Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 2. Febrero 2019 - 18:29 Hora
IV Domingo TO (ciclo C)


1L.- El profeta recuerda la experiencia de llamada que transformó toda su vida. El recuerdo lo fortalece, cuando el fracaso y la oposición lo debilitan. Jeremías en lucha con todos, y hasta con Dios, tiene una fortaleza que a él mismo le maravilla. Sabe explicar que por ella siente a Dios con él.
2L.- Después de hablar de los dones del Espíritu y de los carismas, Pablo quiere enseñar un "camino mejor": el de la caridad, sin la que nada aprovechan todos los dones espirituales.
Ev.- Jesús se presenta a sus paisanos para anunciarles que se inaugura ya la salvación que profetizara Isaías. Este es el contenido de su explicación. Los vecinos de Nazaret no podían comprender que su carpintero fuera el Mesías, Hijo de Dios. Escandalizados por las palabras de Jesús, y heridos en su amor propio, atentan contra el. Esta anécdota de Nazaret se radicalizará en el rechazo al ser entregado por los judíos y morir ejecutado extramuros de la ciudad santa por los romanos: "vino a los suyos, y los suyos no le recibieron".
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Los nazaretanos creían conocer a Jesús, su vecino, y no quisieron reconocerle como mesías, como Dios.

Los judíos tenían una altreconocera de Dios, lo ubicaban en el cielo, fuera de nuestro mundo y de nuestras cosas. Y tambien nosotros, en nuestro egoísmo hemos dejado el cielo para Dios, para que el mundo quede a nuestra entera disposición. Sin embargo decimos creer que Jesús es Dios, que ha puesto su morada entre nosotros. Y eso es muy comprometedor porque es reconocer que Dios se ha hecho hombre, prójimo. Porque si a Dios nadie lo ha visto, pero al prójimo no podemos apartarle de nuestros ojos. Y es tremendo tropezarse con Dios en nuestro prójimo.
Los cristianos, somos testigos de Jesús. Nuestra misión evangelizadora no consiste sólo en repetir el evangelio, sino en hacer a Dios presente, algo que no todos están dispuestos a admitir.
Como cristianos, como testigos de Jesús, tenemos que hacer que se cumpla hoy la escritura que anuncia la buena noticia a los pobres, ir haciendo lo que Jesús nos ha mandado: amarnos los unos a los otros, como él nos ha amado. El amor efectivo, que es la buena noticia para un mundo que se ahoga en el desamor, la insolidaridad y la indiferencia.

Nosotros hemos conocido a Dios, porque hemos sentido su amor en el nacimiento y el sacrificio de su Hijo. Y sólo podemos dar a conocer a Dios por el amor. En eso, ha dicho Jesús, conocerán que sois discípulo míos. Y sólo la práctica del amor cristiano, es decir, como Cristo, puede dar a conocer a Dios al mundo, porque Dios es amor. Y la práctica del amor vale más que toda predicación, según san Pablo.
La eucaristía es la fiesta del amor. Celebremos el amor de Dios, llevado al colmo en el sacrifico de su Hijo. Y comprometámonos en el amor de Dios para amar a nuestros prójimos.

Sábado, 19. Enero 2019 - 19:00 Hora
II Domingo TO (Ciclo C)

1L.El amor matrimonial hizo a Oseas intuir el amor de Dios hacia su pueblo. El profeta acude a ese simbolismo para anunciar al pueblo en tiniebla de sentido, un próximo amanecer. En el anuncio mismo hay fuerza salvadora. En el interior del que anuncia y de los que le escuchan se realiza ya una salvación que da sentido a todos los humanos.
2L.- Pablo hace una enumeración de los diversos dones con los que el Espíritu santo edifica la comunidad. La sabiduría que menciona es un don que permite conocer la voluntad de Dios y saber interpretar el momento presente desde la fe, es una visión que repercute en el bien de toda la comunidad.
Ev. Jesús comenzó sus signos, a dar "señales" de la abundancia de la vida que vino a traernos, en medio de una fiesta de bodas en Caná de Galilea.

Las fiestas nupciales duraban hasta siete días. Es posible que María llegara a la fiesta el primer día, para ayudar a los familiares. Le bastó su condición femenina para darse cuenta del apuro por el que pasaban los novios al faltarles el vino. Parece que Jesús llegó más tarde con sus discípulos. Y María intercede por los novios ante su hijo. La respuesta de Jesús es de difícil interpretación para nosotros. Parece como si quisiera dejar en claro que nadie debe inmiscuirse en la misión que ha venido a cumplir. Por eso la llama "mujer", cosa muy extraña en boca de un hijo y en ese contexto socio-cultural. Sin embargo María no entendió esta respuesta como un rechazo y advirtió a los sirvientes que obedeciesen a lo que les dijera Jesús.
También es difícil saber lo que significaba la "hora". Hay comentaristas que lo entienden como la hora de la cruz. Otros dicen que se trata de la hora de su primera manifestación como enviado de Dios, que no llega con el simple transcurrir del tiempo, sino con la fe como don de Dios. Jesús, con esa respuesta actualiza la fe de su madre, y llega la hora del milagro.

La transformación del agua en vino significa la abundancia de la vida que Jesús ha venido a traer al mundo, la nueva vida y el verdadero gozo de vivir. Es un signo paralelo al de la multiplicación de los panes en el desierto. Uno y otro anticipan el sacrificio de Cristo, en el que se vuelca la generosidad de Dios sobre nosotros. Es lo que celebramos en la eucaristía con pan y vino, con el pan de cada día y con el vino de las fiestas. Es la gracia, que llena hasta rebosar las tinajas de la ley (de las purificaciones de los judíos) y que es el cumplimiento de todas las promesas.
El vino, signo de Cristo, que es la vid verdadera, a la cual se unen los hombres como los sarmientos al tronco de la vida. El Señor que convierte aquí el agua en vino, indicará después el vino como signo de su sangre: maravillosa conversión.

En las bodas de Caná, hay además una referencia al final de esta realidad. Es llamativo el acento puesto en aquel vino bueno -el mejor- el que se guardó hasta el final, siendo esto lo contrario de lo que hacen los hombres. Así es en el reino de Dios.

El cristianismo contiene esencialmente un misterio escatológico. De aquí que haya que tener la mirada puesta en el futuro: Lo mejor se guarda para el final. Y eso es para el creyente acicate de esperanza.

El colofón de esta escena kerigmática es el testimonio sobre la divinidad y poder del Señor que aquí resplandece. Que teniendo presente a la Virgen, nuestra Señora, en nuestras vidas medie siempre intercediendo en nuestra necesidad!

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión