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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Jueves, 23. Julio 2020 - 13:52 Hora
XVII Domingo TO (Ciclo A)

1ªL.- Salomón no pide bienes personales, sino sabiduría y buen juicio para gobernar con rectitud. El pueblo de Dios solo puede realizarse sobre una base de justicia. Esa justicia es un don de Dios, que se da al rey para cumplir su tarea.
2ªL.- El acontecimiento salvífico ya realizado por Cristo. Él ha iniciado el proceso con su muerte y resurrección. Quienes aman a Dios han entrado en tal proceso, que no puede fallar por tener al mismo Señor como garantía.
Ev.-Jesús, para enseñar a las gentes el misterio del reinado de Dios, toma escenas de la vida cotidiana: un labrador que halla un tesoro en el campo, un mercader que encuentra una perla fina en el mercado, unos pescadores que echan la red barredera y cogen pescados grandes y pequeños... el Maestro, se acercaba a cada cual hablando su lenguaje

PARA LLEVAR A LA VIDA
Reparemos que Jesús para hablar del misterio del reino de Dios lo compara siempre a un suceso, no a una cosa. No es un tesoro, ni una perla, ni una red barredera..., sino lo que le sucede al labrador con el tesoro, al mercader con la perla y a los pescadores con la red. Lo que nos quiere decir Jesús es que nadie puede entrar en el reino como quien toma en propiedad una cosa sino como quien entra en una nueva dinámica y comienza a vivir con actitudes diferentes como peregrinos en la fe entre el consuelo y la esperanza.
La nueva vida comienza por pura gracia de Dios: se encuentra, se descubre como una realidad valiosa e insospechada, que no tiene precio, que no se puede comprar ni producir, es lo que realmente vale y todo es nada en su comparación.
Para el hombre que busca de sentido, que anda desorientado y errático, ninguna cosa de la tierra le sacia. En su necesidad el hombre puede agarrarse al dinero, al poder, a la fama, al placer, etc. Pero el verdadero tesoro no es cualquier cosa, sino el mismo Dios.
Escondido en nuestro mundo, cubierto por la humanidad sufriente y crucificada de Jesús de Nazaret, está el tesoro del hombre. Es ahí donde Dios se ofrece a los que le buscan. El que encuentra a Dios en Cristo experimenta una gran alegría. Se sabe agraciado por el Amor y libre para dar la vida, para darlo todo. Y, a partir de ese encuentro, todo cobra sentido.

Domingo, 19. Julio 2020 - 21:43 Hora
Solemnidad de Santiago apóstol, patrón de España

1L.- Los Hechos de los Apóstoles ofrecen noticia escueta del martirio de Santiago: Herodes lo mandó decapitar. Fue desde el principio un profeta incómodo. Su martirio es un estímulo para seguir audazmente en la denuncia profética.
2L.-La debilidad del que cree no es síntoma de fracaso, sino lugar de la manifestación de Dios. Si en la debilidad de Jesús se manifestó la gloria del Padre, en la poquedad del creyente aparecerá sin duda la verdad del mensaje.
Ev.-La petición de la madre de lo zebedeos se comprende porque pensaban en un reino temporal en el que habría honores, dignidades y puestos y aguardaban su pronto establecimiento. Sin embargo, el reino de Dios es muy distinto y sólo importa seguir a Cristo y ser testigos suyos en el mundo.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús es un incomprendido, cuando enseña se le malinterpreta. Con frecuencia su Evangelio es difícil de aceptar y preferimos traducirlo a nuestros intereses y conveniencia. A los apóstoles también les ocurrió, por ello el maestro ha de emplearse en hacerles ver que su intención no es proponer un nuevo modo de mandar. Que en el Reino, todo es diferente a como se organiza el mundo.
Santiago, el hijo del Zebedeo, fue un hombre apasionado hasta el fanatismo, ambicioso hasta apetecer para sí y para su hermano los primeros puestos, violento hasta desear que cayera fuego del cielo y arrasara una aldea en Samaria... Jesús, que lo conocía bien, le puso por nombre "Hijo del Trueno". De esa madera hizo Jesús un santo, de esa madera "santificada" hicimos nosotros nuestro patrón nacional.
Jesús lo eligió para hacer de él un apóstol y un testigo; un hombre capaz de obedecer a Dios antes que a los hombres, capaz de predicar el evangelio hasta el confin de la tierra, capaz de beber el cáliz de su Maestro y dejarse matar por la verdad. De la mano de Jesús descubrió que el corazón del verdadero discípulo no puede buscar la autoridad; ni el poder, ha de estar libre de toda ambición y deseoso de servir, hacer de su vida una entrega en bien de los demás. De adoptar la misma actitud que el Maestro: "que no ha venido a que le sirvan, sino a servir y dar su vida en rescate de todos".El apóstol Santiago, que predicó el evangelio con humildad, el testigo que fue decapitado por Herodes Agripa, nos invita a renunciar a cualquier fuerza que no sea la fuerza de la palabra de Dios, la única espada que necesitamos para extender la buena noticia en el mundo.

El camino de Santiago, el que recorrió Santiago sin otro equipo que un bastón y unas sandalias, no es un camino para el turismo, sino una peregrinación en la fe -difícil y necesaria- para todos los que quieran ser "de verdad",discípulos de Jesús.

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