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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 26. Octubre 2019 - 07:59 Hora
XXX Domingo TO ciclo C

1L.-La justicia humana no escapa nunca a la parcialidad. Aun cuando sea equitativa, no responde a toda la aspiración del indigente o del oprimido. Sólo Dios recoge la infinita exigencia de justicia que acusa la injusticia, señalando la más alta meta a la realización humana.
2L.-Pablo describe su vida, como un atleta que piensa en los incidentes de su carrera. Está contento porque ha sabido mantener encendida la antorcha de la fe hasta la meta. Ahora confía recibir la corona merecida.
Ev.- El discípulo de Jesús ha de tener siempre presente que ante la grandeza del perdón de Dios nuestros méritos son escasos, el gratuitamente nos justifica y confía en que cambiemos.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
El Señor quiere enseñarnos a relacionarnos con Dios, desde la sinceridad y sencillez, con humildad (que es "andar en verdad" en la verdad de lo que somos). No suficiente orar externamente; es necesario hacerlo desde la hondura de la vida, con actitud sincera.
Y Jesús propone dos modelos de actitudes contrarias, ambos puestos ante Dios, los dos muy distantes.
Los oyentes de Jesús debieron quedar desconcertados al ver descalificada la oración del fariseo, hombre honrado y piadoso, frente al elogio de la oración de un personaje sin escrúpulos, que va a lo suyo, estafando a los demás, impío y sin más principios que el lucro, el afán de dinero. Un mamarracho, pragmático, ladrón y colaboracionista . Es obvio que Cristo no se descalifica las obras buenas del fariseo ni alaba los robos del publicano; sino que trata de enseñar que en la relación del hombre con Dios no cuentan nuestros méritos ni nuestros errores, cuenta nuestra humildad y desconfianza de nuestras fuerzas.
El fariseo sube al templo con autosuficiencia, con una espiritualidad hueca, vacía; no va a tratar con Dios sino autoafirmarse arrogantemente en su cumplimiento y se regodea en su perfección religiosa (no por malicia sino por un educación espiritual deforme). En cambio, el otro, un publicano, llega a la presencia divina urgido por su circunstancia (no sabemos cuál, algo que hizo tambalearse sus seguridades), y se sabe débil, incapaz, se siente abrumado por su historia de infidelidad y pecado; necesitado de ayuda para vencer sus defectos y salir de su postración, por ello pide humildemente auxilio. Es consciente de su pobreza espiritual y súplica compasión, fuerza y salvación. Por ello el cielo le escucha, acoge su plegaria, se difumina su pasado pecador con tal que se emplee en convertirse. Porque como manifiesta esta enseñanza ante Dios sólo importa la humildad y el arrepentimiento.
Reconozcamos que por nuestras venas corre sangre farisea. Nos creemos cumplidores y damos por supuesto el amor de Dios como gracia. Nos sentimos con derechos ante Dios por nuestra práctica religiosa y supuesta bondad. Superiores a los demás, altivos con los otros, despectivos con quien no cumple. Nuestro poco amor al prójimo es evidente. Reflexionemos, desconfiamos de nosotros mismos, crezcamos en humildad, entremos en dinámica de conversión, vivamos agradecidos y pidamos frecuentemente: ¡Señor, ten compasión de nosotros que no creamos de pecar contra ti y los hermanos!

Domingo, 20. Octubre 2019 - 11:02 Hora
XXIX Domingo TO ciclo C

1L.-El protagonista es Moisés que no es un estratega militar, sino un intercesor y un testigo de Dios. Con esa actitud revela que sólo en Dios está la victoria. El sujeto activo de la salvación es sólo Dios. La victoria en que Dios viene al encuentro es salvación. La tarea humana adquiere así sentido de salvación. Remite a infinitud.
2.L.-Pablo recuerda solemnemente a Timoteo cuál es su misión principal: predicar el evangelio.Cuando pululan tantos errores y cunde la confusión y las decepciones en la comunidad, Timoteo debe acordarse de la Sagrada Escritura.
Ev.- Jesús nos enseña que la oración ha de ser perseverante, ya que Dios respeta enormemente la libertad humana y no quiere imponerse al hombre. Dios hará justicia. Ya la ha realizado a través del Justo, en el proceso de Jesús. Pero llegará un día en que será una justicia plena de misericordia.
PARA LLEVARLO A LA VIDA
En tiempos de Jesús las viudas eran prototipo de una existencia en soledad y desamparo, y en los que abundaba jueces venales. La viuda de la parábola no tiene posibilidad alguna de ser escuchada por aquel juez injusto, pero insiste hasta que el juez cede para desembarazarse de ella. Es importante hacer notar que lo que pide es justicia. También la oración de los hijos de Dios es un clamor de justicia.

Si un juez inicuo no puede resistir la demanda insistente de una viuda desamparada, con mayor razón Dios, que es bueno, escuchará a los elegidos que le piden justicia. Pero no se puede pedir insistentemente justicia si no se trabaja con la misma insistencia por establecerla entre los hombres.
La vida de oración sólo puede darse si hay fe. Con su pregunta: "cuando regreses el hijo del hombre, encontrará está fe en la tierra?" Jesús nos amonesta para que mantengamos la fe hasta el último día. Entonces comprenderemos que Dios no es un sordo a los gritos de los justos, comprenderemos su silencio atento que aguarda solicito a darnos al fin la respuesta definitiva. Hasta que llegue ese día, la entrega generosa de mujeres y hombres fieles que obran la justicia en el mundo será el signo de la cercanía de Dios.

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