Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Viernes, 1. Noviembre 2024 - 06:25 Hora
Solemnidad de todos los santos

1L.- El texto es una gran doxología.Todos han sido salvados por Dios y por la sangre del Cordero. Pero no ha ahorrado a ninguno de sus elegidos el pasar por la lucha y las tribulaciones de la historia. Y la muchedumbre incontable y los ángeles les tributan "todo honor y toda gloria".
2L.- El apóstol destaca el insondable amor del Padre que ha dado a los cristianos el nombre de "hijos de Dios". Saben ahora lo que realmente son. Pero cuando se manifieste plenamente se sorprenderán y verán que son semejantes a Dios.
Evangelio.- Jesús proclama las bienaventuranzas. La dicha no radica en las situaciones sino en las actitudes personales que sostenidas en la fe y la esperanza, no se dejan derrotar por ellas.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesus llama dichosos a quienes afrontan las situaciones adversas de la vida con actividades colmadas de esperanza y en ellas encuentran motivación para testimoniar su fe y poner en ejercicio su caridad.
Las bienaventuranzas no son una invitación a resignarse ante las frustraciones que propicia el mal; no son un ilusorio consuelo ante las privaciones que impone la vida. No.
Jesús se dirige a hombres y mujeres decididos y activos que, ante a situaciones concretas que adoptan actitudes positivas y justas. Y lejos de sentirse desgraciados o abatidos, son entusiastas y felices, se hacen capaces de transformar la realidad. Aún en situaciones de conflicto como la pobreza, llanto, sufrimiento, hambre-sed y persecución por causa del Evangelio; o con acciones de misericordia, limpieza de corazón, esfuerzo por la paz tratan de hacer de la tierra un pedacito de cielo.
Así expresa Jesús que cualquier situación humana, vivida en coherencia con el Evangelio, es buena para realizar el proyecto de santidad que Dios espera de nosotros. Estamos llamados a ser santos para entrar en el reino d Dios, para ser de verdad, y no sólo se nombre, cristianos.
Celebremos a nuestros santos, aquellos que encontraron el instrumento de su santificación en la azada o el martillo, el fonendo o la tiza, en el taller o en la escuela, en la familia o en la calle... Santos de lo cotidiano y la sencillez. Aprendamos de ellos a vivir alegres y siempre serviciales.
Feliz día de todos/as los santos!

Viernes, 25. Octubre 2024 - 06:00 Hora
Domingo XXX del TO (ciclo B)

1L.- El pueblo desterrado y disperso concibe la salvación como retorno a su patria. Como en un nuevo éxodo marcha por un desierto transformándose. Pero el profeta que anuncia la salvación no habla de una nación que se reconstruye sino de una portentosa intervención divina: la fragilidad y la debilidad humana, redimidas.
2L.- Al describir el sacerdocio de Cristo y su dignidad. Establece un paralelismo con los sacerdotes del A. T. y destaca dos rasgos que se dan en él, con mayor perfección: la solidaridad con el pueblo, y la vocación. El sacerdote será tanto más idóneo para desempeñar su misión cuanto más comprensivo se muestre con las miserias ajenas. Ellos le ayudará a mantener en vivo el recuerdo de su propio origen y a no distanciarse del pueblo.
Evangelio.- La curación del ciego de nacimiento.
PARA LLEVAR A LA VIDA
El hijo de Timoteo no puede seguir a Jesús porque no ve; en cuanto ve le sigue. Ver ¿qué? La respuesta a esta pregunta constituye sin duda la clave.
El ciego había descubierto en los rasgos humanos y compasivos de Jesús, que escuchaba comentar a las gentes, al Mesías. Por eso le interpela como hijo de David. En este sentido profundo ya no es ciego; por eso le dice Jesús: Tu fe te ha curado. Paradójicamente es un ciego fisiológico es quien ve realmente, mientras muchos que dicen ver en realidad no saben ver. Eran muchos los que acompañaban a Jesús pero sólo un ciego fue capaz de verle y seguirle. Un un hombre con capacidad de admiración, de aceptación, de disponibilidad; un hombre que todo lo espera y recibe sin exigir nada.
Quienes son los verdaderos ciegos?
Hemos de suplicar con humildad: "Maestro, que pueda ver", que pueda seguir caminando, que aprenda a esperarlo todo de ti, que aprenda a mantener la ilusión, a crecer en la esperanza de tus palabras. Que aprenda a seguir caminando. Que sepa mostrar a todos los hombres el amor salvador de Dios manifestado en ti y descubrírselo a cuantos, sentados al borde del camino, estén prontos a levantarse y seguirte.

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión