Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Lunes, 11. Enero 2021 - 07:59 Hora
II Domingo TO (Ciclo B)
1L.- Samuel descubre su vocación, fue portador de la palabra en un momento de crisis de su pueblo, que lo reconoció como testigo. No buscó él la Palabra, sino que la Palabra lo buscó a él, y lo encontró abierto, receptivo, vigilante. Por eso fue su mensajero.
2L.- S.Pablo enseña que existe una íntima solidaridad entre el cuerpo y el Señor, que también el cuerpo participa de la salvación de Cristo. Constituido en templo del Espíritu, hemos dar culto a Dios en nuestro cuerpo. La fornicación aparece así como una profanación y rechazo del Espíritu que nos une a Cristo.
Ev.- El Bautista le presenta a Jesús a dos de sus discípulos; y lo hace sirviéndose de la imagen del cordero de Dios (imagen que remite al sacrificio). Los dos discípulos, le siguen en búsqueda del lugar donde Jesús vive. ¡no se nos revela el lugar! Pero se nos da la referencia de tiempo: serían las cuatro de la tarde (la hora en que eran sacrificados los corderos en el Templo para la cena de Pascua).
PARA LLEVAR A LA VIDA
En el bautismo de Jesús, Dios padre pide que escuchemos al hijo. "Habla, Señor,que tu siervo escucha".Dios habla siempre. Nuestro pecado está en no querer o saber escucharle.
La vocación es un llamamiento, pero también un destino y un futuro. ¿A qué estamos llamados? "Venid y ved"; la experiencia de la fe está apoyada en una unión personal con Jesús. "Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y permanecieron con El". Creer, es unirse a Jesús por la fe para vivir según sus indicaciones. Ser cristiano es también hablar a otros de Jesús y conducirlos a El, evangelizar!
Esta es una escena que nos muestra la simplicidad del proceso de evangelización: Escuchar a alguien que nos habla de Jesús. Decidirse a conocerle, el indagar, tal vez por simple curiosidad; no importa, lo determinante es buscar allí donde está Jesús. Algun día, se producirá el encuentro, una experiencia transformadora. Te sacará de ti mismo, de tu egoísmo, de tu falta de horizontes, empezarás a seguirle y acabarás comunicando tu descubrimiento de Jesús a los demás.
Jueves, 7. Enero 2021 - 13:10 Hora
Bautismo del Señor (ciclo B)
1L.- En el siervo el espíritu de Dios urge el derecho, la justicia; es luz para todos los que no ven sentido. El modo del siervo es suave, pero firme; no quiebra lo frágil, pero no se quiebra en su misión. Da a todos sentido, porque en él está el Dios que libera.
2L.-S. Pedro proclama la universalidad de la salvación que realiza Dios en Cristo. Todos los hombres son iguales ante la salvación, Jesús con la fuerza del Espíritu Santo, pasó por el mundo haciendo bien y curando a los oprimidos.
Ev.-Jesús se acerca al Bautista y le reconoce abiertamente sus credenciales proféticas. Se pone en la cola de los pecadores y recibe el bautismo haciéndose solidario con la humanidad
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús empieza su misión como siervo de Dios, se manifiesta solidario con la condición humana, desea compartir plenamente nuestra humanidad:
el mal, el pecado, el dolor, la limitación. Y lo asume, abriendo un espacio para la fidelidad a la voluntad de Dios. Por ello se pone en la fila, como uno más. El Bautista confiesa humildemente su testimonio de que Jesús es más y que no es digno de desatarle las sandalias. Y la voz de Dios, declara que es su Hijo amado, su predilecto. En él se nos muestra el camino hacia Dios, se nos desvelará quién es Dios y cuál es nuestro destino.
Él viene a traer la vida eterna a este mundo ensombrecido por la muerte, la paz en medio de la lucha, el amor que acalla el odio. Si le escuchamos y acogemos sus palabras, si seguimos su camino, nuestra vida se abre a la gracia, a la vida, a la eternidad.
Hoy es día de agradecer y crecer en la conciencia del valor de nuestro Bautismo: El Catecismo de la Iglesia enseña que la vida sobrenatural del cristiano tiene su raíz en el santo bautismo, que nos hace capaces de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo; que nos concede obrar bajo las mociones del Espíritu Santo; y nos permite crecer en el bien mediante las virtudes morales (CIC 1266).
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