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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 27. Enero 2018 - 12:12 Hora
IV Domingo del TO (Ciclo B)

1ºL.- Dios se deja sentir cerca de la palabra y por el mediador que es el profeta. Este mitiga la luminosidad del infinito, al traducir su presencia en lengua humana. El profeta no posee la palabra, sino que la palabra lo posee.
2ªL.- Pablo reconoce que los célibes tienen una ventaja respecto a los casados. Mientras éstos se complican la vida y están atados a su cónyuge y andan divididos entre muchas preocupaciones, se puede suponer que los célibes están más disponibles para ocuparse exclusivamente de los asuntos del Señor.
El evangelio de hoy, subraya el impacto que producía en la gente la persona y enseñanza de Jesús: "¿Qué es esto? ¿qué significa este nuevo modo de hablar?"
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El asombro es el principio de la fe y de la increencia, pero nunca de la indiferencia. Por eso, cuando se escucha el evangelio de Jesús como quien oye llover o como si no fuera ya una buena noticia, se pueden tener creencias pero nunca una fe viva. De ahí que un cristianismo convencional sea un producto de una generación que ha perdido la capacidad de asombrarse ante el evangelio.
En este mundo desencantado y aburrido en el que nada ni nadie consigue llamar nuestra atención, saturado de conocimientos y se marginan las preguntas por el sentido de la vida, se comprende que el evangelio pase desapercibido. La gente ya no conecta con el evangelio, no se asombra ante su mensaje.
Pero hay otras causas muchos obispos y sacerdotes enseñan como letrados y rabinos y no como Jesús; con largas homilías que comentan doctamente las Escrituras, repitiendo lo que han aprendido en los libros, citando eruditos teólogos, administrando verdades y creencias adquiridas. Su magisterio no está acompañado por la credibilidad de sus obras, por la espiritualidad de su vida, por la ascesis hecha caridad… Por eso no asombraban a nadie.
Hablar con autoridad no es hablar autoritariamente, sentando cátedra sino acreditando su palabra con el testimonio. El cardenal Karl Lehmann dice que algunos obispos tienen "un problemático y teológicamente exagerado" concepto de su función; roza a veces con la prepotencia. Esta actitud puede degenerar en episcopalismo.
Pero este riesgo no sólo afecta a los clérigos, todos los bautizados hemos de proclamar el evangelio ¿Cómo enseñamos nosotros el evangelio? ¿Intentamos hacerlo con la misma coherencia de vida que Jesús? Pregunta que hemos hacernos frecuentemente, pues nuestra misión como cristianos es manifestar al mundo, con palabras y obras.
Hemos de escuchar antes de hablar, cuidar mucho de no decir en nombre de Dios lo que no es Palabra suya. Hemos de evitar hablar en nombre de intereses ocultos, de grupos de poder o de los señores de este mundo, debemos practicar lo que enseñamos.
Para que el evangelio sea noticia, hemos de hacerlo vida de nuestras vidas.

Domingo, 21. Enero 2018 - 10:57 Hora
III Domingo TO (Ciclo B)

1ªL.- El profeta recibe encargo de llevar un ultimátum de conversión a una ciudad pervertida. Para sorpresa suya, Nínive se convierte, y Dios lo perdona. Es una revelación de su misericordia sin fronteras, y de que el pueblo de Dios está en el seno de la humanidad perdida
2ªL.- Pablo no pretende que vivamos en el mundo con indiferencia, sino que pongamos el reinado de Dios sobre todas las cosas. Los cristianos hemos de ser hombres comprometidos en las preocupaciones de este mundo, pero sin hacer de ellas un absoluto.
Ev.- Jesús anuncia que ha llegado el momento decisivo; el reinado de Dios ha comenzado ya.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
La Palabra de Dios proclamada llama a penitencia. A renovar la mente y el corazón, a superar la estrecha mentalidad de este mundo materialista y redescubrir la vocación a la que hemos sido llamados para entrar en el Reino de Dios.
La Palabra de Dios no nos pide a todos que dejemos las redes, nuestra ocupación. Nos invita a salir de nuestra estrechez de miras para descubrir horizontes más amplios, descubrir al prójimo y la esperanza del Reino de Dios.
El que ha descubierto la urgencia y la importancia del Evangelio y se ha convertido al reinado de Dios no puede instalarse ya en este mundo. No puede llorar como si no hubiera consuelo para sus lágrimas, no puede reír como si ya hubiera hallado la felicidad completa, no puede trabajar o negociar como si esto fuera su verdadera vocación y destino... Si llora, si ríe, si negocia... debe hacerlo mirando al cielo, como si no lo hiciera, "porque la presentación de este mundo se termina". JC pone medida al mundo y a cuanto hacemos en él, así, nos libera de todos los falsos absolutos. El cristiano ha de vivir en este mundo y ocuparse de este mundo, pero con esperanza.
La proclamación del reinado de Dios pone al hombre en responsabilidad, le sitúa ante una decisión; el que quiera entrar en este reinado ha de cambiar la mente y el corazón, ha de escuchar a Jesucristo, creer lo que él anuncia y vivir conforme al estilo del maestro. Esto es hacer penitencia. Esto es lo primero que Jesús pide al hombre.
Lo segundo que nos pide es que mantengamos viva la ilusión por Dios, que no dejemos de ver el Reino de Dios como buena noticia: "creed la buena noticia".
Lo tercero que pide es la creación de una comunidad de discípulos; pide que la vida de Dios sea vivida en fraternidad con los demás. La conversión se materializa en la integración en comunidades cristianas que comparten y celebran la fe.
La llamada de Jesús es urgente y exige una respuesta sin componendas, un seguimiento sin condiciones. Cada bautizado somos llamado a seguir a Jesús, y a ser su apóstol para el bien de todos los hombres y las mujeres que Él ha querido salvar ¿Encontrará respuesta en ti?

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