Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 11. Enero 2015 - 10:13 Hora
Bautismo del Señor (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL.- La figura del siervo del Señor es esperanza para los esclavos de la injusticia. En el siervo el espíritu de Dios urge el derecho, la justicia; es luz para todos los que no ven sentido. El modo de proceder del siervo es suave, pero firme; no quiebra lo frágil, pero no se quiebra en su misión. Es imagen mesiánica, que sabe a Dios en el sufrimiento.
2ªL.- Pedro manifiesta que Dios no hace distinciones y que el Evangelio no conoce fronteras. En la descripción que hace de la actividad pública de Jesús a partir del Jordán, destaca el poder de hacer milagros y la fuerza con la que libera a los oprimidos por el diablo. Es el "ungido", el Mesías. Sobre él descendió el Espíritu Santo y pasó por el mundo haciendo bien y curando a los oprimidos.
Ev.- El Evangelio nos recuerda que la conmoción provocada por la predicación del Bautista fue tan grande, que muchos creyeron que él era el "Mesías" prometido. Para evitar el equivoco Juan acentúa su misión de "precursor" señalando a Jesús: En pos de mí, viene uno...
El bautismo de Jesús es el primero de los signos mesiánicos, se solidariza con la humanidad pecadora y sufriente. Para manifestar que Jesús bautizará con Espíritu, se rasgaron los cielos (es decir: ha llegado la salvación definitiva. Dios vuelve a hablar con su pueblo). Baja el Espíritu sobre él y se oyó la voz del cielo.

PARA LLEVARLO A LA VIDA
En el bautismo, somos revestidos de Cristo, el prototipo del hombre nuevo. La verdadera novedad radica en un corazón nuevo capaz de conocer, amar y servir a Dios con espíritu filial, y de amar a los hombres y a las cosas de Dios.
Con este nuevo modo de ser, vivido conscientemente por acción del Espíritu Santo, el hombre imprime a su vida un dinamismo interior conforme al modelo de Jesucristo: el propósito de obrar el bien y combatir el mal.
En el sacramento del bautismo Dios regala el don de la fe, y el hombre ha de responder con una toma de postura, una elección: vivir como Cristo, ser cristiano. Esta elección nos transforma y nos introduce en la Iglesia, familia de Dios.
El bautismo comporta una misión de servicio para todos los hombres: comunicar a todos el designio salvífico de Dios. Nuestro servicio al mundo como bautizados se concreta en edificar el bien y la justicia, en hacerle pasar del pecado a la gracia, de la maldición a la bendición. El bautizado ha de trabajar por bautizar al mundo, tratando de anegar su injusticia con la justicia de Dios.
En la Eucaristía hacemos el memorial de Cristo, que fue servidor de todos, que pasó haciendo el bien, curando a los oprimidos del diablo, luchando contra las situaciones de pecado que nos hacen malditos. Su vida es un testimonio de que Dios estaba con El y de que sigue estando con nosotros. Alimentados con su Palabra y con su Cuerpo aprestémonos a cumplir con nuestra misión en bien del mundo y servicio de Dios


Lunes, 5. Enero 2015 - 18:30 Hora
Epifania del Señor

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL.- El advenimiento de Yavé convierte Jerusalén en foco de luz para todo el mundo, en faro que orienta todos los caminos. Los pueblos que yacían en tinieblas de muerte emprenden la marcha bajo la nueva luz.
2ªL.- Pablo nos recuerda que el "misterio" que se ha dado a conocer es el plan salvífico que estaba escondido desde la eternidad. Su revelación es una decisión libre de Dios, fruto del amor que tiene al hombre. Es la salvación que se realiza en y por Cristo.
Ev.- El relato de los Magos evidencia que aquel que ha nacido en Belén no es sólo el rey de los judíos sino el salvador del mundo; el que ha venido a liberar tanto a los que estaban bajo la ley de Moisés como a los que padecían el despotismo de las estrellas
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El Evangelio subraya que la epifanía de Dios se limita al pueblo judío, es para todos los pueblos. La Iglesia, nosotros, somos "sacramento" -signo real y eficaz- de la manifestación del amor de Dios para todos. Los Magos alcanzaron su manifestación de Dios, porque supieron reconocerle en los rasgos de un hombre-niño. Somos invitados encontrarnos con Dios en los hombres, de descubrirle particularmente en los menesterosos, de lo contrario no lo descubriremos jamás.
En Oriente se denomina al dia de hoy: "Fiesta de la luz". La luz es Cristo, resplandece en la Iglesia, y ella quiere iluminar a todos los hombres por la predicación del Evangelio. Para que todos los hombres lleguen a vislumbrar la estrella, como los magos, para que todos los hombres caminen en la luz del Señor.
El Hijo de Dios quiere manifestarse a todas las naciones para realizar el plan universal de salvación del Padre. Los magos son ejemplo de la búsqueda ilusionada. El camino de cada hombre hacia Dios implica salir de uno mismo para buscar.
Hemos de salir de nuestra instalación para buscar a Dios en cada situación. Necesitamos emprender el camino de la fe -poco claro - que pueda llevarnos a descubrir la gran alegría.
Reparemos en que son unos que vienen de lejos con buena voluntad, los que se acercan a Cristo, en lugar de los que lo tenían más cerca. El malestar y la hipocresía de Herodes o el desinterés de los fariseos, evidencian la dificultad de los poderosos para abrir los ojos de la fe. La estrella brilló para todos pero solo unos pocos supieron interpretar su significado. Siempre en algún rincón de la tierra hay hombres y mujeres – como aquellos Magos- que, captando los signos de los tiempos, seguirán la estrella y encontrarán a Jesús. Qué no falten cristianos que deseen convertirse, en signos para los hombres de la gracia de Dios.
Nos quejamos de los derroteros de nuestra sociedad. Donde los malos sirven de ejemplo y los buenos de irrisión… Pero ¿qué hacemos los cristianos? Reyes es la gran fiesta de los niños, la alegría y la esperanza de la familia y la Iglesia. El mejor regalo que los mayores podríamos hacerles, sería el acercarles a Cristo enseñarles con el ejemplo, el valor de la fe, el testimonio del Evangelio, que vieran en casa la alegría de la presencia de Jesús y aprendieran, que la felicidad más grande radica en imitar a Jesús, compartiendo y haciendo el bien.

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión