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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Jueves, 14. Julio 2016 - 10:13 Hora
XVI Domingo del TO (Ciclo C)

1ªL.-La hospitalidad de Abrahán a los tres misteriosos caminantes sirvió para proclamar a Dios presente en el nacimiento de Isaac. El patriarca –por su acogida- recibe la promesa de un hijo que equivale al inicio del "pueblo grande" que esperaba. Por ello sus descendientes se reconocen allí hijos de la promesa.
2ªL.-Pablo, a pesar de todas las dificultades, continúa fiel a la misión de anunciar a todos el mensaje completo. El está en la cárcel, pero "el evangelio no está encadenado". Sus cartas llegan a donde no puede llegar con sus pies. Su servicio es servicio a la iglesia.
Ev.- Sólo una cosa es necesaria. Marta y María, dos dimensiones de la acogida: el servicio diligente a las necesidades de los demás y la atención a su intimidad. La acogida debe ser integral: cuerpo y espíritu. Jesús nos invita a reconocer esta necesidad de atención que no se satisface ni con prisas ni obsequios.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Marta y María son dos dimensiones de toda vida cristiana, mutuamente implicadas:
- Los cristianos que absolutizan la oración, la vida interior, la gracia, con olvido o descuido de la fraternidad debieran revisar su imagen de Dios. Quizá ese Dios no sea el de Jesús. Y no les puede bastar para justificarse una cierta fraternidad que se hace beneficencia puntual. El Reino de Jesús iba más allá.

- Los cristianos volcados con empeño a la transformación de las estructuras, a la lucha por la justicia, a la acción política, hasta el olvido de la oración, la vida interior... deberían revisar su concepto del Reino. Quizá ese Reino no sea aquél por el que luchó Jesús. Y no puede bastarles para justificarse en su sesgada lectura del evangelio o su "compromiso social” Dios. Jesús, el gran orante, iba más allá.
Desde las actitudes de Marta y María hemos de aprender a hacer síntesis. No contraposición ni competición.
La actitud de Marta y María no se refiere –como hemos escuchado siempre- a la vida activa y vida contemplativa dentro de la Iglesia; sino a nivel de escucha atenta o dispersa de la Palabra. En propiedad no se contraponen dos formas de vida sino dos actitudes que pueden darse en una misma forma de vida cristiana, sea ésta activa o contemplativa.
La escucha de la palabra de Jesús es una exigencia fundamental del amor a Dios. Esta exigencia de escucha es tanto más imperiosa cuanto que a veces damos la sensación de organizar el mundo a partir de nosotros mismos y no de Dios. Este evangelio presenta claramente la necesidad de valorar la escucha de la Palabra de Dios. Es una llamada clara a escuchar con atención la Palabra de Dios.
Para todo cristiano es absolutamente necesario ponerse a los pies de Jesús y escuchar con atención y serenidad su Palabra. Porque no posible vivir como cristiano sin escuchar a Dios. Tarea que todos entendemos, pero que en la práctica no es tan frecuente que vivamos.

Sábado, 9. Julio 2016 - 09:17 Hora
XV Domingo del TO (Ciclo C)

1ªL.-Moises presenta el cumplimiento de sus cláusulas de la alianza -los mandamientos- como camino de vida. No son inasequibles, ni lejanas, ni difíciles. Dios se revela y la obediencia a su palabra es la respuesta en amor al que en amor se adelantó.
2ªL.- La visión cristiana del mundo ve a Cristo precisamente en la misma entraña de las realidades terrenas. Si la creación es un proyecto de Dios, sabemos que Cristo es clave de ese proyecto.
Ev.- Para llegar a Dios, que es nuestra meta, necesitamos pararnos en el camino junto al prójimo: allí está Dios. Evitemos pasar de largo con «un culto vacío». Si Eucaristía es amor concreto y manifiesto, demostremos verdaderamente que hemos encontrado a Dios en la asamblea fraterna de los «prójimos», que son hermanos nuestros.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesús va de camino a Jerusalén, donde acabará su vida y su misión. También nosotros vamos de camino. Pero ¿Hacia dónde? ¿Qué hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús no le responde: ¿qué está escrito en la ley? amarás al Señor, tu Dios, y al prójimo como a ti mismo. Pues eso es lo que hay que hacer. Pero el letrado insiste en el debate: ¿quién es mi prójimo?
Preguntar por el prójimo es un pretexto para justificar nuestra despreocupación por él. Todos somos prójimos unos de otros. Eso es lo que Jesús quiere dejar claro con la parábola. Prójimo es todo el que va de viaje con nosotros a la misma meta.
El hombre en la cuneta asaltado, maltratado y robado, medio muerto en la cuneta, no tiene nombre, porque ese hombre podemos ser cualquiera. Hay demasiados en la cuneta. Porque hemos convertido la vida en una competición, en lugar de cooperación. Cada cual va a lo suyo. Porque el principio de escasez, en vez de llevarnos a racionalizar, justifica la ley de los fuertes.
Los bandidos. El hombre fue asaltado. La pobreza no es una fatalidad, es el resultado de la rapiña de los bandidos. Son los especuladores, explotadores, ambiciosos, usureros, desaprensivos y un largo etc., que juegan con las necesidades humanas para hacer sus "negocios". Los que convierten a Dios en una excusa para encerrarse en sí mismos, piensan que primero es él y luego el prójimo.
El que atiende a su hermano, ése es el buen samaritano. No importan las ideas sino la actitud. Hay muchos que tienen buenas doctrinas, pero sus obras no lo son. Cuántos rodeos y cábalas para no atender a los necesitados!
Jesús deja en claro dos cosas: que todos somos compañeros, prójimos, porque todos vamos por el mismo camino, que todos deberíamos comportarnos como buenos compañeros, como buen samaritano. Sobran pretextos por encima de lo que nos diferencia (lengua, religión, jerarquía, nación, sexo...), está reconocernos personas, hijos de Dios. Debe prevalecer el amor y la solidaridad por encima de cualquier otra consideración.
El prójimo es todo el que va de viaje con nosotros y como nosotros, porque todos somos caminantes, peregrinos, y vamos a la misma meta

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