a la perfecta esposa como imagen lograda del saber aprovechar el tiempo en bien de los que se tienen más cerca. Construye la casa con laboriosidad y su habilidad, con su buen nombre y con su compasión hacia los necesitados. Fundamenta el hogar en justicia, la consolida en el temor de Dios. La casa que tiene esa mujer alberga un tesoro. El amor de Dios y del prójimo encuentran morada en ella.
2ªL.-Pablo invita a vivir en el mundo con conciencia de provisionalidad: vigilantes, sobrios, sin dejar para despues el compromiso con el bien. Empleando el tiempo responsablemente y procediendo como hijos de Dios.
Ev.- Jesús recuerda que los cristianos, debemos «rentar » poner en ejercicio nuestros valores, transformar el mundo a la espera del Día del Señor.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Es momento de reparar en que Cuando vuelva el Señor nos pedirá cuenta de los dones que nos había encomendado. No importa cuánto nos dio, sino la diligencia que empleamos para administrar lo poco o lo mucho que recibimos.
Los tres empleados de la parábola recibieron como don lo que habían de administrar como ajeno, pero siempre don para cada uno de ellos.
Así pues, en la vida cristiana no se parte de cero. La existencia se construye con cuanto se nos ha dado gratuitamente. Todo es gracia. Y la tarea, que hemos de acometer es respuesta al don. Pablo nos advierte para que no seamos sorprendidos por un fininesperado; el Señor vendrá y tendremos que dar cuenta.
La parábola quiere invitarnos a mirar al futuro y hacernos comprender el doble castigo que se anuncia: quitarle el talento -dejarlo sin bienes- y echarlo a las tinieblas -muerte definitiva-.
Hemos de elegir entre dos actitudes y dos destinos: 1) Los que arriesgan, ponen en circulación sus talentos. 2) Los que entierran sus talentos, no se exponen ni se comprometen y lo guardan todo para sí mismos. La vida crece arriesgándola. El que no arriesga es porque no espera nada. El que lo arriesga todo es porque lo espera todo.
Este texto nos obliga a revisar toda nuestra vida: Dios no se conforma con que le devolvamos lo que nos ha dado, sino que quiere más. Preguntémonos: ¿Qué estamos haciendo con los talentos que Dios nos entregó?
No sabemos el momento de la llegada del señor, por lo que nuestro corazón y nuestros talentos multiplicados tienen que estar preparados. El encuentro con el Amo será un gozo, si hemos hecho producir sus dones.

Viernes, 7. Noviembre 2014 - 16:32 Hora
XXXII TO (Ciclo A) Dedicación de la Basílica de Letran

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL.-El templo futuro que nos describe la visión de Ezequiel es un manantial de vida. En él nace un río abundante, que, como los del paraíso, anima vegetación a su paso, produce vida animal hasta en el mar Muerto y hace crecer frutos –como alimento y medicina-. Todo en él orienta hacia Dios, la fuente de la vida. El agua, como el aliento, es su principio y símbolo. La realidad de la visión está en el fondo del alma de todo el que habla con Dios.
2L.- Los cristianos deben ser conscientes de su dignidad: todo está concebido por Dios en función del servicio humano. Cuando, pues, se nos presenten personas con pretensiones de dominarnos, debemos manifestar una santa rebeldía, evitando el sacrilegio de quienes somos templos de Dios.
Ev.- La única vez que los evangelios presentan un acto violento de Jesús, refiere al respeto sacrosanto del templo. Somos templo del Espíritu santo, hijos de Dios, impronta de su ser y ¡Qué pocas veces protestamos contra la violencia cometida contra los pobres!
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Estamos llamados a ser adoradores de Dios Padre “en espíritu y en verdad". Pero con demasiada frecuencia Dios ve en nosotros actitudes semejantes a lo que contempló Jesús en el templo de Jerusalén; personas que pululan por los templos mercadeando con velas y novenas pero que no se se encuentran con Dios porque quizá no van con la disposición "de espíritu y verdad" que El reclama para sus verdaderos adoradores.
No se puede separar el culto que se ha de dar a Dios, del trabajo, la convivencia, la vida ordinaria… El culto agradable se desarrolla en la calle con la humildad, la caridad, la atención al otro; con el vencimiento del orgullo y la soberbia, de la maledicencia y la envidia. Profanamos el templo cada vez que no respetamos nuestra condición bautismal y olvidamos la voz del Espíritu santo.
Son importantes los templos materiales, pero lo que verdaderamente importa son las personas que acuden a ellos y las actitudes con que lo hacen. Para poder encontrar a Dios en la intimidad del templo es preciso haberlo encontrado y reconocido en el hermano, particularmente en el menesteroso. Y sólo tratándole con caridad podremos adorar con autenticidad.

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