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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 13. Octubre 2018 - 18:29 Hora
XXVIII Domingo TO (Ciclo B)

1ªL.- Dios es la fuente de la sabiduría verdadera, la cual es descubrimiento de la medida justa de todas las realidades. Su luz descubre la verdad sobre bienes y valores. Es revelación de Dios, que lo hace ver todo en transparencia hacia él.
2ªL.-El apóstol en tono conminatorio pretende urgir la necesidad inmediata de salir del letargo en la vida de fe y tomar una decisión: la Palabra de Dios es una Palabra absolutamente seria y con vigencia aunque haya sido pronunciada mucho tiempo atrás; es una Palabra que se cumplirá puntualmente aunque el hombre la desoiga.
Ev.- Cristo nos recuerda que Dejar lo que se tiene para poder seguirle es una condición básica cristiana. Con el peso de las riquezas adheridas a nuestro corazón es imposible entrar en el reino de los cielos, que la Eucaristía simboliza en el banquete cristiano.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
¿Qué he de hacer para alcanzar la vida eterna? Y aquel lo pregunta con humildad, con la mejor de las voluntades: arrodillado y reconociendo a Jesús como Maestro bueno
La modestia de la respuesta de Jesús revela cómo se experimentaba a sí mismo: Nadie es bueno sino solamente Dios. Y acontinuación le recuerda los seis mandatos de Deuteronomio de caracter social, que velan por el bien de los demás. Y como aquel esto ya lo practica y siente apetito de más, Jesús le propone algo que le falta, una única cosa: renunciar a su dinero.
Para el judaísmo fariseo, la riqueza era signo de la bendición de Dios y recompensa a la piedad. Por eso la propuesta de Jesús abre un camino nuevo, en contradicción con las creencias aprendidas por aquel hombre desde su niñez.
Jesús propone este desprendimiento para todo el que quiera ser cristiano. No se llega a ser discípulo de Cristo por cumplir los mandamientos: Lo propio del cristiano no se mueve en la conciencia sino en vivir el modelo de vida que se nos ofrece en Jesús.
Ser cristiano supone amar a la medida de Cristo. Pertenecer al Reino significa haber descubierto a Dios como Padre, constituirle en Señor de nuestra vida y reconocer a los demás hombres como hermanos.
Jesús nos propone hoy mismo que adoptemos la manera de ser más libre,relativizando el valor del dinero, haciéndonos seguidores e imitadores suyos: hacerse libre de todo para entregarse sin reservas a su seguimiento.

Domingo, 7. Octubre 2018 - 09:28 Hora
XXVII DOmingo TO (Ciclo B)

1ªL.- Hombre y mujer con sus características propias, son esencialmente semejantes, iguales en dignidad:"es carne de mi carne..." El hombre no es un ser autónomo, encerrado en sí mismo. Necesita complemento.La unión del hombre y la mujer, pedida por la naturaleza y consolidada en institución matrimonial, revela una hondura que remite al diálogo con el tú del creador.
2ªL.-El apostol recuerda que todo esto obedece al plan coherente del amor de Dios, que conviene a Cristo para alcanzar su gloria y a los hombres para llegar a ser hijos de Dios y partícipes de la gloria; por eso Cristo se anonadó al encarnarse situándose por debajo de los mismos ángeles; tras su ascensión vive coronado de gloria y a la diestra de Dios Padre como Señor tras salvar a los hombres.
Ev.-El matrimonio el ideal del Creador es la unión perpetua del hombre y de la mujer. Si en la historia religiosa de Israel hubo una legislación sobre el divorcio, fue debido a la fragilidad humana.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
la cuestión planteada por los fariseos es la licitud o no del divorcio.Jesús, denuncia la dureza de corazón de los judíos.Y elevándose por encima de las leyes, siempre condicionadas por las situaciones sociológicas determinadas, proclama el plan original desde el principio y lo que debe ser el fin del matrimonio.
La respuesta de Jesús se concreta luego a los discípulos ("en casa", una expresión que alude a la comunidad cristiana).Porque también la Iglesia, hasta nuestros días, se ha visto obligada a hacer concesiones sin renunciar nunca al ideal del matrimonio que proclama Jesús para todos los creyentes; por ejemplo, al admitir la separación conyugal sin nuevo matrimonio.
Lo unido por Dios fracasa por el empecinamiento humano. La persona que se casa buscando en la otra persona un «tú» que sea la prolongación del propio «yo», lo que está haciendo es fabricar egoísmo. No busca la felicidad del «otro» sino su propia felicidad. El proyecto del amor cristiano es un noble campeonato de generosidades y renuncias personales. (Delicadezas, perdón y gratitud, repujan la filigrana del amor esponsal dice el Papa Francisco) Porque sólo desprendiéndose de los propios caprichos y complacencias en beneficio del «otro», con generosidad, se madura en el amor. Como narra el poema de Tagore. Iba pidiendo limosna el mendigo de puerta en puerta cuando vio acercarse la carroza real. «Buena ocasión -pensó- para llenar mis alforjas». Pero asombrosamente fue el rey quien le pidió limosna a él. El entonces, con cautela, le entregó un granito de trigo. Para no quedarse en la miseria. Cuando llegó a su casa y vació sus alforjas vio que, en el lugar del grano de trigo, había aparecido un grano de oro. Así es el amor, lo que restamos al propio egoísmo y lo ofrecemos a la persona amada, se convierten en «oro». Oro de alegría, de paz, de satisfacción. La satisfacción de saber que uno no está solo y que, siendo los dos tan distintos, han aprendido a amar las mismas cosas.
Que esta Eucaristía fortalezca el amor que los matrimonios aquí presentes el día de vuestra boda os prometisteis, y a todos nos ayude a progresar en el cumplimiento del único mandamiento que Jesús nos dio.

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