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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 3. Junio 2018 - 10:08 Hora
Solemnidad del Corpus (Ciclo B)

1ªL.- El rito sacramental de la alianza quiere expresar y mantener la relación salvadora. Una misma sangre, que es vida, une los dos extremos: el altar, signo de Dios, y las doce piedras, representación del pueblo.
2ªL.- Jesús es el enviado de Dios a los hombres y hace posible la unión entre ambos. Jesús manifiesta la última voluntad de Dios para con los hombres, y la cumple ofreciéndose a sí mismo en la cruz.
Ev.- Un pan partido en trozos, un vino dividido en sorbos: simbolizan el cuerpo del Maestro: su persona, rota y ensangrentada en el sacrificio de la cruz. Pero describe el triunfo del Reino de Dios, donde brindará con vino nuevo. La Cena, pues, se abre a la esperanza, a la vida.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Nos hemos reunido a celebrar la eucaristía, lo hacemos para hacer memoria de Jesús y su mensaje, de su pasión y muerte, prefigurada sacramentalmente en el pan y el vino.
Jesús, la noche de su pasión cambió el símbolo y lo simbolizado. En adelante ya no será el cordero pascual, sino el Cordero de Dios, el cuerpo y la sangre del Señor.
Desde aquel día, todos los domingos celebramos la misa en memoria suya para cumplir su encargo. Pero, no siempre parecemos tener buena memoria de lo que nos encomendó. Nuestra perseverancia repitiendo el gesto de Jesús se contradice con nuestro retraimiento en llevar a la vida lo que él hizo y nos encomendó: “amaos unos a otros como yo os he amado”.
No acabamos de pasar del rito a la vida, de la comunión como gesto a la comunicación de bienes como exigencia cristiana. Celebramos el amor de Dios pero no hacemos del amor de Dios modelo para nuestro amor al prójimo. Y celebramos la memoria de Jesús, pero perdiendo su memoria, olvidando su enseñanza, ignorando su ejemplo, por más que repetimos sus palabras.
Algunos asistimos puntualmente a misa todos los domingos y fiestas de guardar; pero reduciéndola a cumplimiento sin entrega ni consecuencia en nuestra convivencia. Olvidamos la dimensión comprometedora de la Eucaristía.
Tenemos que recuperar la memoria de Jesús
-para que la misa deje de ser un rito vacío y vuelva a ser un sacramento de salvación.
-para no mutilar el evangelio, ni desfigurar la vida cristiana, ni convertir la misa en una bagatela, como a veces convertimos la caridad en limosna.
-para comprender que la misa y la misión cristiana, el amor de Dios y el amor al prójimo, están inseparablemente unidos.
Hemos de recordar que la misa no se termina con un “podéis ir en paz”, sino con la misión; cuando finaliza el rito, comienza la nuestra tarea como discípulos de Jesús en la vida; cuando termina la reunión eclesial, comienza nuestro compromiso cristiano.

Lunes, 21. Mayo 2018 - 22:33 Hora
Solemnidad de la Stma Trinidad

1ªL.- La revelación de Dios en la historia de Israel es la revelación del único Dios, pues no hay otro ni en la tierra ni en el cielo. Y el Dios que salva a Israel es también el único que puede salvar a todos los hombres y los pueblos.
2ªL.- El Espíritu que hemos recibido no es un espíritu de esclavos, sino el Espíritu de Cristo y de los hijos de Dios. Por lo tanto, no estamos ya bajo la ley del temor. Este Espíritu es el que nos incita a llamar a Dios "Padre". De manera que nuestras relaciones con Dios han cambiado radicalmente
Ev.- El Señor terminada su obra, ha sido constituido en Señor. Consciente de su potestad, envía a sus apóstoles a proclamar el evangelio a todo el mundo. El que ha sido bautizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es de Dios y a Dios ha de obedecer en todo. Pero la voluntad de Dios no es otra que ésta: que seamos sus hijos y que vivamos como hermanos, cumpliendo lo que Jesús nos ha mandado: que nos amemos los unos a los otros.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesucristo nos revela que la cercanía de Dios es mucho más intensa y más íntima de lo que podríamos imaginar. No sólo es Dios- con -nosotros, sino que es Dios-en-nosotros, que hace de nuestro corazón su morada; no sólo actúa en favor nuestro, sino que se hace uno de los nuestros.
Sabemos por Jesucristo hasta qué punto Dios es Padre, hasta qué punto se comunica, hasta qué punto se entrega a nosotros. Quiere que permanezcamos en El y El en nosotros, que vivamos la misma vida.
Dios en ti. Si estás abierto a su comunicación, podrás saber mucho más de Dios. Si te miras en profundidad, podrás captar en ti mismo algo del Dios vivo, porque algo de Dios hay en ti.
El evangelio de Mateo se cierra con la promesa de que Cristo estará siempre con nosotros, definitivo Enmanuel. Todos los días, Dios con nosotros. Es una de las palabras más dichosas del evangelio. Amigo que no nos abandona; huésped que no se aleja.Dios camina siempre a nuestro lado, es solidario con nuestros problemas, hace suyos nuestros gozos y esperanzas, nuestras tristezas y angustias.
Lo que pide es:
--que sepamos descubrir esta presencia;
--que sepamos valorar esta presencia;
--que sepamos agradecer esta presencia.

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