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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 30. Septiembre 2018 - 11:18 Hora
XXV Domingo TO (Ciclo B)

1ªL.-La vida del justo es la acusación más intolerable de la injusticia del mundo. Denuncia con su solo proceder. El autor sagrado retrata al justo desde el punto de vista de los impíos. Estos le ponen a prueba, para ver si se mantiene; y ponen a prueba a Dios, para ver si se ocupa de él.
2ªL.-El apóstol piensa que el hombre permanece insatisfecho porque no pide a Dios lo que realmente necesita y, por lo tanto, no pide bien: la sabiduría que viene de Dios. Las siete cualidades de la auténtica sabiduría la distinguen como don perfecto de Dios, quienes la han recibido construyen la paz y dan el fruto de la justicia.
Ev.-Los discípulos tenían miedo de preguntar a Jesús, sobre el destino que les profetiza porque vislumbraban que su respuesta iría contra sus ambiciones personales. Muchas veces nuestra ignorancia es culpable, porque eludimos la pregunta sincera y sin recámara.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
En toda sociedad lo nocivo aparece cuando prevalece el espíritu partidista y cada cual busca su propio interés. La división se traduce en enfrentamiento y exclusión. Entonces la competencia hace imposible la cooperación y el bienestar.

En este mundo, dividido y confundido, los cristianos tenemos un mensaje y una tarea: trabajar por la unidad, luchar por erradicar todo cuanto divide y enfrenta a los hombres y a los pueblos, desenmascarar toda ideología que pretendía segregar. Para Jesús los nuestros son todos los que no están expresamente contra nosotros. Por lo que deberíamos alegrarnos cuando se trabaja en favor del bien desde cualquier ámbito o instancia, crece el Reino de Dios, que es justicia y paz. Podemos y debemos sumar nuestros esfuerzos a los de todos los hombres de buena voluntad, aunque no compartan la misma fe o se expresen en modos distintos.
La fe cristiana no es un pretexto para el separatismo sino fuerza de Dios para la unión de esfuerzos en favor de la fraternidad.
Nos reunimos en la eucaristía para celebrar la fe, crecer en conciencia de fraternidad, recobrar aliento y tomar la palabra, y así, volver a nuestra tarea en el mundo con todos los hombres de buena voluntad.

Sábado, 15. Septiembre 2018 - 17:32 Hora
XXIV Domingo TO (Ciclo B)

1ªL.- El siervo del Señor atormentado, despreciado y tenido por réprobo… encuentra sentido, al estar a la escucha. Dios se le manifiesta presente en el dolor como el salvador. Por eso lo acepta con firmeza y esperanza.
2ªL.- Creer no es solamente admitir intelectualmente un credo, sino aceptar el compromiso vital de la fe; amar como Cristo nos ha amado. Se trata de aprender que la adhesión al mensaje de Jesús (la fe) exige la colaboración efectiva con Dios en su designioamorosos. Cuando en el mundo hay crisis de fe es porque antes ha habido una crisis de amor.
Ev.- A Cristo, considerado como una de las primeras figuras de la humanidad, solo puede reconocerlo por Mesías, que aporta la liberación y la salvación definitivas, quien esta dispuesto a seguir su camino, que consiste en entregar la vida. En la Eucaristía celebramos la vida de aquel que se entregó por nosotros.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesús quiere saber hasta qué punto la fe de su discípulos va más allá de la opinión de la gente. De ahí que la primera pregunta prepare la segunda y decisiva. Nadie pensaba en un Salvador que librara a todos los hombres de la esclavitud del pecado y de la muerte, sino la destrucción de los pecados por la ira de Dios, con poder y fuerza. No se esperaba que el Mesías cumpliera su misión padeciendo y muriendo en una cruz.
A partir de este momento, Jesús quiere hablar sin rodeos de qué manera ha de entrar en su gloria padeciendo antes la afrenta de la cruz. Esto, que había sido anunciado por Isaías en los cantos del Siervo de Yavé, era, sin embargo, lo que no podían entender los discípulos en aquella ocasión. Es comprensible que Pedro trate de disuadir a Jesús de que cumpla su misión muriendo en la cruz; y se comporta aquí lo mismo que Satanás en las tentaciones del desierto. Por eso Jesús lo rechaza de la misma manera.

Pero ni Pedro ni nadie puede detener a Jesús en su camino y en el cumplimiento de su misión. Jesús exige a sus discípulos que lo sigan. Porque sólo aquel que carga con la cruz y se niega a sí mismo, puede ser su discípulo. "Cargar con la cruz significa renunciar voluntariamente a los instintos de conservar la vida, los honores y las riquezas cuando todo esto no es posible sin quebrantar la voluntad de Dios: el cristiano se sacrifica por amor a Cristo y a los hombres y por hacer la voluntad de Dios.
La entrega de la propia vida, cuando esto es una exigencia del evangelio (y lo es al menos cuando a uno le llega la muerte), es el único modo de entrar en la vida eterna. Jesús, debía sufrir, porque éste era el destino de los hombres después del pecado. Debía sufrir y ser rechazado por las autoridades, porque éste es el destino de los que proclaman la verdad. Debía ir voluntariamente a la muerte, porque el sacrificio de sí mismo libremente aceptado es el único medio para salvar al mundo.
¿Estamos nosotros dispuestos a seguir sus pasos o trataremos disuadirlo?

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