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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Lunes, 4. Enero 2021 - 09:44 Hora
Epifanía (ciclo B)

1L.-El advenimiento de Yavé convierte a Jerusalén en un foco de luz para todo el mundo, en un faro que orienta todos los caminos. Los pueblos que yacían en las tinieblas de la muerte se levantan y emprenden la marcha bajo la nueva luz.
2L.- El plan salvífico que estaba escondido desde la eternidad en Dios se ha dado a conocer. Su revelación es fruto del amor que Dios tiene al hombre. Es la salvación que se realiza en Cristo y por Cristo.
Ev.- Los Magos y sus dones ponen de manifiesto el misterio que se encierra en el niño nacido en Belén: Dios, Señor y redentor.
PARA LLEVAR A LA VIDA
La fiesta de la Epifanía es celebración de la manifestación de Jesús como Dios de todos los pueblos.
Fue la luz de la estrella -la fe- la que condujo a los Magos a adorar a Dios en el niño que ha nacido en Belén. La fe, es una actitud de búsqueda, que nos pon en peregrinación, un abandono de las seguridades y de puesta en marcha confiada tras una estrella que marca el camino.
Los Magos procedentes de Oriente, no eran reyes, sino hombres consagrados al estudio de los astros, que descubren una señal, y se sorprenden con el descubrimiento de una estrella nueva, y se ponen en camino siguiendo su luz. Tienen que dejarse guiar con humildad, emprendiendo la aventura de la fe: ¿Dónde está el nacido rey de los judíos? Esa es su pregunta y su inquietud, porque han visto una señal, un indicio... y han creído. Les llevó a donde estaba el niño, lo encontraron en brazos de su madre, descubrieron a un niño, pero con mirada de fe, supieron reconocer más allá de las apariencias su divinidad y realeza, le reconocieron como el rey de los judíos y Salvador del mundo, y lo adoraron como Dios humanado.
Y ése es el gran misterio, que hoy festejamos con gozo. Son muchos los que quieren esperar a ver a Dios para creer en él, y le piden señales, pruebas, hechos contundentes. Son incapaces de descubrirle en su prójimo menesteroso. Y de esta forma no pueden encuentrar a Dios, porque no lo saben buscar ni reconocer, buscan un ídolo que se ajuste a sus prejuicios. No entienden que la única imagen de Dios auténtica es el hombre, creado a su imagen y semejanza. Dios se ha hecho hombre, no una idea abstracta, sino un niño, uno como nosotros. Y desde entonces el único camino que conduce hacia Dios pasa por el otro, el hermano necesitado, hasta el nos conduce la estrella de la fe.

Sábado, 2. Enero 2021 - 00:45 Hora
II Domingo de Navidad

1L.-La sabiduría de Dios estuvo presente en la obra de la creación: en lo alto del cielo y en el abismo del mar, y anduvo dispersa entre todos los pueblos de la tierra.
2L.-La alabanza y la acción de gracias de Pablo va dirigida al Padre, de quien proceden todos los dones y que nos ha enviado a su propio Hijo. En éste, en Jesucristo, hemos sido elegidos para ser objeto de todas las bendiciones divinas y para llevar una vida santa.
Ev.- El prólogo del evangelio de San Juan, nos recuerda que "La Palabra se hizo carne". El proyecto divino realizado se concreta en una existencia humana, visible, accesible. Jesús es el lugar donde Dios habita en medio de los hombres. Desde la Encarnación, una existencia humana concreta, es el resplandor de Dios, su gloria. Ha desaparecido la distancia entre Dios y el hombre. Dios viene junto a nosotros para enseñarnos cómo es Él, para que conozcamos de Él aquello que resulta decisivo para nuestra vida.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús, la Palabra divina, es revelación de Dios. La palabra es comunicación, diálogo, revelación. Jesús, el Hijo único del Padre, el único que ha visto a Dios y nos lo ha explicado, nos ha dado a conocer el ser íntimo de Dios y su voluntad sobre los hombres.
Durante estas semanas hemos avivando en nosotros aquella esperanza del pueblo de Israel, alentada por los profetas, sobre la venida del Mesías. Hemos celebrado con devoción el recuerdo de la Navidad del Señor. La presencia de Dios en medio de su pueblo..., pero sin olvidar que sigue siendo Adviento en nuestra vida: Jesús vino, sigue viniendo a nuestras vidas y vendrá al final de la historia. Sólo preparando permanentemente el encuentro y caminando en la vida con ojos de fe, se puede vivir sinceramente en cristiano. Sin olvidar que el misterio de la Navidad es un acontecimiento permanente en el corazón creyente y se actualiza cada vez que la Palabra se encarna en nosotros, cada vez que nace en nosotros por la esperanza, por la fe. En la medida en que creemos que el Señor ya vino y, creyendo, vivimos su Evangelio besperando que regrese, en la medida en que amamos y servimos, caminamos hacia el Reino, continuará siendo Navidad.

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