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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 14. Febrero 2018 - 18:29 Hora
Miércoles de ceniza

1ªL.- Es el mismo Dios quien, a través del profeta, llama a su pueblo a la conversión. Estas insistentes palabras son su invitación a no quedarnos meramente en la penitencia exterior, sino a cambiar en lo más profundo del corazón, de las actitudes, de la vida.
2ªL.- El apóstol san Pablo hace una llamada en nombre de Cristo: una llamada a acercarnos a Dios, a reconciliarnos con él, a aprovechar la oportunidad de los tiempos de la salvación.
Ev.- Cristo presenta el tríptico de las tres acciones y actitudes básicas de la conversión: la limosna y el servicio a los pobres, la oración y la unión con Dios, el ayuno y la renuncia a la búsqueda del bienestar. Y hace una llamada a realizar todas esas cosas no para ser honrados por los hombres, sino como camino de fidelidad a Dios.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El programa de conversión que Dios quiere de nosotros en la Cuaresma es convertíos y creed el Evangelio; convertíos a mí de todo corazón: con autenticidad
Las lecturas de hoy ponen el acento en la autenticidad de la acción:
* Autenticidad de las acciones que afectan al entorno, acciones de solidaridad, representadas en la limosna
* Autenticidad de las acciones que nos ponen en relación con Dios, como es toda forma de oración;
* Autenticidad de las acciones que hacen que nos reencontremos con lo fundamental, lo que importa y que quedan representadas en el ayuno.

Actuar desde un corazón convertido. De haber autenticidad, con nuestras acciones solidarias no sólo transformaran el entorno sino que trabajaremos con Dios que se hace presente entre quienes sufren; y descubriremos que somos hermanos de los hombres, hijos de un mismo Padre.
Si hay autenticidad, en la oración no nos quedaremos en una relación intimista y privada con Dios sino que estaremos en diálogo con el Padre "nuestro", que nos llama a salir de nuestro ego, a ponernos al lado de los demás; entonces la oración nos hará humildes, sencillos, hombres y mujeres cargados de humanidad, capaces de compartir.
Si hay autenticidad, con el ayuno o cualquier otra "práctica" de austeridad, estaremos compartiendo con los que nada tienen lo que nosotros poseemos y descubriremos que la vida es más humana cuando es más fraterna, cuando no nos creemos superiores a los demás.
Tengamos presente el sentido de la Cuaresma: caminar hacia la Pascua. Es lo que pedimos ahora, en la oración de bendición para los que vamos a recibir la ceniza: que, "fieles a las prácticas cuaresmales, podamos llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de Jesucristo".
Hagamos, sinceramente, propósito de convertirnos y de creer en la Buena Noticia que nos anuncia la vida nueva que nos viene de la cruz del Señor.

Sábado, 3. Febrero 2018 - 16:10 Hora
V Domingo TO (Ciclo B)

1ªL.- Hoy el libro de Job nos pone frente a un hombre sumido en un gran sufrimiento. Job no ve más que la sombra de la condición humana universal: un servicio militar, un trabajo de jornalero, esclavitud sin horizonte.Compara la existencia con la vida de un mercenario (aquel que vende su lucha, que libra causas que no son suyas y se fatiga por empresas que no ama). La vida entera es corta y frágil, tendida noche sin verdadero amanecer. Tomar conciencia de la propia condición es ya un saludable punto de partida en el que Dios hace crecer la esperanza
2ªL.- En la comunidad de Corinto existian fracciones que critican y cuestionaban la autoridad de Pablo. El responde haciendo una defensa radical de su misión y declara su absoluta libertad frente a toda manipulación o poder humano. San Pablo vive tan profundamente el misterio de Cristo que no puede callarlo. El dedicarse a predicarlo es el propio premio. El cristiano, convencido del valor del don recibido, siente el impulso de comunicarlo a los otros, darlo a conocer a otros, hacerlos participantes de él.

Ev.- El domingo pasado, veíamos a Jesús sanando a un endemoniado. Hoy, lo acompañamos con Simón y Andrés a la casa de Pedro. Allí se encuentra con una anciana enferma, la suegra de Pedro: quiere entrar en la vida de las personas, ser uno más iluminando su cotidianidad. Jesús con un gesto tan simple como es el acercarse, y tomar de la mano hace el milagro que no sólo recupera su salud sino su capacidad de servicio.
Al atardecer Jesús continuó sanando. Era común en la época que los enfermos fueran tenidos por malditos o poseídos por espíritus malos, de manera que nadie se atrevía a acercarse a ellos, tocarles. Jesús, al contrario, se entrega se hace su servidor.
La praxis de curación, la lucha contra el mal, la liberación del ser humano es práctica habitual de Jesús. Dar la vida, ir devolviendo la paz, la salud, la felicidad... a los que la han perdido.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Ser cristiano es, luchar contra el mal, no quedarse de brazos cruzados ante la miseria que hoy padecemos. Anunciar hoy el Reino exige construirlo. Nuestra evangelización, como la de Jesús, no puede limitarse a palabras sino que ha de luchar contra el mal, sanar, rehabilitar a los hermanos, ponernos a su servicio, acompañar y dignificar la vida que es manifestación de la mano creadora de Dios.
El testimonio de Jesús, su lucha contra el mal y su entrega, representa para nosotros un reto. El mal personal y social, sigue haciendo su mella. Es necesario hacer el bien y luchar contra el mal para devolver la salud, la paz, el bienestar, a todos aquellos poseídos por “los demonios” que azotan nuestra humanidad. ¡Ay de nosotros si somos indiferentes ante el dolor humano! ¡Ay de nosotros si pensamos egoístamente en nuestro propio bienestar y no más! ¡Ay de nosotros si no prodigamos el amor de Dios con nuestro humilde servicio.

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