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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 24. Diciembre 2016 - 23:12 Hora
Santa María, madre de Dios

1ªL.- La fórmula de bendición sacerdotal señala una función del sacerdocio: bendecir. Como mediador, invoca, intercede. Dios es la fuente de toda bendición, y ésta abarca todo bien material o espiritual, siempre signo del favor de Dios, de su protección, gracia y paz.
2ªL.- El nacimiento de María y su sumisión a la Ley, son señales de la verdadera humanidad de Cristo y de hasta qué punto ha llegado el don de Dios al mundo.
Ev.- María, la madre se nos presenta con una actitud contemplativa, que contrasta con la exultación gozosa de los pastores.
PARA LLEVALO A LA VIDA Inmediatamente después de terminarse la celestial revelación, los pastores se hacen al camino hacia Belén, y allí se les confirma el mensaje anunciado por los ángeles. Una vez en Belén, cuentan lo que a ellos se les ha comunicado y cómo han sido conducidos al recién nacido Mesías-Niño, se conviertan en mensajeros de alegría. No cesan de alabar a Dios y proclamar su gloria.
Sobre María se pone de relieve que todas las palabras de los pastores las guardaba y conservaba en su corazón. Celebramos en esta fiesta la asombrosa cercanía de lo humano y lo divino, tal como se dio en la Virgen en todo su espíritu. No es la carne y la sangre lo que importa, sino la mente y el corazón. Dios se entrañó en María, pero María quedó totalmente entrañada o impregnada de Dios. A la vez que la madre alimentaba al hijo que llevaba en las entrañas, estaba siendo ella alimentada por el Espíritu del propio Hijo. María preparaba al hijo un vestido de carne, pero el hijo le bordaba a ella un vestido de divinidad.
Lo importante del misterio de la maternidad divina, es que se produce una simbiosis entre Dios y ella; simbiosis progresiva que no dura sólo nueve meses sino toda su vida. María se fue haciendo madre de Dios según se iba ella alimentando de la palabra y del Espíritu de su hijo.Como todos los misterios de María, también éste es motivo de esperanza para nosotros. Ella es anuncio de otras posibles maternidades divinas. También nosotros podemos llegar a a esa maravillosa simbiosis con Dios.. podemos llegar a ser «Madre de Dios». Lo dijo Jesús: «Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la hacen». Podemos si escuchamos y acogemos su palabra, si la entrañamos en nosotros y la consustanciamos, si la hacemos crecer y la vivimos, si ofrecemos los frutos que vaya produciendo. Es toda una gestación y alumbramiento de la palabra. ¡Santa María, Theotokos, enséñanos a «concebir» a Dios!
Celebramos también hoy la Jornada mundial de la Paz. La paz, como la creación entera, es gracia de Dios que se nos ha confiado para que la realicemos. He ahí nuestra responsabilidad. Podríamos haber diseñado un mundo y una sociedad feliz, en paz, pero nos ha faltado buena voluntad. Y el resultado es nuestra frustración. No hay paz, porque estamos en deuda con una naturaleza que hemos explotado. No hay paz, porque nos hemos repartido desigualmente una tierra recibida en herencia para todos. No hay paz, porque intentamos construir nuestro bienestar particular a costa de los otros. No hay paz, porque en vez de compartir nuestra abundancia, especulamos con la escasez para justificarnos frente al hambre. No hay paz, porque hemos perdido la inocencia y hemos renunciado a la buena voluntad. Hemos pervertido el sentido de la vida, el mayor don de Dios, convirtiéndola en muerte, en lucha a muerte por la vida.

Sábado, 24. Diciembre 2016 - 09:13 Hora
FELIZ Y SANTA NAVIDAD

¡Abramos las puertas a Cristo y dejémosle alumbrarse en nuestros corazones! Contemplemos reverentes el Misterio y acrecentemos la fe.

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