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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 4. Marzo 2018 - 11:21 Hora
III Domingo de cuaresma (Ciclo B)

1ªL.- El decálogo es un sumario de preceptos absolutos, reguladores, mitad por mitad, de la la actitud justa ante Dios y los que regulan el comportamiento con el prójimo. Se exige reconocer como Dios al único que se ha revelado salvador. Eso excluye la divinización de falsos absolutos y las representaciones creadas del Dios trascendente; prohíbe hacer uso vano de su nombre.
En el orden segundo se exige honor y respeto a la persona, comenzando por las que están más próximas. Se prohíbe toda forma de daño a la persona y sus bienes, hasta con la intención.
2ªL.- Frente a la concepción judía de la vida basada en la verificación empírica (las señales) o la griega basada en la razón autosuficiente (el saber), la concepción cristiana presenta un Mesías crucificado.
Ev.- La denuncia de los abusos que se cometían en el templo y las exigencias del culto verdadero.
El templo era entendido como la presencia salvadora de Yavé en medio de su pueblo; pero cayó peligro de domesticar de Dios, como si él no se pudiera manifestar ya nada más que en "su casa". Por lo que los servidores del templo, al controlar el acceso a la presencia de Dios, comerciaban con ello
La localización del mercado en las inmediaciones del templo, es un hecho frecuente, nos ofrece una pista para descubrir los abusos de la religión, y el negocio. Convirtiendo la religión en una transacción con el templo, un "sacrum commercium", con el beneplácito y provecho de los sacerdotes.
Lo que Jesús quiere no es sólo la purificación de aquel templo sino la pureza de la religión. La novedad que ha venido a establecer es que los hombres se encuentren con el Padre sin intermediarios o tratantes de cualquier clase. Y por eso anuncia la destrucción de un templo hecho por hombres y su sustitución por otro levantado por la fuerza de Dios.
Jesús sustituye el templo de Jerusalén por su cuerpo resucitado, levantado por la fuerza de Dios, que es el Espíritu Santo. Por tanto, espiritualizado, no sometido ya a tiempos y lugares. De ese cuerpo todos los que creemos en él somos miembros vivos, unidos a él por la fe, como una sola comunidad. El verdadero templo, es Cristo y los incorporados a él por la fe: la iglesia.
Sin embargo el uso impropio de la palabra iglesia referido al edificio material que nos cobija supone confusión; llamamos indebidamente "iglesias" a las casas de la iglesia. Intentando domesticar a Dios, encerrarlo en ritos, prácticas, instituciones y cánones. Como si pudiéramos disponer de El y utilizarlo en nuestro provecho.
Dios no habita en "espacios cerrados", porque es siempre mayor, porque no podemos encasillarlo. Porque Dios sólo se manifiesta cuando nos abrimos a su voluntad y no cuando lo sometemos a nuestro antojo. Porque se hace presente cuando lo amamos por encima de todo, cuando esperamos en El a pesar de todo, cuando creemos por encima de nuestros prejuicios e intereses. Dios sólo se hace manifiesto en el mundo cuando nos hacemos apertura a a la necesidad de los otros, entonces somos verdadera iglesia, verdadera "casa de Dios".

Domingo, 18. Febrero 2018 - 12:23 Hora
I Domingo de Cuaresma (Ciclo B)

1ªL.- Nos habla del poder regenerador de Dios. El arco iris, formado por los rayos del sol que atraviesan la bóveda celeste durante la lluvia, anuncia el fin de la tormenta (símbolo de la ira divina) y la reaparición del sol (imagen de la misericordia de Dios). Son signos simbolos del pacto de paz de Dios con la creación viviente: "Tras la tormenta, todo se serena, el aire es más limpio y transparente. Se respira hondo y huele a tierra nueva. Parece como si todo comenzase otra vez. Dios perdona, Dios bendice, y el alma siente una paz alegre y reposada
2ªL.- Es un esquemático símbolo de fe que narra la exaltación de Cristo a través de la humillación. El bautismo es prenda de nuestro triunfo, ya que nos hace participar en la resurrección de Cristo
Ev.- Jesús en el desierto vive en paz con las alimañas pues con él ha empezado el tiempo mesiánico, y recibe el alimento providencialmente de los ángeles. Existe un cierto paralelismo con Adán: en una misma situación paradisíaca, Adán cae en la tentación, mientras Jesús triunfa. El hombre del principio y el hombre definitivo.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Cuaresma es un tiempo fuerte en la vida cristiana. toda la Iglesia se ha puesto en camino, el camino de la propia conversión, para poder celebrar en la comunión de fe y de sentimientos la Resurrección del Señor Jesús.
Jesús nos llama a la conversión. La conversión no es una simple confesión sino una renovación continuada y permanente. Una transformación que no está sólo en nuestras manos. El cambio que pide es tan radical que no podemos lograrlo con nuestras propias fuerzas. No nos habla de prácticas piadosas o de costumbres morales; ni pide más oraciones, purificaciones, ayunos, limosnas y ofrendas (eso son medios pero no el fin); Tenemos que cambiar nuestro modo de pensar, de sentir y de ser; necesitamos un corazón nuevo; necesitamos ser otra persona, necesitamos volver a nacer. Pero ¿como lograrlo?
Pero no os preocupéis, que todo esto es obra del Espíritu. Creed en Dios, confiad en que que Dios os ama. Este es el «Evangelio»: la buena noticia, que se acerca como Salvador. Convertirse es creer en el Evangelio.
Creer sinceramente en el Evangelio no es un acto intelectual sino abrirse al amor y a la fuerza de Dios, dejarse invadir por él. Si os abrís a Dios, si dejáis entrar a Dios en vuestra vida, entonces todo en vosotros cambiará.
La transformación supone el paso de la tristeza a la alegría, de la desesperanza a la fe, del miedo a la fortaleza, de la esclavitud a la libertad, del egoísmo al amor, de vuestra injusticia a la santidad.
Hay que creer en Cristo, aprender de el.

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