Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Domingo, 28. Abril 2024 - 09:04 Hora
V Domingo de pascua (ciclo B)
1L.-A los dos años después de su conversión, Pablo se dirige a Jerusalén buscando encontrarse con la comunidad cristiana. No se le sería fácil, pues todos se acordaban del antiguo perseguidor y lo miraban con recelo, pero medió Bernabé y lo presentó a los apóstoles.
2L.-Lo decisivo para la salvación es creer que Jesús es el Cristo y cumplir su mandamiento de amor, que resume todas las exigencias morales del evangelio.
Ev.- Jesús se presenta. Como "la vid verdadera y mi Padre es el labrador" e invita a permanecer en él.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús nos instruya en el dinamismo de la relación que establece con sus discípulos , que refleja la relación de Dios Padre con su hijo Jesús.
Y emplea la alegoría de la vid y los sarmientos: el Padre es el labrador solícito que cuida de la vid. A partir de la relación labrador-vid pasa a describir la relación de la vid (él) con los sarmientos (nosotros).
¿Cómo se entra en esta relación? Acogiendo su palabra y viviendo sus enseñanzas. Jesús vive y es el único autor de la vida. De él salta la savia, y él es el que mantiene unidos a los sarmientos para "dar fruto".
Entre los sarmientos y la vid hay comunión de vida mientras permanezcan unidos a la vid, se alimentan y crecen con la misma savia. El no abandona a los que no le abandonan.
"Dar fruto" en el evangelio de S. Juan significa llevar a la madurez la misión de Cristo, que se manifieste lo que ha sido sembrado en la muerte de Cristo: la salvación del mundo, que es la gloria y la alegría del Padre. Los que creen en Cristo y cumplen su palabra, dan este es el fruto, un fruto que permanece.
El sarmiento que no da fruto es aquel que pertenece a la comunidad, pero no responde al Espíritu de Jesús. Es el sarmiento que no responde a la vida que se le comunica. Y Dios Padre, que cuida de su viña, lo corta porque no pertenece a esa vid.
"Y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto". Es la limpieza que el Padre hace del corazón del discípulo de Cristo, para que el sarmiento-discípulo sea cada vez más auténtico, más libre para amar, menos esclavo de sí mismo, con mayor capacidad de entrega.
Domingo, 14. Abril 2024 - 09:44 Hora
III Domingo de pascua (ciclo B)
1L.-La predicación de Pedro y los prodigios que la acompañaban provocan la admiración de las gestes; sin embargo, no silencia la complicidad que tuvieron en la muerte de Jesús y les invita al arrepentimiento.
2L.- S. Juan enseña que la nueva vida es irreconciliable con el pecado (como lo son la luz y las tinieblas). Pero el pecado llega también a introducirse en la comunidad cristiana. Por eso advierte a los cristianos para que no pequen y anima a otros para que no desesperen del perdón de Dios. Porque Jesús es la víctima de propiciación por todos los pecados del mundo.
EVANGELIO
Tras su encuentro con el resucitado, los de Emaús están contando su experiencia a los once. Todavía están hablando los dos cuando vuelve a hacerse presente Jesús.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús resucitado no es una invención espiritual del grupo de sus seguidores. Al igual que sus oponentes judíos, también los cristianos dudaron de la realidad de Jesús vuelto a la vida, no había en ellos predisposición alguna a aceptarla, más bien todo lo contrario, les atemoriza. Sólo la constatación de la presencia real, corpórea, del resucitado les llevará al firme y absoluto convencimiento.
La vida de Jesús, su pasión y muerte, y todas las Escrituras han de ser interpretadas a la luz de la experiencia pascual.
Ahora comprenden que su Maestro no ha sucumbido ante sus enemigos ni ante la muerte. Todo ha sucedido como "tenía que suceder" para que se cumpliera la voluntad de Dios. También la muerte ha de ser aceptada con esperanza y ganada para la vida.
La fe no puede evitar lo que "tiene que ser", pero si puede siempre aceptar la realidad sabiendo que todo sucede para la salvación de los hombres y la gloria de Dios.
Jesús vive ahora una nueva realidad corporal.
La experiencia del encuentro real con él, les condujo (alos once y sus compañeros) a un cambio de categorías profundo (a su conversión) y una liberación interior (a la los efectos del perdón de los pecados).La misión de Jesús ha terminado, todo ha sido cumplido. Ahora sus discípulos han de anunciar a todo el mundo lo que han visto y oído. Por eso ellos se hicieron testigos de la muerte y resurrección de Jesús. Resta que se predique en todas partes, que Dios salva a los hombres en Jesucristo y en él concede el perdón de los pecados.
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