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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 25. Junio 2016 - 08:24 Hora
Domingo XIII del TO (ciclo C)

1ªL.- Eliseo, al ser llamado, se desprende de todo lo que tiene, se despide de los suyos y sigue al profeta que le da la investidura. El manto profético le signa de nueva personalidad y le lanza a una misión. El profeta es el hombre de Dios en el mundo del hombre.
2ªL.- Cristo no sólo nos ha liberado de la esclavitud de la Ley y del pecado, sino que nos quiere libres, nos ha colocado en un estado de libertad. Pero la libertad verdadera lleva al servicio de los hermanos.
Ev. El camino habitual de Galilea a Jerusalén pasa por Samaría: Jesús, dirigiendo al grupo galileo de discípulos, irá por él. Las respuestas de Jesús en cuanto al seguimiento significan que seguirle, exige disponibilidad total, radicalidad de entrega y coherencia.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
En marcando el relato aparece la enemistad y el odio entre samaritanos y judíos: lo que molesta a los samaritanos, es la finalidad del viaje: el ir al templo de Jerusalén lo interpretan como un desprecio al templo de Garizín. A la propuesta de los discípulos, Jesús reacciona regañándolos: el discípulo no puede moverse por sentimientos de venganza, desquite o intransigencia.
La segunda parte recoge tres palabras de Jesús en torno a las actitudes del que le quiere seguir como discípulo. Un escriba que pide ser admitido entre sus seguidores. Jesús no contesta con una negativa ni con una aprobación. Solamente muestra lo que aguarda al que le quiera seguir. Porque ser discípulo de Jesús significa compartir su destino, reproducir sus actitudes.
Después llega otro y pide a Jesús que antes le permita cumplir los deberes de piedad con su anciano padre. Enterrar al padre quiere decir permanecer en su casa hasta que su padre hubiera sido sepultado y quedado él libre de todas las obligaciones con su padre. Esta espera podría durar un prolongado período de tiempo. La respuesta de Jesús parece sumamente rigurosa. Sígueme. Este seguimiento es mucho más importante y urgente que cualquier obligación filial. Deja a los muertos que entierren a los muertos. Porque el que no ha aceptado el reino está en la muerte. Los que han cerrado el oído al llamamiento a la vida y perseveran en el pecado, espiritualmente están muertos y son también sepultureros de los demás. El seguimiento de Jesús lleva de la muerte a la vida eterna.
El tercero manifiesta espontáneamente su voluntad de seguirle a Jesús pero con condiciones. Sin embargo, Jesús exige una dedicación absoluta al Reino, por encima de los sentimientos y proyectos personales.
Las respuestas de Jesús significan, que seguirle, característica identitaria de todo discípulo (=cristiano), exige disponibilidad total, radicalidad de entrega y coherencia.
Ahora piensa… ¿Cuáles son tus escusas o condiciones para no seguir con decisión el llamamiento de Cristo?

Domingo, 19. Junio 2016 - 16:24 Hora
XII Domingo del TO (Ciclo C)

1ªL.- El profeta Zacarías anuncia la íntima relación que existe entre la gracia y la clemencia: el pueblo de Israel debe ser fiel al Dios que le ha escogido por pura misericordia, por gracia sin mérito propio.
2ªL.- En la carta a los Gálatas el Apóstol Pablo recuerda a la comunidad que todos somos hijos por la fe en Cristo. La fe es un don gratuito de Dios que él pone en el corazón. La fe nos hace co-partícipes de las promesas hechas a Abraham, aunque no pertenezcamos al pueblo judío.
Ev.- Al tiempo que Pedro confiesa el mesianismo de Jesús, Jesús les manifiesta el tipo de mesianismo que ha asumido, de servicio, de entrega hasta dar la propia vida.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
En el evangelio de hoy. Jesús después de convivir con los discípulos largo tiempo, cuando preve su trágico final les pregunta ¿quién decís que soy yo? Nadie puede entrar en el misterio de Cristo, si Cristo no se manifiesta en sus palabras y en sus obras, y si Dios mismo, el Padre, no le introduce en ese misterio.
Jesús prohíbe a sus discípulos que digan que él es el mesías de Dios, quiere evitar malentendidos. Sus contemporáneos, incluidos sus propios discípulos, pensaban en un mesías que restableciese el honor de Israel y lo librara de la opresión extranjera que padecía. El significado de la persona, de la dignidad del mesías, lo descubrirían los apóstoles a la luz de los acontecimientos pascuales. Entonces llegaría el momento de proclamar sin equívocos que Jesús es el Cristo, el mesías de Dios.
Jesús no pide que expresemos lo que cada uno de nosotros creemos sobre su persona.
Nuestra respuesta, sólo adquiere autenticidad y realidad en el seguimiento de Jesús. "El que quiera seguirme"… Es una invitación que hace "dirigiéndose a todos". No excluye a nadie, pero la respuesta es personal, de cada uno.
Creemos en Jesús para seguirle. Una simple afirmación de nuestra fe en él, sin seguimiento, sería palabra sin hechos, palabra sin compromiso. Puede ser que nuestro seguimiento sea a medias, mezcla de buena voluntad y tibieza. Pero el esfuerzo por seguir a Jesús, es lo que autentica nuestra fe, lo que la atestigua más que las palabras hermosas, llenas de retórica, sin contenido vital.
"El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo". Es aceptar lo que hay de sacrificio en amar sinceramente a los demás, "Cruz de cada día" vivir y crecer según el amor que nos enseña Jesús.
Es lo que pedimos cada domingo al comulgar con la Vida que es de Dios y es de todos.

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