Usted está aquí: Inicio

Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Domingo, 21. Marzo 2021 - 19:29 Hora
Semana santa. Microhomilías

Hermano sacerdote: Predica con corto sermón. No hables y hables sin decir nada, no leas folios y folios sin alimentar la fe, la caridad y la plegaria. No aburras y pruebes la paciencia a los fieles. Tú haz caso al Papa Francisco: deja hablar al Espíritu y haz espacio al silencio meditativo. Que nunca pese más la palabra humana que la Palabra de Dios.
Te deseo un Triduo sacro vivido con provecho espiritual

Domingo de ramos
El evangelio de la Pasión según S. Marcos que se proclama hoy, es el más próximo históricamente a los hechos y el relato más realista. Nos hace sentir intensamente el sufrimiento y desgarro de Jesús. Se subraya su angustia, su soledad, su miedo y el abandono de sus discípulos, la burla de los testigos. Se recalca el aparente fracaso de la cruz. La crucifixión termina en «un fuerte grito» y se destaca el desconcierto e incredulidad ante las primeras noticias de la Resurrección.
Al introducirnos en estos días, contemplemos, llenos de gratitud y devoción, el sufrimiento y la muerte de Jesús. Valoremos cuanto Cristo hizo por tí y por mí. Y dejémonos llenar de compasión, fe y esperanza, porque también nuestro dolor encontrará sentido como participación en la cruz de Cristo. No olvidemos que la Pasión de Cristo se prolonga en los menesterosos, y en ellos espera que le socorrámos compasivamente. Mirémos cada uno a nuestro alrededor y descubramos los sufrientes en los que Cristo aguarda necesitado de atención.
(Silencio)
Jueves santo
S.Juan, al relatar la última cena, intencionadamente no hace alusión a la Eucaristía, sino que describe el gesto del lavatorio de los pies. Jesús se levanta de su sitio y se quita el manto (todo un signo de su despojamiento), con ese gesto culmina el abandono del puesto que tiene en la gloria del Padre y toma ahora figura de siervo.
El lavado de los pies era un servicio para mostrar hospitalidad o deferencia. Lo hacía el esclavo más pequeño... Y así vemos ahora al maestro y al Señor, ocupado en aliviar los pies cansados y sucios de sus discípulos. Empeñado en que aprendamos el valor del servicio y de la entrega en bien de los demás... ¿Comprendéis lo que os he hecho...? Su pregunta va más allá del gesto; refiere a por lo que se ha colocado en el último puesto entre los hombres, a la motivación última.
¿Comprendéis? Esta es la interpelación que nos dirige "en la víspera de su pasión". Le respondemos que sí, pero No! No hemos comprendido, porque si de veras comprendiésemos... Que diferente sería nuestra vida, nuestra entrega!
(Silencio)
Viernes santo
Todos estábamos allí. En los jueces, con los sayones, con la gente curiosa, con la muchedumbre pasiva...Allí estábamos, porque en ese momento se concentraba toda la historia. Allí se concentraba todo el pecado de todos los hombres de todos los tiempos; y no sólo las grandes injusticias, los odios terribles, las violencias desatadas, las mentiras inconcebibles, sino también los pequeños miedos, las ridículas equivocaciones, los frecuentes engaños, las inconscientes omisiones, todos los pecados de debilidad e ignorancia. La cruz recoge toda la inhumanidad humana. Es la expresión de toda ceguera, debilidad y maldad. Es el triunfo de lo inhumano en estado puro.
Al cargar con la cruz, Cristo cargó con el pecado: el mío, el tuyo, el de todos.Todos estábamos allí, en la mente y en el corazón de Cristo. El nos conocía, sufría por todos, nos amaba y redimía. Estábamos allí todos, siendo objeto de la oración de Cristo, que nos iba presentando al Padre en aquel momento de gracia.Estábamos allí siendo objeto de su amor y amándole; siendo redimidos por él y mirándole con fe; siendo lavados en el agua y la sangre que fluían de su costado. Estábamos allí, recibiendo el Espíritu que él entregaba al Padre y a nosotros.
Como pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Amor sólo con amor puede pagarse! "Lo que con uno de estos pequeños hicisteis, conmigo mismo lo hicisteis".
(Silencio)
Vigilia Pascual
Las mujeres, muy de temprano, «al salir el sol», caminan al sepulcro guiadas sólo por su corazón. Sin decir nada a los discípulos, corren hacia donde su corazón les lleva. No pensaban en la losa, pero amaban al que estaba detrás de ella. Y cuando empiezan a pensar en la piedra, se dan cuenta de que ya no existe tal piedra, que la tumba está vacía, que hay un sol a la puerta del sepulcro.Y se estremecieron y se asustaron, y salieron corriendo. San
Marcos se queda ahí, en esa primera impresión ante el misterio. Después, todo se iría serenando, y el miedo daría paso a la alegría, y esta a dar testimonio: la tumba estaba vacía. Cristo ha resucitado en esta realidad creemos y tenemos puesta nuestra esperanza.
No celebramos un recuerdo, un hecho pasado. Celebramos a Cristo vivo, invisible pero realmente presente en medio de nosotros como el Señor Resucitado. Dejémonos ganar por la alegría. Dios quiere renovar los dones de gracia con que nos llenó el día del Bautismo y comunicarnos su fuerza, alegría, energía, esperanza, para vivir como discípulos del Resucitado. Dejémonos llenar de vida por el mismo Espíritu de Dios que resucitó a Jesús.
(Silencio)
Domingo de Pascua

