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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Martes, 24. Marzo 2015 - 11:48 Hora
Domingo de ramos en la pasion del Señor (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
DOMINGO DE RAMOS (Ciclo B)
1ªL. El profeta recoge el sentir del Siervo de Yaveh que contiene en sí el dolor de toda creatura, y también la confianza que ilumina el sufrimiento. El mensaje que anuncia es: él mismo. Quiere ser palabra de aliento para todos los abatidos. Él no está en posesión del sentido que anuncia; pero está a la escucha. Dios está en el sufrimiento con el siervo. Y siervos de Dios son todos los que con fe, sufren y escuchan. En ellos se redime el dolor.
2ªL.- El texto de S. Pablo recoge un himno de las primeras comunidades: Jesús aceptó este abajamiento más que haciéndose hombre, "encarnándose", viviendo día tras día la existencia humana, y aceptando sus limitaciones concretas, ee especial la de la muerte.
Ev. El evangelio de Marcos, es el más cercano a los hechos. Nos hace sentir más intensamente la angustia de Jesús, su soledad, el abandono de sus discípulos, la burla de los testigos, el aparente fracaso de la cruz que termina en «un fuerte grito». La muerte de Cristo es la confirmación de toda su vida. El relato de la pasión no debe ser escuchada como una simple crónica sino como meditación. Estos hechos son iluminados por la Escritura y desde la experiencia pascual. El relato es más llamada a la fe que a la compasión.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Los cristianos vamos a celebrar en esta Semana el misterio central de nuestra fe. Contemplemos llenos de fe: el dolor y la muerte de Jesús. Dejémonos llenar de esperanza, porque también el dolor del mundo encuentra sentido si es vivenciado como participación en el dolor salvador de Cristo Jesús.
Vivimos en una sociedad del confort. Nos hemos acostumbrado a la violencia. Se ha adormecido nuestra sensibilidad ante el mal y el pecado. Se ha atrofiado nuestra percepción del bien (mediatizado por nuestros intereses), muchos de nosotros han perdido mirada sobrenatural sobre las cosas.
Olvidamos muy pronto el sacrificio de los que están dando la vida por algo noble, de los que están combatiendo las injusticias y los males del mundo (la pobreza, la incultura, la enfermedad, la falta de libertad, la falta de trabajo, vivienda, comida...). Como discípulos del crucificado hemos de concebir el mundo como un reto que hay que perfeccionar, mejorar, corregir, enriquecer, liberar... La Pasión ha de ser una llamada de atención para abrir los ojos para quienes ya han renunciado a todo, para quienes desilusionados han abandonado al prójimo hundido, para quienes cómodamente se han conformado con la mediocridad de una fe confortable. La celebración del triduo sacro es interpelación de la actitud verdaderamente cristiana ante la pasión de nuestro mundo, que a ejemplo de Jesús, ha de vencerse con la fuerza del amor.
No presenciemos la pasión como espectadores indiferentes, tomemos partido por Cristo, salgamos en su defensa, en su ayuda, ayudémosle a cargar con la cruz, limpiemos su rostro, mantengámonos cerca de su cruz, con la convicción profunda de que a los que le seguimos en el camino de la cruz también Dios nos hará partícipes de su Nueva Vida de Resucitado.
¡Aprestémonos a meditar y orar –con profunda gratitud y espíritu de servicio- el camino salvador de Cristo!

Lunes, 9. Marzo 2015 - 10:15 Hora
IV Domingo de Cuaresma (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS.
1ªL Con este pasaje se termina el libro de las Crónicas. Trata de convencer al lector de que la caída de Jerusalén es consecuencia de la inobservancia de la ley particular del sábado. . Dios está en el juicio y en la gracia, en la finitud que se manifiesta y en el renacer de la esperanza. Ni la opresión ni la liberación acontecen en su ausencia. Se revela como liberador por donde no se le espera.
2ªL.- San Pablo nos dice que Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo, nos ha salvado por pura gracia; nos nos ha resucitado con Cristo y nos ha sentado en el cielo con él. Todo ello es don gratuito de Dios: "no se debe a vosotros". Es Dios quien hace de cada cristiano una creación nueva y lo llama a vivir dedicado "a las buenas obras".
Ev. Jesús es elevado (para morir) por el mundo y es elevado (para salvar) por el Padre: "para que todo el que crea en él tenga vida eterna". Hacia ese Jesús elevado levantamos nuestros ojos de fe, reconocemos en él el amor salvador del Padre y el amor fiel del Hijo.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Dios quiere estar en comunión con el hombre. La respuesta del hombre al amor de Dios, a la entrega de JC, es vivir de acuerdo con la verdad. Existe en Dios una voluntad indiscutible de salvación. Dios no quiere que nadie se condene.
Pero deja espacio a la libertad a la decisión personal de cada hombre; deja abierta es la posibilidad de rechazar la salvación: "el que no cree en él ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios". La conversión se concreta en una sencilla respuesta de amor al amor desbordante que Dios nos profesa.
Si alguien se excluye de la salvación se debe al rechazo del ofrecimiento que Dios hace en Jesús. Hay que tomar partido: Jesús ama a todos los hombres y vino a servir a todos. El eligió la cruz.
Espera de nosotros respuesta de aceptación amorosa. La fe y el amor transforman a las personas. Constituyen una fuerza interior que permite superar dificultades impensables. No pueden tenerse en depósito. Se viven, se ejercitan.
Una cosa es hablar de amor (como hacen los psicólogos) y otra hablar amorosamente (como hacen los enamorados). Una cosa es hablar de fe (como hacen los teólogos) y otra hablar desde la experiencia de fe (como hacen los místicos). No se trata de hablar sino de vivenciar, de poner en ejercicio, de servir… Es la consecuencia de mirar a Cristo crucificado y reconocerlo como señor de nuestra vida.

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