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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 30. Diciembre 2017 - 17:40 Hora
Natividad del Señor (Misa del día)

1ºL.- En el desconsuelo y la servidumbre, El pueblo deportado clama a Dios exigiendo su intervención como en el pasado… El profeta pone voz a la esperanza. En nombre de Dios anuncia la victoria. Como algo tan real y cercano, que ya ve por camino al mensajero de la buena noticia y a los vigías de la ciudad gritando y cantando al Dios que viene como liberador. Su anuncio llena la tierra. Todas las ruinas se antojan ya restauradas. Lo están en la activa esperanza.
2ªL.- Dios en tiempos pasados dispensó su revelación valiéndose de profetas y patriarcas. Las distintas maneras con que Dios se reveló se han unificado en Cristo, han llegado a plenitud. Cristo nos revela el misterio de Dios.
Ev.- Jesucristo es la Palabra definitiva de Dios a la humanidad. Y es una Palabra asequible, El proyecto divino realizado es una existencia humana, visible, accesible, palpable. La tienda del encuentro, morada de Dios entre los israelitas en el desierto, queda sustituida por Jesús.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El prólogo del evangelio de Juan identifica la Palabra con Jesús. Esta personificación viene a mostrar la capacidad que tiene de dar vida y orientación a todo hombre que se acerca a ella. Un niño nos ha nacido. Así de indefensa es la omnipotente Palabra.
Y la presenta con experiencias elementales que hacen al hombre: palabra, vida, luz. Dios se expresa en una palabra viva, que crea un interlocutor (el hombre), con quien entabla un diálogo iluminador. Pero desgraciadamente el hombre rechaza la Palabra y se hace tiniebla, angustia, absurdo radical.
Pero hay hombres que aceptan la Palabra y viven la asombrosa experiencia de ser hijos de Dios. La Palabra de Dios es una realidad tangible, cuyo nombre es Jesús.
Desde el momento de la venida del Hijo de Dios al mundo en la debilidad de la "carne", se realiza la presencia de Dios entre los hombres. El cuerpo de Jesús se convierte en el templo de la presencia de Dios.
El es la verdad y la vida de Dios hecha carne. Ama, cura, perdona. Vive y sufre como un hombre entre los hombres. Todos pueden verlo y oírlo. Todos pueden creer en él, ver su luz, beber su agua, comer su pan, participar de su plenitud de gracia y de verdad.
Dios nos ha dirigido su Palabra. Dios no es mudo y lejano, sino un Padre cercano, que nos habla en Jesús. Y desde entonces siempre es Navidad por esa Palabra dirigida vitalmente a nosotros, como prenda de amistad y de alianza.
Este es el misterio de la Navidad que hoy nos recuerda la liturgia y vuelve a llenarnos de alegría. La comunidad cristiana ha de proclamar a los cuatro vientos, con caridad antaes que con las palabras, la misericordia y fidelidad de Dios, su gracia, que se han hecho realidad en Jesús. Que Dios no actúa con favores pasajeros y limitados, sino con el don permanente y total del Hijo hecho hombre que se llama Jesús, el Cristo.

Sábado, 23. Diciembre 2017 - 17:42 Hora
IV Domingo de Adviento

1ª.-LNo está el rey el llamado a hacer una casa para Dios, que se halla con su pueblo en todo lugar. Es Dios quien hace una casa para el rey y para su pueblo: elige a sus descendientes y los declara hijos. Cada nuevo rey despertará la esperanza de la instauración del reino de Dios.
2ªL.-Pablo alaba a Dios por su "plan". El plan es que todos los pueblos conozcan a Jesucristo. La fe, respuesta al Evangelio compromete al hombre entero. la fe es concebida como obediencia e implica, que el hombre acepte libremente comprometer su vida
Ev.- En el relato de la anunciación llama la atención La respuesta de María que manifiesta la grandeza de su fe que la hace entregarse sin pretender penetrar el misterio ni las consecuencias que para Ella pudiera tener.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Dios quiere humanarse y para hacerlo no buscó lo grande sino una bondadosa muchacha. ¡Qué misterio! Las preferencias de Dios no hay razonamiento humano que las entienda. Procede sirviéndose de la pequeñez y de la humildad. Dios no quiere nuestras cosas sino nuestra fe.
Pide nuestra fe, que confiemos en Él, que nos abandonemos en sus manos, y le dejemos actuar en nosotros y por nosotros, que le digamos SI.
Parece fácil, pero no lo es. Vivir para Dios exige vacío docilidad plena. Decir sí a Dios exige audacia. Hay que estar a la escucha, no dudar.
El ángel de la Anunciación tiene un anuncio que dar a cada uno de nosotros los pequeños. Porque Dios quiere seguir dejándose ayudar.
Dios sigue necesitando de un corazón que lo acoja y le de corporeidad. Dios sigue necesitando de gentes humildes que compartan sus bienes y sus necesidades, sus alegrías y sus tristezas, sigue necesitando de apóstoles que prolonguen su obra y testimonien su Reino. Dios sigue necesitando de ti. Dios espera tu "sí".
Dichosa la joven María que acogió la Palabra y la revistió de su carne. La Encarnación se renueva constantemente. Como el Hijo de Dios se encarnó en el seno de María, hoy se sigue encarnando en el seno de la Iglesia. Cada creyente puede ser madre de Cristo
Dios sigue buscando una casa para nacer. A la vez, ofrece el cumplimiento de tus esperanzas, la plenitud de tus deseos, la inmortalidad de tu persona. Tú no morirás del todo. Te pide un "sí" confiado y entregado. No pide cosas, sólo pide colaboración .

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