Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 10. Abril 2016 - 10:55 Hora
III Domingo de Pascua (Ciclo C)


1ªL.- La primera comunidad cristiana se ve en la necesidad, de desobedecer formalmente una orden de la autoridad, porque iba en contra de la imperiosa exigencia del Evangelio. El cristianismo frente a la autoridad no es contestatario, pero tampoco servil.
2ªL.- Juan ve a Cristo junto a Dios en la figura de un cordero: su nombre recuerda, a la vez, al cordero pascual y al siervo de Dios, que toma sobre sí los pecados del mundo. El Cordero inmolado, es el único que merece recibir de Dios todo poder. Los coros de los ángeles entonan un cántico de alabanza, y se unen todas las criaturas del mundo visible.
Ev.- Aquí Jesús no come nada sino que distribuye el pan y el pescado. Los discípulos quedan invitados a participar del alimento que les ofrece el Señor resucitado. La celebración de la comida eucarística, es para el cristiano el lugar cumbre de la vivencia de la resurrección.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesús es el Señor, el Salvador. Es el kerigma pascual que contiene dos contenidos: el señorío de Jesús y su condición salvífica. Es una profesión de fe, más vital que conceptual.
Jesús predicaba el reino de Dios; los apóstoles, predican a Jesús como expresión concreta de ese reino. La salvación en el Señor Jesús es una experiencia vivencial. Los primeros cristianos se sienten salvados, hombres nuevos, llenos de Espíritu Santo.
Jesús está presente, todos son conscientes de que algo muy importante ha sucedido, algo que está elevando la alegría de aquellos corazones.
El crucificado está allí, entre ellos, vivo y bien presente. Ha resucitado. Parece increíble, ellos mismos han tenido sus dudas, porque no acaban de creérselo, pero hay que abrirse a la realidad exultante, son testigos de esto y nadie los va a hacer callar. Sorprende el coraje y la valentía de los apóstoles..
El reino de Dios es así de pequeño y de grande, sencillo como el pan y el almuerzo entre amigos. Así nace la comunidad, la iglesia.
Los apóstoles arriesgaron su propia vida al dar testimonio de que Jesús había resucitado. ¿Qué arriesgamos nosotros? Dar testimonio de la resurrección de Jesús en el mundo actual es manifestarse en favor de los que padecen hoy la pasión de Jesús y denunciar las injusticias. Es levantar la voz donde se impone silencio ante la verdad y suscitar una esperanza.
Pedro, había negado a Jesús tres veces (como nosotros en momentos difíciles: por quedar bien, por debilidad, por comodidad...). Y Jesús, resucitado, le pregunta si le quiere, tres veces, tantas como le negó. Jesús nos pregunta para que caigamos en la cuenta que el es nuestro Señor, nuestra vida. Y nos repite, pese a nuestra flaqueza: Sígueme.
Su Palabra y su Pan se nos ofrecen cada domingo en la Misa, para que sepamos descubrir la presencia viva de Jesús Resucitado en nuestros hermanos, en nuestros afanes, en lo más profundo de nuestra vida. Allí está, expectante de nuestra respuesta y entrega: ¿Me amas?

Domingo, 27. Marzo 2016 - 10:15 Hora
I Domingo de Pascua


1ªL.- Se trata de un compendio de la predicación de Pedro. Sus palabras resumen la actividad de Jesús, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu, pasa haciendo bien, curando a los enfermos y liberando a los oprimidos por el diablo. Pedro habla solidariamente en nombre de los doce: Jesús es el Cristo, el Señor. "Nosotros somos testigos..."
2ªL.- El bautismo, la unión con Cristo resucitado, marca para el cristiano la orientación fundamental de su vida. Y se trata de una vida que camina hacia una plenitud y que está llamada a crecer continuamente.
Ev.- María va al sepulcro; cree que la muerte ha triunfado; busca a Jesús como un cadáver. Su reacción es de alarma y avisa a Pedro. No habían entendido, cuando partieron,las profecías. Pero el otro discípulo, al mirar con los ojos del corazón: creyó, captó que la muerte física no podía con Jesús, cuyo amor hasta el final ha manifestado la fuerza de Dios.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Feliz Pascua, "¡Si Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos!" La resurrección es irreversible. La resurrección de Cristo no es el mito del eterno retorno: vivir para morir, morir para vivir, y vuelta a empezar. No, la resurrección es un hecho histórico, que cambia toda la historia de la salvación.
La muerte es el último enemigo. El poder de la muerte se palpa en el hambre, las enfermedades, la explotación, la marginación, las injusticias... y todo cuanto mortifica a los hombres y a los pueblos. Creer en la resurrección de Jesús es combatir ese dominio de la muerte. Ha nacido en el mundo una esperanza: La acción y la pasión de los que luchan y esperan en Cristo. Ya todos los dolores del mundo son ahora dolores de parto. Jesús encabeza el triunfo.
Nos dice S.Pablo: "Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba...". La resurrección es una ruptura con el mal y el pecado del mundo, es un compromiso con la esperanza de toda la creación que suspira para que un día se manifieste, al fin, la gloria de los hijos de Dios.
Creer en la resurrección de Jesús no es sólo tener por cierto que resucitó sino resucitar con él. Es vencer, ya en esta vida, por la esperanza a la muerte.

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión