Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Domingo, 4. Julio 2021 - 09:33 Hora
XIV Domingo del TO (Ciclo B)
1L.-El profeta ha recibido una fuerza infinita para testigo de Dios entre los hombres, para ponerse en pie y proclamar un mensaje. Su testimoio no se hace oír nunca en balde, sea escuchado o rechazado.
2L.-San Pablo experimentó bla tentación del triunfalismo. Por ello, agradece a Dios que lo rodee de debilidades: poca salud, críticas duras, privaciones materiales, insultos, persecuciones... Para no olvidar que todo es gracia.
Ev.-Los vecinos de Nazaret no niegan la sabiduría de Jesús, sus milagros, la lucidez de su predicación; incluso se muestran sorprendidos por todo eso. Pero rechazan su enseñanza, y no se abren a la fe, porque conocen su origen humilde.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Cristo enseña con un estilo propio, que sorprende y molesta a sus paisanos. No relata el Evangelio lo que Cristo dijo en aquella ocasión (quizá quiere que el protagonista de la escena no sea el mensaje, sino el mensajero) sino la reacción de sus oyentes.
Los paisanos de Cristo lo rechazan. Aquel vecino corriente, que creció en la carpintería de su padre ¿cómo puede intentar imponerse a la audiencia?, ¿de dónde le viene ahora a enseñarnos nada?, ¿de dónde se saca ese modo de interpretar las Escrituras?, ¿con qué autoridad les cuestiona, creándoles inquietudes que no sucitan los peritos de la ley y los sacerdotes?
Y se indignan y se oponen ante aquel vecino, con tanta rotundidez que el evangelista apunta: "no pudo hacer allí ningún milagro". La cerrazón de aquellas mentes religiosas redujeron a Jesús a la impotencia... ¡Que lección! Porque está situación de la sinagoga de Nazareth, se repite cada vez que menospreciados (por nuestras manías) no ya la orientación, el consejo o la enseñanza de quienes Dios se sirve para manifestarnos el sentido de las cosas o expresar su voluntad, sino el mismo testimonio de vida de quienes con mayor coherencia, señalan el camino. Y así nos cerramos a la gracia e impedimos que Dios obre, por nuestros prejuicios.
Domingo, 4. Julio 2021 - 09:32 Hora
XIV Domingo del TO (Ciclo B)
1L.-El profeta ha recibido una fuerza infinita para testigo de Dios entre los hombres, para ponerse en pie y proclamar un mensaje. Su testimoio no se hace oír nunca en balde, sea escuchado o rechazado.
2L.-San Pablo experimentó bla tentación del triunfalismo. Por ello, agradece a Dios que lo rodee de debilidades: poca salud, críticas duras, privaciones materiales, insultos, persecuciones... Para no olvidar que todo es gracia.
Ev.-Los vecinos de Nazaret no niegan la sabiduría de Jesús, sus milagros, la lucidez de su predicación; incluso se muestran sorprendidos por todo eso. Pero rechazan su enseñanza, y no se abren a la fe, porque conocen su origen humilde.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Cristo enseña con un estilo propio, que sorprende y molesta a sus paisanos. No relata el Evangelio lo que Cristo dijo en aquella ocasión (quizá quiere que el protagonista de la escena no sea el mensaje, sino el mensajero) sino la reacción de sus oyentes.
Los paisanos de Cristo lo rechazan. Aquel vecino corriente, que creció en la carpintería de su padre ¿cómo puede intentar imponerse a la audiencia?, ¿de dónde le viene ahora a enseñarnos nada?, ¿de dónde se saca ese modo de interpretar las Escrituras?, ¿con qué autoridad les cuestiona, creándoles inquietudes que no sucitan los peritos de la ley y los sacerdotes?
Y se indignan y se oponen ante aquel vecino, con tanta rotundidez que el evangelista apunta: "no pudo hacer allí ningún milagro". La cerrazón de aquellas mentes religiosas redujeron a Jesús a la impotencia... ¡Que lección! Porque está situación de la sinagoga de Nazareth, se repite cada vez que menospreciados (por nuestras manías) no ya la orientación, el consejo o la enseñanza de quienes Dios se sirve para manifestarnos el sentido de las cosas o expresar su voluntad, sino el mismo testimonio de vida de quienes con mayor coherencia, señalan el camino. Y así nos cerramos a la gracia e impedimos que Dios obre, por nuestros prejuicios.
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