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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Jueves, 21. Diciembre 2023 - 21:12 Hora
IV Domingo de Adviento (ciclo B)

1L.- No es el rey el llamado a hacer una casa para Dios, que está con su pueblo en todo lugar. Es Dios quien hace una casa para el rey y para su pueblo: elige a sus descendientes y los hace hijos suyos.
2L.- Las últimas palabras de la Carta son una doxología, formulada desde la convicción de que el Evangelio no se puede anunciar sino desde esa misteriosa llamada gratuita de Dios, que, sin saberse por qué, nos escoge para esta misión difícil y dolorosa, pero magnífica y grandiosa al mismo tiempo.
Ev.- para Dios nada hay imposible. Él pide su colaboración a María y ella no pone objeciones. Se hace sierva de la voluntad del Señor.
PARA LLEVAR A LA VIDA
David quería pagar de algún modo a Dios los dones recibidos. Pero Dios no quiere que le paguemos con templos ni ofrendas y sacrificios. «El sacrificio que Dios quiere es un corazón contrito». El templo que Dios quiere es el de nuestra alma. Ahora es Dios mismo el que quiere construirse un templo. Lo va preparando en la propia dinastía de David. Tardará muchos años en formarse, será una casa pequeña, pero transparente, palpitante. Y el templo se llama MARÍA. Y tendrá una doble función: acoger a Dios en el alma y acoger al Hijo de Dios en el vientre. Su alma estaba llena de Dios, rebosante de su gracia. Dios moraba en ella en intimidad y compenetración perfecta.
Con la Anunciación el cielo se acerca entrañablemente a la tierra. Este es el suceso más trascendental, el que divide la historia. Todo rezuma encanto, sencillez, profundidad. Dios, el amor más grande, se adentra en el tiempo en su Hijo, y lo hace respetando la libertad humana, esperando la respuesta de María. Ella con incomparable humildad y obediencia, desde la grandeza de su fe se entrega enteramente a la acción divina, con docilidad ilimitada, desde una entrega total. Por su asentamiento se encarnó en su vientre la Palabra. Su afirmación superó todas las antiguas negaciones de la humanidad.
La respuesta de la Virgen hace de su seno y corazón el definitivo templo de Dios entre los hombres. Ella nos enseña que no se trata de colocar a Dios en un espacio externo. Se trata de ofrecer a Dios un espacio íntimo, cálido y palpitante, un lugar en el corazón. ¡Qué deseos tiene Dios de vivir en estos templos! ¡Cómo busca personas que le abran las puertas del alma, que estén siempre dispuestas a la escucha y la acogida!

Domingo, 17. Diciembre 2023 - 08:50 Hora
III Domingo de Adviento (ciclo B)

1L.-Isaías presenta la figura conmovedora de este profeta y siervo doliente que, impulsado y asistido por el espíritu de Dios, anuncia a los pobres la buena nueva de la salvación y la restauración de la justicia.
2L.- S.Pablo acaba su carta con algunos criterios generales de vida y de lo que ha de fundamentatrla: alegría, oración, acción de gracias.
Ev.- El Bautista cumple su misión. El es solo la voz: No soy el Mesías, ni Elías, ni el Profeta. Y cuando le preguntaron: ¿Quién eres?, respondió: Yo soy la voz que grita en el desierto:`Allanad el camino del Señor'. La voz que grita en el desierto, la voz que rompe el silencio.
PARA LLEVAR A LA VIDA
El Evangelio es una invitación y una advertencia. "Allanad el camino". El mensaje de Juan sigue teniendo vigencia hoy dentro del Pueblo de Dios.
Juan es un profeta como los del Antiguo Testamento, pero su anuncio no es remoto como el de aquellos, sino inmediato. Su bautizo era de contrición y humildad para que Israel pudiese reconocer, bajo las apariencias humildes, al Mesías.
"soy sólo la voz que grita". Acaso ¿Puede existir una vocación más humilde y grande? El no es Mesías, ni profeta, ni quiere ser personaje. Es solamente una voz, una llamada. Está hecho para gritar, si dejase de hacerlo, dejaría de, de ser. Si deja de anunciar su mensaje, se frustraría su vida. Es una voz solamente, pero que no se puede acallar, y que empezará a renovar el mundo.Es una voz, pero hija del Espíritu.
¡Cuánto vale su palabra! Cuando falten estas voces, el mundo habrá perdido su conciencia.
El Bautista no era la luz sino su testigo enamorado. No hay vocación más hermosa: Llevar un rayo de esperanza a los corazones entristecidos. Ayudar a entender que no todo es relativo. Encontrar el sentido de la vida. Ser testigo de la luz que ilumina todas las luces. Testigo del que es todo luz.

-Tú, ¿quién eres? Una pregunta que todos hemos de contestarnos. ¿Cuál es nuestra verdadera vocación? Ojalá también pudiésemos dar como respuesta que intentamos ser "testigo de la luz" y "voz que grita" su mensaje.

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