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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 25. Julio 2015 - 18:04 Hora
XVII Domingo del TO (Ciclo B)

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ªL.- En las «florecillas» de Eliseo se incluye una maravillosa multiplicación de pan. Es un modo de afirmar el poder del profeta, mensajero de Dios. El fantástico poder del taumaturgo intentó orientar con signos hacia Dios. La saciedad que da su pan no es de orden somático, sino espiritual: tiene fuerza divina. El hombre no vive en plenitud sino con el sustento de esas dos suertes de pan.
2ªL.- Estas líneas denuncian la división de los cristianos y les exhortan a procurar la unidad, mediante la humildad, dulzura, paciencia. Unidad que ya existe, se trata de no destruirla con las propias actitudes. Dios está por encima de todas nuestras divisiones y actúa a través de todos nuestros esfuerzos.
Ev.- Jesús como pastor solicito multiplica los panes y los peces. El pan es para el hambre. La multitud creyó haber encontrado en Jesús al Gran Profeta, por él se fue a la montaña, porque él conduce a un lugar diferente. No hay más pan saludable que el que permite proseguir el camino en el que se agranda el hambre. Jesús multiplica el pan, es para producir hambre de Dios.
Para Dios, el signo del pan es inseparable del signo de la entrega, de la cruz. El Jueves Santo Jesús celebró de antemano lo que llevaría a término en su pasión. No hay más que pan partido, roto, entregado. Para Dios, el pan tiene desde entonces un precio inestimable: para hacerse pan ha entregado a su Hijo. Dios ha pagado tal precio que ya no podrá olvidar el gusto del pan.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
La palabra de Dios produce un cambio de mentalidad por el que, ante las necesidades vitales del mundo, nadie debe reservarse para sí en propiedad lo que pertenece a todos.
La eucaristía es celebración del misterio del amor y de la solidaridad del Hijo de Dios con los hombres. Es signo de la solidaridad de los hombres entre sí y de todos con Dios. Jesús vino al mundo para que tengamos vida. Por eso se hizo solidario de los pobres, de los que tiene hambre y sed, de los que sufren…, por eso se ha hecho el prójimo de todos los hombres, para que ningún hombre quede al margen de la solidaridad.
Este Evangelio nos invita a cuestionarnos ¿Qué buscamos nosotros en Jesús? Porque parece que a la multitud que seguía a Jesús le bastaba con el pan que había multiplicado, y no deseasen nada más.
¿Qué buscamos nosotros en Jesús? Preguntémonos si nuestras únicas aspiraciones son que la vida marche bien y sin complicaciones, o si esperamos de él más. Cuando participamos en la Eucaristía, ¿qué buscamos?
Sólo un muchacho -escribe Juan- tenía cinco panes y un par de peces. Pero esta pobreza, esta poca cosa, compartida, se convierte en alimento para miles de personas y aún sobra. ¿Ponemos a disposición de Jesús, de los demás nuestra poquedad?
No caben seguimientos egoístas, preocupados sólo por uno mismo. No vale la excusa de que primero hay que tener para después compartir. Lo primero es compartir, aunque sea muy poco lo que se tenga poco.
Si compartimos la Eucaristía pidamos tambien saber compartir toda nuestra vida.

Sábado, 25. Julio 2015 - 17:47 Hora
Solemnidad de Santiago Apostol

EXPLICACION DE LAS LECTURAS
1ª L.-El libro de los Hechos da la noticia del martirio de Santiago el Mayor. El haberle infligido la misma muerte que a Juan Bautista sugiere que Santiago fue desde el principio un profeta incómodo. Su martirio es un estímulo para seguir audazmente en la denuncia profética.
2ªL.- La proclamación del Evangelio se ha de hacer desde la propia fragilidad, no desde el orgullo y la seguridad. Pero, sobre todo, únicamente se puede proclamar aquello que primeramente ha sido firmemente creído y asumido.
Ev.- La madre de los hijos del Zebedeo aspira al mejor puesto para sus hijos. Jesús no anula esta aspiración sino que le da un nuevo giro. Los apóstoles no podían imaginar la magnitud ni el verdadero significado de este cáliz.
Sólo Dios decide los asientos en el Reino. Si el creyente "exige" a Dios una recompensa por su adhesión, no ha entendido que el único camino para "llegar arriba" es ponerse al servicio de los demás.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El apóstol Santiago, que predicó el evangelio con humildad, el testigo que fue decapitado por Herodes Agripa, nos invita a renunciar a cualquier fuerza que no sea la fuerza de la palabra de Dios. El camino de Santiago, el que recorrió Santiago sin otro equipo que un bastón y unas sandalias, no puede recorrerse si no se desprende de todo lo accesorio. Santiago nos llama hoy a seguir a Jesucristo, que vino para servir y no para ser servido.
El tema del poder en la comunidad cristiana queda resuelto en el evangelio. El señorío y el poder de los poderosos de este mundo esclaviza y mata. La lección que ofrece este evangelio es válida para todos los cristianos, ¡somos llamados al servicio recíproco!
Ser cristiano es amar. Y amar es servir. Y cualquier autoridad no tiene más razón de ser que servir. Pero atención que es más fácil servirse, poner a los demás a nuestro servicio. El Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir.

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