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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 1. Enero 2020 - 04:15 Hora
Sta María, madre de Dios

1L.- La bendición sacerdotal señala una función del sacerdocio: bendecir, invocar el nombre de Dios como la fuente de toda bendición, que abarca todo bien material o espiritual, siempre signo de su favor y protección, de gracia y paz.
2L.- Dios nos envía a su Hijo para contagiarnos de filiación, para unirnos a todos en la fraternidad. El Hijo de Dios se hace hombre para que el hombre llegue a ser Hijo de Dios.
Ev.- Tras la celestial revelación, los pastores se ponen en camino hacia Belén, y allí se les confirma el mensaje anunciado por los ángeles y cuentan lo que se les ha comunicado y cómo han sido conducidos al recién nacido Mesías-Niño.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Los pastores del relato no son simplemente los pobres y alejados, sino todos aquéllos que están prontos a escuchar la voz de Dios y a conformar su nuevo pueblo entre los hombres.
Aquellos que aceptan la palabra del ángel, se dirigen a observar el signo y encuentran al niño acostado en el pesebre. Su gesto se refleja en estos rasgos: a) encuentran al niño y le aceptan como signo de Dios ; b) confían en la palabra del ángel, creyendo en su evangelio (nacimiento de un salvador); c) glorifican a Dios.
La historia ha comenzado en Dios, que les ha puesto en camino hacia el niño del pesebre; desde el niño, aceptando el evangelio, todo vuelve a conducirles hacia Dios, a quien alaban por su obra salvadora.
Y María aprende de los pastores. Del arcángel Gabriel no nos extraña. Pero de los pastores... Así es la Palabra de Dios. Nos muestra así que cualquier prójimo puede ser portador de un mensaje de Dios, un instrumento de su misericordia.
El corazón, como un tesoro, se manifiesta en el caso de los pastores en que no cesan de alabar a Dios y proclamar su gloria. Después, aquella gente sencilla marcha de nuevo a su rebaño, pero ya, como se ha indicado, alabando a Dios por lo que han vivido y por lo que con fe se les ha permitido conocer.

Nosotros, lo mismo que los pastores: veneramos a un niño, envuelto en los pañales, indefenso, un hombre que morira ajusticiado. Tal ha sido el signo, el de Belén y del Calvario. En este signo se propone la epifanía radical de Dios que anuncia: Os ha nacido (ahí lo tenéis) el salvador, el Mesías, el Señor de todo el cosmos. Los pastores respondieron como creyentes; en ellos ha comenzado a brillar como en Abraham, la nueva luz de la verdad de Dios para los hombres. Ante esa manifestación se nos pide también a nosotros el valor de una respuesta de fe y entrega

Jueves, 26. Diciembre 2019 - 14:00 Hora
Fiesta de la sagrada familia

1L.-La sabiduría hace comentario al cuarto mandamiento: honrar a los padres. La pietas filial comporta respeto, servicio y auxilio; y ello como lenguaje del amor. Es una actitud que engrandece, enseña la cabal relación interhumana y orienta hacia Dios.
2L.- Emplea el apóstol la metáfora del vestido viejo y nuevo, para expresar la transformación radical. Revestirse de Cristo, significa adoptar sentimientos, actitudes y conductas nuevas, expresion del amor fraterno. El texto ofrece todo un programa de vida comunitaria.
Ev.-Jesús es el Siervo de Yahvé, marcado por la persecución y el sufrimiento desde el comienzo de su vida. Es el "vástago del tronco de Jesé", viene a restaurar el trono de David. El tirano Herodes, que ha usurpado el trono, se empeña en eliminarlo. Pero Dios está con Jesús y lo protege, hará que se cumplan sus promesas pese a la resistencia de los que se oponen a su plan.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Dios no ha querido ahorrarse ninguna experiencia humana, gozar del amor familiar y también experimentar el rechazo y la persecución. El episodio que narra S.Mateo, nos hace ver la unión de la familia en la dura experiencia de huir de la violencia. José, María y Jesús son una familia de "desplazados", a quienes la persecución obliga a huir a un país vecino en búsqueda de seguridad. A José le corresponde tomar decisiones y afrontar los problemas domésticos y resolverlos ejecutando órdenes divinas. María simplemente se nombra como la madre del niño. Entre líneas puede suponerse su armonía de criterio con José, que toma la iniciativa. Aquel hombre justo "tuvo oídos" para Dios. José y María creían en Dios, confiaban sin reservas en Él, se hicieron totalmente disponibles a su voluntad aún sin entenderla, sin recelo ni reproches. El niño crecía, con docilidad, bajo su protección paternal. Así era la Sagrada Familia. Esto tendría que ser una familia cristiana. Oremos por las familias y pidamos esto mismo:
Señor Jesús que quisiste comenzar tu vida como todo ser humano, en el seno de una familia, necesitado del calor, el alimento y el apoyo de los más cercanos; comenzando a aprender hablar y a caminar como todo ser humano... para poder después enseñarnos a nosotros a amar como Dios. Danos apreciar las virtudes domésticas y el valor de autenticidad que da el compromiso cotidiano humilde y oculto. Amén

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