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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Lunes, 8. Febrero 2021 - 07:27 Hora
VI Domingo del TO (ciclo B)

1L.- La ley sacerdotal defiende la comunidad de la lepra y enfermedades contagiosas. Las considera «impureza» ritual. Por eso el sacerdote dictamina su segregación, al descubrir la enfermedad. El enfermo debe hacerse notar, para que nadie mas se contagie. Plausible defensa de la comunidad. ¿Y la persona del enfermo? En otra página de la Biblia se mostrará que Dios también se acuerda de él.
2.L.- S.Pablo ofrece a la comunidad de Corinto el ejemplo de su vida, que es imitación de la de Cristo. Dos existencias vividas en plena libertad y en total entrega a los demás.
Ev.-Un leproso sale al encuentro de Jesús. Acercándose, transgrede la ley, suplicando de rodillas, ruega: "Si quieres, puedes limpiarme".
PARA LLEVAR A LA VIDA
Como enfermedad contagiosa la lepra exigía aislar al enfermo del resto de las personas. Sólo tras dictamen competente podía el ex leproso incorporarse de nuevo al grupo social. La regulación del procedimiento a seguir puede verse en Levítico 14, 2-32. Pero el leproso sabe que Dios no le abandona. "Si quieres, puedes limpiarme". Fue la humilde súplica, con la que expresa su convicción sobre el poder curativo de Jesús, y pide su voluntad para ejercerlo. Jesús, "Sintiendo lástima", accede a la petición. Y casi sin dar tiempo al sentimiento resuena la palabra divina: "Quiero, queda limpio".
Sin magias, ni extraños, acontece lo extraordinario: "desapareció la lepra.Y quedó limpio". La salvación se abre paso con fuerza, en la curación instantánea. Y le ordenó: ¡Ve a Jerusalén para que te declaren sano! De mí no digas nada. No soy el que importa sino la gloria de Dios y su voluntad de rescatar a los hombres.
Pero el ex leproso empezó a hablar de Jesús, a pesar de sus esfuerzos por pasar desapercibido.
Sabedores del poder de Dios, nosotros deberíamos rezar así: Señor ¡que quede limpio!, limpio de mi egoísmo, de mi avaricia, de mi soberbia, de mi vanidad. Porque conseguida esa limpieza veríamos claramente cuáles deberían ser nuestras verdaderas necesidades y cuáles nuestras peticiones; para dejar de pedir cosas superfluas que tienen más de superstición que de religión, que tratan de poner a Dios al servicio de nuestros intereses sin entregarle nuestra existencia.

Jueves, 4. Febrero 2021 - 08:33 Hora
V Domingo del TO (ciclo B)

1L.- Job en su soliloquio no ve más que la sombra de la condición humana: un servicio militar, un trabajo de jornalero, esclavitud sin horizonte, La vida es corta y frágil, tendida noche sin amanecer. Cobrar conciencia de la propia condición es saludable punto de partida, sin embargo sólo cuando logré pasar del monólogo al diálogo, la noche se le tornará día.
2L.-Pablo propone su actuación apostólica como modelo para los corintios. Renuncia sus propios derechos por ayudar a los demás. Lo hace no por una pura elección personal, sino por un impulso interior, vive tan profundamente el misterio de Cristo que no puede callarlo.
Ev.- Se nos resume la actividad de Jesús de cada jornada:
esta jornada simbólica, resumen de lo que hará durante tres años, hace ante todo dos cosas:
-Enseña. El es el Verbo, la Palabra de Dios.
-Manifiesta la misericordia de Dios en su poder: curaciones, liberaciones...
-Ora, tiene intimidad con su Padre y dialoga con recogimiento y quietud con el.
Todo ello lo hace muy sencillamente, con cercanía y gestos familiares, amistosos, humanos.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Está jornada de tareas de Jesús acontece en Cafarnaúm, una población grande. Su labor suscita entusiasmo pero él no se dejaba arrastrar por el entusiasmo de la gente. Al contrario: se escapa y busca la soledad para orar. Los discípulos no lo entienden ¿cómo es posible que no aproveche la ocasión?
Jesús quiere llegar a todos y les responde diciendo que la gente no está sólo en la capital, sino en todos los rincones perdidos de la geografía Galilea. El Evangelio se proclama en un "servicio" itinerante.
Y hoy como ayer, la humanidad se agolpa en el umbral de la casa de Pedro, que es la Iglesia. Donde, siglo tras siglo, se anuncia una buena noticia a todos, y a donde acude en busca de salud una multitud de lisiados y tullidos (incapaces de tender la mano y perdonar; o de extender el brazo y ayudar, o de ponerse a caminar hacia el encuentro con el otro pobre y humilde...) Y una multitud que ha perdido la esperanza y que acuden donde Jesús, enseña y anuncia la gracia de su Reino

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