Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Viernes, 14. Agosto 2020 - 11:56 Hora
Fiesta de la Asunción de María

1L.- El Apocalipsis ofrece la descripción, cargada de simbolismo, de la gran señal: la mujer (que simboliza la Iglesia) que esperaba la hora del Mesías. En contraposición aparece el dragón rojo, símbolo del poder adverso, que resiste a Cristo. Las cabezas, cuernos y diademas son símbolos de su fuerza y poder. Se establece una tensión entre ambos. El Mal acecha y no acepta la Esperanza. La mujer que huye al desierto es la Iglesia que permanece en la tierra en espera del triunfo.
2L.-San Pablo afirma que el final glorioso ya ha comenzado en la Resurrección, cuya fuerza se derrama hacia los creyentes, que participan en este misterio de la Vida Nueva. La victoria no será por imposición extrínseca, sino por la misma fuerza de la vida. De ahí que el enemigo por antonomasia sea la muerte.
Ev.-El Magníficat es un cántico que anuncia que Dios destroza los planes destructores del maligno y quiénes como colaboradores suyos oprimen al mundo. La fe en la Asunción de María es esencialmente la esperanza de una transformación radical del mundo y sus estructuras injustas y empecatadas.
PARA LLEVAR A LA VIDA
El saludo de María a su prima Isabel y su presencia provocan su respuesta entusiasta. Isabel se siente inspirada y prorrumpe en alabanzas a María para expresar la acción del espíritu que conmueve sus entrañas. Sólo gracias al Espíritu Santo puede conocer Isabel la dignidad del hijo de María y la gracia de que ha sido objeto quien viene a visitarla. Isabel, hace saber a María que no se ha fiado de Dios en balde. Esta confirmación hace que María prorrumpa en una alabanza al Dios que cumple sus promesas y en quien se puede confiar plenamente. María devuelve a Dios la alabanza que recibe de Israel. Dios es el que merece todo honor y toda gloria, el poderoso que ha hecho maravillas en su sierva.
En las maravillas que ha realizado el Señor en ella, reconoce el modo de proceder del Señor en la historia de la salvación de los hombres. Proclama que Dios subvierte el orden establecido por la injusticia de este mundo, y lo hace enalteciendo a los más humildes como ella. El Señor humilla, desbarata y despoja a los señores de este mundo y ensalza y colma de bienes a los más pequeños, a los hambrientos, a los pobres.

Lunes, 10. Agosto 2020 - 13:21 Hora
XX Domingo TO (ciclo A )

1L.-La experiencia del destierro en Babilonia fue provechosa para Israel en múltiples aspectos. Uno de ellos fue la interiorización de la vida religiosa y el reconocimiento del universalismo de la salvación. La alegría de la salvación no es posible si no reúne en una misma fiesta a todos los pueblos.
2L.-La historia de la salvación es el triunfo de la misericordia de Dios sobre el pecado de los judíos y de los gentiles; no hay entre ellos diferencia; unos y otros han desobedecido. Y si ahora la desobediencia de los judíos es ocasión para la obediencia de los gentiles, hay que esperar que al fin también vuelva a la obediencia el pueblo que ahora rechaza el evangelio.
Ev.- La súplica insistentemente de la mujer cananea es finalmente atendida por Cristo
PARA LLEVAR A LA VIDA
El evangelio recoge una escena insólita: una mujer persigue insistentemente a Jesús para pedirle no para ella, sino para alguien a quien quería más que a sí misma: pide para su hija. Jesús, sin embargo, se resiste duramente a escucharla, hasta arrancar del corazón de madre una preciosa plegaria. Y al elogio de Jesús a la mujer siguió puntualmente el cumplimiento de su petición. Aleccionadora escena. La súplica insistente que esta mujer mantiene con Jesús, pese a que la desatiende una y otra vez, resulta paradigmática. La cananea obtuvo lo que pedía porque se mantuvo en esa actitud de interpretación humilde.
Jesús enseña: "pedid... buscad... llamad..." Esta situación en precario es lo que define sustantivamente al hombre. De ahí la necesidad de mantener una oración perseverante.
En muchas ocasiones a lo largo de la vida hemos sentido el asombro del "silencio de Dios". Situaciones inexplicables, incomprensibles, que aparentemente no tienen respuesta. A veces nos sentimos como debió sentirse la cananea ante las primeras palabras de Cristo, excluidos del círculo de los suyos.

Hay que seguir leyendo y hay que seguir copiando de la cananea. Por encima del rechazo, del amor a la hija y la confianza absoluta en Aquél a quien se dirigía resolvió a su favor la situación, que no se le presentaba favorable. Consiguió lo que quería para su hija y recogió de Cristo, para ella, un auténtico piropo: ¡Qué grande es tu fe! Una fe a la que Jesucristo vinculó la concesión de lo que se le pedía.

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión