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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 14. Diciembre 2014 - 11:17 Hora
III Domingo de Adviento (Ciclo B)

Este tercer domingo es de alegria en la realidad salvífica esperada y ya "misteriosamente" presente. La liturgia de la Palabra es una invitación a la alegría y el evangelio nos presenta el motivo de la misma: la venida del Señor. Presencia real y operante "en medio de vosotros está uno que no conocéis".
EXPLICACIÓN DE LAS LECTURAS
1ªL.- Los pobres, los afligidos, los cautivos reciben una buena noticia del mensajero de la paz. Un evangelio para todos los que sufren. La figura misma del mensajero, lleno de la fuerza de Dios. Frente a los agoraros del castigo y a los predicadores de la resignación, proclama la justicia. Dios está en él.
2ªL.- Las exhortaciones que concluyen la 1ª carta a los cristianos de Tesalónica. Recogen algunas unos criterios generales simples, pero marcan un estilo cristiano: alegría, oración y agradecimiento.
Ev.- Juan era una voz provisional frente a Cristo que es la Palabra eterna. Quita la palabra ¿y qué es la voz? Sólo ruido vacío. La voz sin la palabra llega al oído, pero no alcanza al corazón. Y porque resulta difícil distinguir la palabra de la voz, tomaron a Juan por el Mesías. La voz fue confundida con la palabra: pero la voz se reconoció a sí misma, para no ofender a la palabra. El Bautista dijo: No soy el Mesías, ni Elías, ni el Profeta. Yo soy la voz que grita en el desierto:Allanad el camino del Señor.El Bautista es Testigo de la Luz.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Domina laetare. En el contexto de la crisis que nos asola necesitamos un respiro de alegría y optimismo. El motivo de nuestra alegría es que Dios está cerca, que viene a nosotros como Salvador. La raíz de nuestra alegría es que Dios se ha hecho hombre para rescatarnos por la gracia.
Si nos abrimos a la alegría por la venida constante de Dios, hemos de trabajar por su venida, de eliminar los obstáculos que la impiden, de impulsar su presencia de amor y la bondad.
Juan Bta, dio testimonio de la luz. El no era la luz sino su testigo enamorado. ¿Puede haber vocación más hermosa? Decir a las gentes que no siempre es de noche ni todo es tinieblas. Llevar un rayo de esperanza a los corazones entristecidos. Una sonrisa gratuita en una sociedad violenta. Pronosticar que la verdad terminará imponiéndose. Descubrir valores ocultos y carismas no apreciados. Apreciar el lado bueno de las cosas y personas. Entender que no todo es relativo. Encontrar el sentido de la vida. Testigo de todas las luces. Testigo del que es todo Luz.
Y nos ha recordado que hay que: "Allanar el camino del Señor" abriéndose a la alegría, viviendo en acción de gracias.
El Adviento, y quizás más cuando más se acerca la Navidad, es una vibrante llamada a abrir con toda confianza pero también con todo esfuerzo -sin quedarnos en la superficie, sino con un intento de ir a fondo- este camino del Señor.

Domingo, 30. Noviembre 2014 - 08:14 Hora
I Domingo de Adviento

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL La comunidad psexilica vive momentos difíciles: el peligro de los ídolos y las divisiones internas. Con el aparente eclipse de Dios se agranda la figura de la culpa, y se hace incómoda la existencia. Pero Dios no está ausente. Los que parecen monologar, están dialogando con el Dios que viene y que está ya presente en la nostalgia y en la conversión a él como padre y redentor. Y manifiesta su fe y su esperanza: en medio de todas las cosas Señor, eres nuestro padre; "nosotros somos la arcilla y tú el alfarero; somos todos obra de tus manos".
2ªL.- Ser cristiano es estar en situación de espera, aguardando la venida de Cristo al final de la historia de cada uno y de toda la humanidad. Pero no es una espera pasiva, sino llena de vitalidad y de continuo enriquecimiento en función del individuo y de toda la sociedad.
Ev.- El Señor hace una llamada a la vigilancia. Volverá : "Al atardecer, a medianoche, al canto del gallo, al amanecer", las cuatro vigilias en que se dividía la noche. Es que no podemos dormirnos en la vivencia de la fe.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
La vigilancia es una actitud muy cristiana. El Evangelio la recomienda repetidas veces y la Iglesia en este tiempo litúrgico nos lo recuerda . Hay que estar despiertos. Esa vigilancia consiste en hacer bien nuestras tareas.
El Señor que tendemos fácilmente a la modorra. Vivimos distraídos, descuidados y dejamos escapar la oportunidad de vivir la fe. Y Dios puede venir en cualquier circunstancia. Dios siempre es sorprendente. El viene pero no sabemos cuándo, cómo, dónde.
Hay que velar para no dejar pasar la ocasión del encuentro, para acoger a Dios. Velar es cumplir con la propia tarea: en todo servir y amar.
Cristo se nos hace presente en cualquier hermano. Necesitamos velar para reconocerlo y acogerlo. El Señor viene. Es el tiempo de la preparación. Es lo propio del Adviento.
El Adviento significa despertar. Abrir los ojos para descubrir a Dios cercano: que está en lo más íntimo de nosotros mismos, en los aconteceres de cada día, Cristo "está" siempre ahí, pasa permanentemente a nuestro lado.

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