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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 16. Marzo 2019 - 17:32 Hora
II Domingo de Cuaresma (Ciclo C)

1L.-La alianza tiene aquí carácter de promesa. Dios es el único que se compromete con Abrahán y su descendencia. Por eso el patriarca está dormido, y ve en sueños cómo Yahvé, simbolizado por la humareda y la antorcha, pasa por medio de los animales descuartizados. Los buitres que espanta Abrahán son sus enemigos y los de su descendencia.
2L.- Pablo invita a los filipenses a participar en la carrera que él lleva y a seguir su ejemplo. El cristiano nunca podrá perder de vista que es un peregrino en la tierra, donde "aguarda" (=espera) la venida escatológica del Señor.
Ev.- En la transfiguración los tres discípulos que serían testigos del abatimiento de Jesús en Getsamaní, fueron elegidos antes para ver su gloria en el Tabor.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Toda la historia de la salvación culmina en Jesucristo, y el momento de esta culminación es su exaltación en la cruz, para este trance trata de preparar a sus discípulos. Sólo hacía seis días desde que Jesús les había anunciado su pasión y muerte en Jerusalén y había tenido que reprender a Pedro porque intentó torcer su camino; pero éste sigue sin entender nada, cree que ha llegado la hora de disfrutar el triunfo y ahorrarse la pasión.

La blancura de los vestidos de Jesús y el aspecto de su rostro son la manifestación de la dignidad y gloria de su condición de Hijo de Dios. Moisés y Elías, representan la Ley y los Profetas -todo el Antiguo Testamento-, conversan con Jesús de lo que ha de cumplirse en Jerusalén.

La "nube" es símbolo de la presencia de Dios, cuya voz confirma a Jesús como el Hijo que ha venido a cumplir su voluntad. A él deben atenerse Pedro y sus compañeros. Lo fascinante de la presencia de Dios, se deduce de las palabras de Pedro y del temor de los tres discípulos al ser introducidos dentro de la nube.

La transfiguración es la anticipación momentánea de la última meta y como un aliento para seguir caminando hacia la pasión. Jesús les manda que callen lo que han visto hasta que todo se cumpla y resucite de entre los muertos.

La experiencia del Tabor, fue para los apóstoles y es para nosotris, un anticipo de nuestra esperanza. Jesús transfigurado es el modelo en el que nosotros seremos transformados. Pero antes hay que escucharle, hay que seguirle, hay que entrar en la nube de Dios, hay que subir con él hasta la cruz. Es amando hasta la muerte como nos transformaremos definitivamente. No es cuestión de hacer chozas en el monte, sino de bajar a las simas donde sufren los hermanos.

Sábado, 9. Marzo 2019 - 18:22 Hora
I Domingo de Cuaresma (Ciclo C)

I Domingo de Cuaresma (Ciclo C)
1ªL.- La fórmula que acompaña al rito de las ofrendas es una fórmula de fe. Podemos ver en ella que la fe de Israel no versaba sobre verdades abstractas, sino sobre hechos bien concretos: Dios elige a los patriarcas, saca de la esclavitud de Egipto a los israelitas y les da una tierra..., de ella proceden ahora los frutos que llegan al altar de Yahvé.
2ªL.- Pablo recoge la fórmula de fe más antigua de los cristianos: Jesús es el Señor. La proclamación pública de esta fe y la adhesión interior es lo que justifica y salva. Por tanto, evidentemente, no hay diferencias entre judíos y gentiles. Ello implica tener a Jesús como Señor, con la confianza en su salvación.
Ev.- El relato de las tentaciones expresa que Cristo, en su preparación para cumplir con su misión, experimenta todo lo que podría desviarle del camino de Dios, para vencerlo, y disponerse a cumplir su tarea conforme a la voluntad de Dios. Como el diablo no consigue desviarle del camino de Dios, le deja hasta la pasión, "la hora del poder de las tinieblas.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Las tres tentaciones proponen a Jesús que actúe (y busque eficacia evangelizadora) por ocaminos diferentes al querer de Dios, con un amor fiel, confiado, entregado hasta la muerte. Frente a eso, el diablo le propone:
1) Escapar de las dificultades y buscar bienestar utilizando el nombre de Dios. Le incita al ejercicio prepotente de su condición de hijo de Dios.
2) Dominarlo todo, y poder imponer lo que quiera imponer, rompiendo con Dios.
3) Conseguir la adhesión de la gente engatusándolos con actuaciones espectaculares en lugar de buscar convertir los corazones a Dios. Disponiendo de Dios en beneficio propio.
Tambien nosotros somos tentados. La Cuaresma es una prueba para la fe. Porque la vida cristiana es difícil y corremos el riesgo de dejarnos llevar de lo que hace todo el mundo, alejándonos de la fe cristiana. Por eso, el evangelio de hoy quiere alertarnos contra la tentación y animarnos en la lucha con la palabra de Dios y el ejemplo de Jesús.
* No solo de pan vive el hombre: El afán por ganarnos el pan puede anular otros afanes que también debemos alimentar. Jesús nos enseña que hay otro alimento: hacer la voluntad de Dios. Ante el hambre en nuestra tierra, no podemos afanarnos por nuestro pan sin solidarizarnos para que todos pueden tener pan, y vivir dignamente.
* No tentarás al Señor tu Dios: Dios, que es nuestro Padre, nos ha hecho libres y responsables, nunca hará por nosotros lo que nosotros hemos de hacer. Creer en la providencia no es pensar que Dios está a nuestra disposición. Es creer que, desde nuestra acción responsable, estamos en manos de Dios.
* Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto: cuantas veces hemos puesto nuestra confianza en nuestros ídolos y hemos abandonado al Dios de nuestro Señor. Ponemos más confianza en las obras de nuestras manos (la técnica, la ciencia, la política, el progreso...). No nos fiamos de nadie y tampoco nos fiamos de Dios.
Lejos de fundar nuestra vida en el amor al prójimo, la hemos basado en el recelo, en la hostilidad. Y para poner las cosas en su sitio, hay que empezar por ponernos en nuestro sitio nosotros. El hombre vale más que el mundo entero y, sin embargo, con cierta frecuencia se vende a cualquier precio. Esta es la tercera tentación.
Ya hemos entrado en Cuaresma. En esta cuarentena vamos a ser probados. Cada uno, en la soledad del desierto de su responsabilidad, ha de responder a la palabra de Dios y ha de vencer las tentaciones. El tiempo de la gracia es el tiempo de la decisión.
Que el cuerpo y la sangre del Señor nos alimenten y fortalezcan para que, superada la prueba, permanezcamos fieles en la fe, sin temor, sin dudar, sin rebajarnos o conformarnos con vivir como si no tuviéramos fe.

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