Domingo, 21. Marzo 2021 - 07:42 Hora
V Domingo de Cuaresma (ciclo B)

1L.- Él profeta orienta la atención hacia el Dios que viene. La alianza, le sirve para expresar la nueva revelación de la salvación. Alianza nueva es perdón, conversión y pueblo de Dios con nuevo impulso. Esa realidad está naciendo ya en el anuncio del profeta.
2L.- El mismo Cristo, como hombre total que era, oró con lágrimas para que, si fuera posible, se le ahorrara aquella muerte; tuvo que experimentar en su propia carne la repugnancia natural ante una muerte. El que iba a ser constituido mediador de la nueva alianza, bajó hasta lo más profundo del dolor humano.
Ev.- Este pasaje anticipa y recuerda la agonía de Jesús en Getsemaní y su transfiguración en el Tabor. Ha llegado la "hora" de su "exaltación", de su muerte y de su verdadera glorificación en la cruz.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Se acerca la hora señalada para realizar la siembra necesaria, sin la que no sería posible la cosecha. Y Jesús es el grano. Es preciso que muera para que se extienda por todo el mundo su obra de salvación. La cosecha que Jesús espera es la salvación del mundo por la fe en su evangelio.
Jesús, que ha cumplido en su vida y en su muerte la ley de la siembra, la entrega, y nos invita a hacer lo mismo que él si queremos alcanzar vida eterna. Pues el que sólo se cuida de sí mismo, de salvar su vida, la pierde; en cambio, gana la vida eterna aquel que vive y muere por los demás.
El corazón humano de Jesús se atemoriza ante la muerte: Pero pide tan sólo que se cumpla la voluntad del Padre, pues para eso ha venido al mundo. Pide que sea glorificado el nombre de Dios; que manifieste a los hombres lo quiere ser para todos: Amor.
La "hora de Jesús" es también la hora del mundo. En ella se manifiesta que Dios es Amor, pero también deja al descubierto el pecado del mundo. Es la hora de la exaltación de su muerte en la cruz y de su gloriosa resurrección; es la hora del juicio contra Satanás; pero también es la hora del perdón para cuantos creen en su mensaje y aceptan la salvación ofrecida en Cristo.
Nos aproximamos a la Semana Santa y la Pascua. Jesús nos lo explica con una imagen gráfica: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto". Ese es el camino de la salvación que Cristo nos ha conseguido. Le contemplamos caminando hacia su Cruz, dispongámonos a incorporarnos nosotros al movimiento de su Pascua: muerte y vida, renuncia y gracia. Celebrar la Pascua es romper con lo viejuno del pecado y abrazar con energía la novedad de vida que Cristo nos quiere comunicar y esto supone lucha, dar batalla al mal. Estamos dispuestos?

Nueva contribución  Vieja contribución

Iniciar sesión