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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 9. Septiembre 2023 - 19:24 Hora
XXIII Domingo TO (ciclo A)

1L.- El profeta es como un centinela que otea el horizonte para avisar de los peligros que se avecinan. Por eso el profeta no debe callar; si un impío yerra su camino y el profeta no le avisa para que se convierta, el impío morirá, y el profeta será culpable de su muerte; si le avisa y no se convierte, el impío morirá, y el profeta será inocente.
2L.- El mandamiento supremo del amor es el que encabeza todos los otros mandamientos.
Si todos los mandamientos de la ley han sido dados para no dañar al prójimo, el que ama a su prójimo cumple todos los mandamientos.
Ev.-
Los tres textos de la liturgia de la palabra de este domingo abordan la preocupación por el hermano, como exprés cumplida del mandato del amor al prójimo.
Hemos pensado siempre que, amar al hermano, es sólo procurarle el bien, pero sin interesarnos por nada más, sin tener en cuenta su vida moral. Sin embargo, la exigencia va más allá. No es suficiente tener una actitud benévola hacia nuestro hermano. Se requiere llegar a sentirse corresponsable de su virtud o su pecado. Porque le amamos debemos sentir sus pecados como un gran fracaso, no sólo suyo, sino también nuestro. Por ello el profeta se siente interpelado por Dios y hasta acusado de los pecados ajenos si no hace todo lo posible por poner en guardia al "malvado". Y Cristo nos ofrece hoy una enseñanza trascendental sobre el cuidado por la salvación del prójimo; al servicio de la cual pone la corrección fraterna.
El cristiano debe sentir la responsabilidad no sólo sobre sus pecados sino también sobre los pecados del mundo. Ha de mantener una actitud profética, anunciar el Reino de Dios y ello no puede hacerse sin estar denunciando todo cuanto se opone a la construcción de ese Reino, el pecado instalado en los corazones

Sábado, 2. Septiembre 2023 - 10:13 Hora
XXII Domingo TO (ciclo A)

1L.- La acción del profeta trasciende sus propios gustos, lo que le granjea numerosas incomprensiones y sinsabores. El lamento del servidor de la palabra no se pierde en el silencio de Dios, sino que El ayuda con su fuerza, la débil voluntad del mensajero.
2L.- La exhortación de Pablo a la comunidad de Roma trata de hacerles ver que no se puede ser cristiano viviendo igual que los paganos, y ello exige un cambio radical de la propia existencia.
Ev.- Pedro, que acababa de ser nombrado por Jesús jefe del grupo apostólico, es ahora llamado «Satanás» o «tentador» por el propia Jesús. A veces, los mismos responsables de la iglesia pueden sufrir la tentación satánica de ahorrarse la persecución, llegando a pactar con el poder más allá de lo evangélicamente correcto.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús comenzó a explicar a sus discípulos cómo tenía que subir a Jerusalén para ser juzgado y condenado a la muerte en cruz, porque ese era el plande Dios. Pero los discípulos no comprendieron nada. Sólo veían en ella escándalo, sufrimiento y derrota. La miraban con criterio demasiado humano.
Teilhard de Chardin decía a quien se quejaba del peso de las cruces en su vida consagrada: "Quizá miras mal a la cruz y no ves en ella más que dos palos cruzados. Gírala y verás en ella a Jesús clavado por amor. Entonces todo cambiará de sentido y lo comprenderás todo". Hemos de contemplar la cruz más frecuentemente y aprender a mirarla, aprender de ella. Es un equívoco pensar que nuestra vida se santifica a través de la multiplicación de actos piadosos (jaculatorias, visitas al Santísimo, rectificación de nuestra intención interior, ofrecimiento de obras, ...). Es la vida diaria en la que uno se santifica, aportando a Dios lo que pide para desarrollar la construcción de su Reino.
Y cargar la cruz de Jesús nos convierte en fieles cumplidores de la voluntad del Padre, en el sufrimiento asumido y realizado por amor. La cruz que el Señor quiere que acojamos cordialmente es la cruz del amor, del dar diariamente la vida por los hermanos, conscientes de que dando la vida es como de verdad la ganamos.

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