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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 30. Diciembre 2020 - 07:17 Hora
Fiesta de la sagrada familia

1L.- El respeto, la delicadeza en el trato y la gratitud hacia los padres, es clave en la vida de piedad, agrada a Dios y hace eficaz nuestra oración.
2L.- El apóstol presenta las relaciones de familia, como modelo de lo que debería ser toda la humanidad, una sociedad fraterna donde el auténtico amor allane.
Ev.- El niño es presentado en el templo y sometido al cumplimiento de la ley mosaica. Jesús, bien pronto comienza a aceptar las instituciones religiosas y sociales de Israel. Simeón reconoce al niño como cumplimiento de las antiguas profecías del II Isaías: "salvación de Dios", "luz para alumbrar a las naciones", "gloria de Israel". Es un anuncio del universalismo de la misión de Jesús.
PARA LLEVAR A LA VIDA
En Jesús comienza un proceso de acercamiento a Dios que ya no se extinguirá hasta la consumación de su obra.
Entre la inmensa muchedumbre que acude al templo, Jesús pasa inadvertido. Los sacerdotes, ocupados en sus ritos, no advierten nada singular. Los jóvenes padres, María y José, se entremezclan entre el gentio. Sólo un anciano y una anciana piadosos, que viven la esperanza en oración, con una fe recia y la paciencia infinita de las personas ancianas, aguardan al Mesías. Por ello sus ojos cansados reconocen al Señor. Y salen a su encuentro.
De la mano de José y María, asistidos por el Cielo, el niño crece. Este crecer de Jesús es la obra del Padre en el amor del Hijo. Nuestro esfuerzo, cualquier trabajo pequeño o grande de nuestra vida, debe encaminarse a la construcción en nosotros una vida de cara a Dios. Jesús realiza este camino en el seno de una sencilla familia de pueblo.
Cristo acude a un encuentro con la humanidad,. sin estruendo. En esta escena lo hace como un recién nacido.
Después acudirá como un maestro austero y bondadoso y más tarde, menesteroso cuando lo expongan desnudo en una cruz. Y cuando resucite, vendra de nuevo, se aparecerá, pero nuestras manos no podrán retenerlo: apenas reconocido, y ya ha desaparecido.

Viernes, 25. Diciembre 2020 - 00:44 Hora
Misa del día de Navidad (ciclo B)

1L.- El profeta despierta la esperanza. Anuncia la victoria, la paz y el reinado de Dios. Es algo tan cercano, que ya ve por camino al mensajero de la buena noticia y a los vigías de la ciudad cantando al Dios que viene. Todas las ruinas se antojan ya restauradas.
2L.-En tiempos pasados Dios dispersó su revelación valiéndose de los profetas y patriarcas del Antiguo Testamento. Pero Cristo es la última Palabra de Dios, y es inútil buscar a Dios sino en Cristo y su mensaje evangélico.
Ev.- Que "La Palabra se hizo carne", no se refiere al momento de la Encarnación sino a la existencia de Jesús desde la eternidad.
PARA LLEVAR A LA VIDA
El prólogo del evangelio de S.Juan recoge tres experiencias sin las que el ser humano es impensable: palabra, vida, luz. Tres experiencias de insondable eternidad divina. "En el principio", Dios se expresa en una palabra viva, y crea un interlocutor (el hombre concreto), con quien entabla un diálogo iluminador. Pero desgraciadamente este hombre rechaza la Palabra y se hace tiniebla, un ser para la muerte.
El proyecto divino es rescatarle y desarrolla una existencia humana visible, accesible, palpable. Si la tienda del encuentro, era morada de Dios entre los israelitas en su transhumar por el desierto, ahora es sustituida por Jesús. El cuerpo de Jesús se convierte en el templo de la presencia de Dios. En él, Dios habita en medio de los hombres, hecho un hombre de carne y hueso. Esa existencia humana es ahora el resplandor de Dios. Ha desaparecido la distancia entre Dios y el hombre, con la Palabra encarnada. Esta Palabra viene a mostrar la capacidad que tiene de dar vida y orientación a todo hombre que se acerca a ella. La encarnación no es ninguna apariencia: desde la experiencia de ser "humanos", de proceder con humanidad, es como hemos de acercarnos a Dios, a Jesús. El es la verdad y la vida de Dios hecha carne. Ama, cura, perdona. Vive y sufre como un hombre entre los hombres. Todos pueden verlo y oírlo. Todos pueden creer en él y participar de su plenitud de gracia y de verdad. Sólo quienes aceptan la Palabra, viven la asombrosa experiencia de ser hijos de Dios y la realidad de la presencia de Dios comienza a incidir en los hombres: este suceso constituye el momento decisivo de la historia de la salvación; lo testimonian los cristianos.

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