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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Jueves, 4. Enero 2024 - 09:06 Hora
Epifanía

1L.-El Señor convoca a todas las naciones para celebrar la misma salvación que ha surgido en Jerusalén
2L.- S. Pablo confiesa que junto a la gracia y la misión apostólica ha recibido también la revelación del misterio, de aquel misterio en otro tiempo oculto en la intimidad de Dios y ahora manifestado por el Espíritu Santo a los apóstoles y profetas.
Ev.- La adoración de los magos revela que el niño nacido en Belén no es sólo el rey de los judíos sino el salvador del mundo, tanto de judíos como de gentiles; el que ha venido a liberar tanto a los que estaban bajo la ley de Moisés.
PARA LLEVAR A LA VIDA
La celebración de la fiesta de la Epifanía del Señor es para nosotros una invitación a salir al encuentro con Dios; a dejarnos conducir por la estrella de la fe, escrutar en las Escrituras, buscar orientación y consejo en los momentos de desconcierto o cuando se debilite la luz de la fe; hemos de ser perseverantes en la búsqueda hasta alcanzar el encuentro.
Esta es la fiesta del reconocimiento de Jesús en el misterio que le define: verdadero hombre, Dios y rey.
No es suficiente con que Dios se manifieste, es necesario que el ser humano acierte a descubrirle allí donde él se manifiesta: en la simplicidad de lo cotidiano, en inocencia de un niño recién nacido, en la sencillez de un hogar humilde. Y como consecuencia de ese descubrimiento, ha de seguirse un cambio de actitud ante la vida.
Descubrir a Cristo cercano, presente y próximo reclama toma de postura y entrega. Nada puede ser como antes. El evangelista, señala que tras adorar al niño los magos se vuelven por otro camino. Y aunque regresan a su tierra, no lo hacen por las andadas porque nada va a resultar igual. El camino de búsqueda realizado y el encuentro con el niño Dios les ha transformado. Por eso cambian de ruta.
La fe descubre siempre nuevos caminos, porque avanza siempre de pregunta en pregunta, buscando siempre hasta alcanzar respuesta en el encuentro.
Si somos creyentes, no podemos seguir siendo indiferentes a los signos que Dios envía a nuestras vidas, hemos de ponernos en marcha. Para encontrarle, como los magos, hemos que dejarnos conducir por la estrella, salir de nosotros mismos e ir al encuentro del buen Dios presente, con austeridad y simplicidad, en los otros, los humildes.
Si abriésemos los ojos a los signos, no nos resultaría tan difícil encontrar las presencias de Dios.

Lunes, 1. Enero 2024 - 09:23 Hora
Santa María, madre de Dios

1L.- El texto recoge una fórmula antiquísima para bendecir al pueblo, de manera orante, invocando sobre él el nombre del Señor
e suplica que Dios conceda su protección, su favor y la paz al pueblo sobre el que se invoca su santo nombre. Esta "paz" es para los judíos el compendio de todos los bienes mesiánicos: reposo, gloria, riqueza, salvación, vida...
2L.- . El que ha creado todo con su palabra, nos hace hijos suyos cuando nos llama a sí. Y si Dios nos llama hijos y nos hace realmente tales, bien podemos nosotros llamarle "Padre", lo mismo que Jesús. El Espíritu de su Hijo, que nos ha dado, nos anima y enseña un nuevo modo de orar y da testimonio de que somos verdaderamente hijos.
Ev.- Los pastores aceptan la palabra del ángel, se dirigen a observar el signo y encuentran al niño acostado en el pesebre.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Iniciamos un nuevo año y la Palabra proclamada nos ofrece claves para vivenciarlo: la bendición (1L), la filiación (2L) el conocimiento de Jesús y la meditación.
El anuncio del cielo encuentra respuestas diversas, van desde la indiferencia
hasta la fe. De un lado están los simples curiosos, que se admiran por lo extraño del suceso y lo comentan (en propiedad no se describe la adoración de los pastores sino su asombro). Del otro lado está María, que conserva todas estas cosas, las medita en su interior y va reconociendo la misteriosa presencia de Dios en su hijo envuelto entre pañales, recostado en un pesebre.
El testimonio que ofrecen los pastores sobre lo que les han revelado los ángeles, Ntra. Señora lo guardaba y conservaba en su corazón. En su asombro aquellos no cesan de alabar a Dios y proclamar su gloria. Movidos por la curiosidad han llegado a la proclamación; aquella gente sencilla se convirtió en pregonera; pero marchan de nuevo a su rebaño, alabando a Dios por lo que han visto y que les abre a la fe.
El pasaje no hace hace hincapié tanto en la circuncisión del niño, cuanto en la imposición del nombre: Jesús, tal como había sido indicado por el ángel, en el cual se fija la misión de Jesús: Dios es salvador. En su vida y enseñanza se nos ofrece la salvación; Por ello, hemos de situarnos ante el relato; lo haremos ¿Como los pastores y María? O ¿Simplemente como curiosos?

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