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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 19. Julio 2020 - 19:54 Hora
XVI Domingo TO (ciclo A)

1L.- El sabio medita la historia y extrae de ella enseñanza. En las sucesivas etapas descubre que el poder de Dios es el principio de su justicia y de su misericordia. Su soberanía universal le hace mostrarse compasivo y perdonar al pecador que se convierte. La revelación de Dios enseña al hombre a ser hombre: el ser humano es la nota del justo.
2L.- El Espíritu viene en ayuda de nuestra incapacidad de orar, pues normalmente somos ciegos para descubrir nuestras miserias, no sabemos pedir a Dios la salvación con todanuestra alma. Cuando nuestra oración anda por los suelos, viene el Espíritu a levantarla hasta el cielo.
Ev.- El campo ha sido sembrado de buen trigo. Por la noche viene el enemigo; Satanás siembra la cizaña. Y en el mundo se produce la confusión, buenos y malos crecen juntos. Dios deja hacer. Deja crecer a los que El mismo ha sembrado, a sus hijos de adopción, y deja crecer al mismo tiempo la cizaña que El no ha sembrado. Y espera pacientemente
PARA LLEVAR A LA VIDA
Para Jesús, el reinado de Dios es una realidad dinamica comienza con la siembra de la Palabra, prosigue con la vivencia del Evangelio y termina al alcanzar su plenitud escatológica. El reinado de Dios ha comenzado ya en Jesucristo está gestándose, está por venir, nadie puede decir que ya está definitivamente en el reino de Dios; pero tampoco hay nadie excluido de él.
Eel reinado de Dios, se encuentra entre el ya y el todavía no, asi se expone en esta parábola del trigo y la cizaña El juicio final, será cel día de la cosecha, día en el que el reinado de Dios será una espléndida realidad consumada en toda su gloria. Pero, mientras llega ese día, no podemos anticipar el juicio ni excluir a nadie.
El reinado de Dios ha comenzado con la semilla del evangelio. La palabra de Dios, que es promesa, ha puesto en trance de esperanza a los que la escuchan con fe. Pero en este mundo hay otras semillas que no deben confundirse con el reinado de Dios, por ello crece la cizaña junto con el trigo. A las miradas superficiales se les hace difícil de entender: ¿Cómo deja crecer también al mal? A veces parece que los malos están más al resguardo en su vida material que los buenos.
La enseñanza es muy clara: Nada ni nadie está perdido, no es lícito juzgar a nadie antes de tiempo, el juicio está en las manos de Dios y mientras dura la historia todo está "sub judice". Vivimos en el tiempo de la paciencia de Dios.
Nuestra responsabilidad como cristianos es sembrar. Nada más. No somos responsables del proceso. El Reino es de Dios y él lo hará germinar cuando quiera. A nosotros nos toca tener abierto el corazon y tener la misma paciencia del dueño del campo que no quiere que se pierda ni uno solo.

El Reino de Dios se presenta en el evangelio como una comunidad de trigo y de cizaña, de justos y pecadores ¿Tenemos claro que yo pertenezco a la Iglesia, con mis con mis pecados y virtudes? ¿Soy paciente como el amo del campo de la parábola?
El bien y el mal están muy repartidos. No debemos juzgar a los demás, sino cuidar nuestro interior y someterlo constantemente a examen y limpieza con la ayuda de la palabra de Dios.

Martes, 14. Julio 2020 - 13:58 Hora
XV Domingo TO

1ªL.- Las primarias realidades de la lluvia que fertiliza y de la tierra que da frutos sirven al profeta consolador para hacer sentir a sus oyentes, casi muertos, la potencia creadora de la palabra de Dios que anuncia salvación. No vuelve a su procedencia, sin haber cumplido su encargo. Y su encargo es de crear como de la nada un pueblo nuevo. Desde la infinitud trae fuerza de vida.
2ªL.-El ser hijos de Dios es una realidad dinámica y en gestación. Aguardamos la hora de ser hijos de Dios en plenitud; pero el Espíritu Santo,nos ha dado las primicias y nos anima a llamar "Padre" a Dios, y gime en nosotros hasta la plena redención de nuestros cuerpos.
Ev.-La parábola del sembrador finaliza con una aclaración: las parábolas son un medio no decir nada a quien no esté en disposición de escuchar y de decir mucho a quien está en disposición de acoger el reino
PARA LLEVARLO A LA VIDA
Jesús no habla en parábolas para que no le entiendan; sino que las parábolas encierran un sentido profundo que requiere atención, interés, meditación. Son un provocación y un estimulo a la entrega.
El recurso pedagógico a las parábolas, que hace el Maestro, señala la ruptura con una espiritualidad pagada de sí misma, cumplidora, cerrada en sí misma (la de los sabios y entendidos), frente a una espiritualidad autentica y humilde (la de la gente sencilla). La Palabra de Dios es como una semilla, pequeña en apariencia, pero llena de vigor. No todos la acogen y la albergan en su corazón; pero quienes la reciben con fe darán fruto.
Lo significativo son los lugares donde cae la simiente: vereda, pedregal, maleza, terreno fértil. Los tres primeros tienen en común su falta de productividad, y el Señor nos advierte que eso es lo que hay que evitar. Se trata de una invitación a ser terreno fértil. Poco importa la cantidad que se produzca (eso depende de circunstancias que nos exceden), Dios no pide imposibles. Lo verdaderamente importante es "ser fecundos" en la virtud y productivos en el bien. A buen entendedor...: menos palabrería y más hechos. Esta es la clave del ser buen cristiano: obras, obras..., obras que siempre son amores y no buenas razones.

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