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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Lunes, 5. Enero 2015 - 09:58 Hora
II Domingo de navidad (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL. Este fragmento constituye la parte central del libro del Eclesiástico, conocido también con el nombre de "Sabiduría de Jesús Ben-Sirac". En el, la Sabiduría realiza un canto en su propio elogio. La Sabiduría habla en primera persona, se trata de una personificación poética lo que ha dado pie a interpretar el texto refiriéndolo al Verbo o Sabiduría del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad.
2ªL. Pablo destaca la gratuidad e iniciativa de Dios y la apertura del hombre a través de la fe al plan salvífico. Dios destina a los hombres, aun antes de crearlo, a participar de su propio ser, de su vida, a ser sus hijos... Este destino, anterior a cualquier actividad meritoria humana, es la mayor bendición recibida por y en Cristo. La respuesta y aceptación humana del don de Dios ha de ser la santidad.
Ev.- El prólogo del evangelio de Jn es un himno solemne cuya idea de fondo es la plenitud de la revelación que nos ha traído el Verbo. Ha salido del Padre y se ha hecho hombre. La llegada de Jesús divide la historia y la humanidad en dos partes: antes y después; Luz y tinieblas; nos coloca en una alternativa: ser hijos de la luz o hijos de las tinieblas.
El que la Palabra se hiciera carne, clarifica que la revelación de Dios no es un sueño sino una realidad tangible. Ha venido para acampar en medio de su pueblo. La encarnación es el primer momento de esta morada de Dios entre los hombres y tendrá su realización plena en la resurrección.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El evangelio nos coloca ante un dilema, hemos de tomar postura: ¿le recibimos o no? "la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió", "vino a su casa y los suyos no la recibieron". Otros sí acogieron en sus vidas esta Palabra y a éstos les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre"; estos "han nacido de Dios".
Celebrar la Navidad es reparar en que Dios ha querido hacernos familia suya, hijos en el Hijo. Celebrar la Navidad exige abandonar la tiniebla, y dejarnos iluminar por la Palabra, con su Sabiduría, con la Verdad. Celebrar la Navidad supone acoger a Cristo en nuestras vidas, hacerle Vida de nuestra vida.
En esta sociedad en que abunda la tiniebla, que vive en confusión y la mentira, se nos hace necesaria la Luz de Cristo.
En la Eucaristía, Cristo nos dirige su Palabra salvadora, se nos da como alimento. Acogerle es recibir su Palabra como inspiradora de nuestras entregas, dejando de lado nuestra mentalidad mundana.
La navidad nos propone a María como ideal humano ante el dilema de Cristo, respondió al anuncio del ángel con un rotudo: "hágase en mí según tu Palabra". “Guardaba todas estas cosa meditándolas en su corazón”; aprendamos de ella a acoger a Cristo.
También nosotros somos invitados, en Navidad, a dejarnos fecundar con la Palabra que Dios ha enviado a nuestras vidas para alumbrar nuestra existencia con el bien. Si le aceptamos sucederá para nosotros lo que el evangelio proclama: viviremos en la luz, seremos hijos de Dios, creceremos en esperanza.

Sábado, 20. Diciembre 2014 - 18:17 Hora
IV Dmingo de Adviento (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS

-El trono de David subsistirá siempre.
-Dios revela ahora el misterio mantenido en secreto durante siglos.
- El anuncio de Gabriel a María.

1ªL.- La promesa dinástica a David fundamenta el mesianismo real. No es el rey el llamado a hacer una casa para Dios, que está en todo lugar. Es Dios quien hace una casa para el rey y para su pueblo: elige a sus descendientes y los declara hijos. Cada rey que nace despierta la esperanza en el que ha de instaurar el reino justo de Dios. Es un símbolo mesiánico y una toma de conciencia del pueblo de Dios que se hace en la esperanza."Te haré famoso como a los más famosos de la tierra... Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre".
El salmo 88: "Sellé una alianza con mi elegido jurando a David mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo edificaré tu trono para todas las edades".
2ªL.- San Pablo escribiendo a los romanos, se admira ante la realización del plan divino de reconstrucción, anunciado en la promesa hecha a Eva, realizado en secreto durante siglos eternos. El misterio es revelado a todos para la salvación de todos. "... Revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe". Y el Apóstol concluye: "Al Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos".
EV. El relato del anuncio a María, narra con rasgos sencillos: la elección de Dios, la intervención del Espíritu, la aceptación de María en la fe, el Hijo de Dios que se encarna en una virgen. El ángel anuncia la realización de la promesa hecha a David por el Profeta Natán.

PARA LLEVARLO A LA VIDA
En nuestra sociedad secularizada muchos ya no saben exactamente qué se celebra en la Navidad. Harán fiesta y se regalarán cosas, se desaran felicidad sin saber porqué, sin sentido. Pero los cristianos celebramos la Navidad con las mismas actitudes que María: confianza en Dios, humilde agradecimiento, total apertura a su voluntad, alegría por el nacimiento del Salvador... Todo lo demás es consecuencia de que Dios quiere salvarnos y nos envía a su Hijo. Y por eso celebramos fiesta y nos alegramos.
Al celebrar la Eucaristía, Cristo está en medio de nosotros. Y nos hemos con los mismos sentimientos de la Virgen le acogemos: hágase según tu Palabra; con la convicción de que el mismo Espíritu que hizo fecunda a la Virgen, es el que convierte este Pan y este Vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo Jesús.
La Palabra se encarna en la comunidad que celebra con fe, en los que se quieren, en los que se entregan al servicio. La Palabra se encarna. La Palabra quiere seguir encarnándose en nosotros.
Cada Eucaristía es celebración del encuentro, presencia del Salvador entre nosotros. Así nos preparamos a celebrar el Misterio del Nacimiento, la Fiesta de la Navidad.

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