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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Viernes, 17. Noviembre 2017 - 12:49 Hora
XXXII Domingo TO (Ciclo A)

1ªL.- Los sabios del AT diseñaron la imagen de la perfecta esposa. Construye la casa con laboriosidad y su habilidad, con su buen nombre y con su compasión hacia los necesitados. La fundamenta la justicia, la consolida el temor de Dios. La casa que tiene esa mujer alberga un tesoro. El amor de Dios y del prójimo encuentran morada en ella. La grandeza dela mujer está en su virtud.
2ªL.- El Apóstol quiere quitar a los tesalonicenses toda angustia que pueda paralizarlos para la practica del bien. La imprevisibilidad del día del Señor nos alienta a vivir vigilantes y sobrios, para no ser sorprendidos.
Ev.- Interpretación alegórica de la parábola de los talentos: el hombre que se marcha es Jesús subiendo al cielo. Los talentos son las capacidades que cada cristiano tiene. La vuelta del señor, es la segunda venida de Jesús al final de los tiempos. El tiempo de producir el que discurre entre la marcha y la vuelta de Jesús, la historia humana. El rendimiento de cuentas, el juicio final en el que cada uno deberá responder de las capacidades recibidas. El premio y el castigo, la salvación o condenación.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Somos llamados a contribuir al proyecto que Dios tiene para la humanidad. Cada cual según su capacidad. Nuestro principal talento recibido de Dios es la fe, haber conocido a Jesús y su evangelio, saber que Dios es Padre y quiere nuestra fraternidad. Dios mismo, que se nos ha mostrado en Jesús como amor y se nos da en su Espíritu como fuerza para amar.
El producto que espera es doble: - hacer eficaz el amor, colaborar para que la humanidad lo experimente; - y compartir esa riqueza con quienes la quieran aceptar, dando a conocer la Buena Noticia de Jesús.

En este propósito cada uno debe producir según su capacidad. Y todos los que lo hagan recibirán el mismo premio: "pasa a la fiesta de tu señor".

De aquí se deducen dos conclusiones: - Dios no da su amor para que se guarde escondido o se disfrute en exclusiva sino para que se comparta y produzca más amor.
- No se trata de producir más que los demás sino de producir el máximo que cada uno pueda.
Dios no nos va a comparar con lo que han producido otros; sólo nos preguntará si hemos dado el fruto que correspondía a nuestras capacidades.

Pidamosle: Señor, haznos artesanos del Reino que tu quieres que construyamos entre todos, con nuestro trabajo y con los talentos que tu nos has dado; y concedenos que así estemos siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a Ti y a los hermanos consiste el gozo pleno y verdadero. Amén

Sábado, 4. Noviembre 2017 - 15:50 Hora
XXXI Domingo TO (Ciclo A)

1ªL.- La salvación que Dios ofrece, toma cuerpo en el mundo a través de mediaciones. El sacerdote es mediador de bendición, de instrucción y de aplicación de la ley. Pero cuando no trasparenta a Dios, se convierte en estorbo y tropiezo. Entonces no hay por él bendición, ni luz, ni comunión con el infinito. La misión que le dignifica es servicio.
2ªL.- Pablo defiende el derecho de los apóstoles a vivir de la predicación, pero él y sus cooperadores renunciaron a ser mantenidos, para eliminar toda sospecha de lucro. Pablo acepta de buen grado las fatigas de un trabajo necesario para subsistir sin ser gravoso.
Ev.- Jesús dirige la palabra a los discípulos y al pueblo para denunciar la conducta de escribas y fariseos y prevenirlos de su mala influencia.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Las lecturas presentan dos actitudes contrapuestas en el del pueblo de Dios: en el AT Malaquías condena un liderazgo que es fuente de desigualdad comunitaria; y en la carta de Pablo se ensalza el servicio desinteresado, que trabaja para no "ser una carga para nadie". En el evangélio aparecen dos maneras de ejercicio de la autoridad: el de los dirigentes fariseos y la forma en que ha de vivir la comunidad cristiana.
Los textos del presente domingo tienden a un mismo fin: enseñarnos la obligación de evitar el orgullo y la vanidad que falsean la religiosidad auténtica.
La cátedra de Moisés no es una expresión figurada, sino el nombre del mueble desde donde se explicaba la escritura en la sinagoga: lugar autorizado de formación. Los escribas y fariseos habían creado un fárrago legislativo en torno a la Ley para regularla hasta los más mínimos detalles. Esto constituía una carga insoportable que ni ellos mismos cumplían. Jesús denuncia la hipocresía de estos "maestros". El desfase entre enseñanza y actuación. Haced lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen.
La crítica de Jesús a letrados y fariseos alcanza a todo clericalismo, cuyo deseo de prestigio y poder presenta en todas las épocas los mismos síntomas. Engañar a otros con gestos religiosos y reclamando honores sagrados.
El espiritual hipócrita simula tributar culto a Dios, pero sólo trata de darse importancia a sí mismo. Pone su ciencia teológica el servicio de su egoísmo, aprovechando su erudición para escoger los preceptos que le convienen y cargar a los demás de mandamientos de los que se dispensa a sí mismo.
Alguien podría pensar que la enseñanza de hoy queda constreñida a los clérigos y no, observemos que todo cristiano corre el peligro de erigirse en docto maestro, en sabiondo que juzga y sentencia, “Consejos vendo para mi no tengo…” dando la impresión de que nosotros, además de tener siempre la razón y la solución de todo, somos los únicos buenos. Por eso criticamos y juzgamos, decimos a los demás lo que han de hacer. Y Jesús critica todo ese interés en encumbrarse sobre los demás, pues uno es nuestro Padre y, todos, nuestros hermanos.

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