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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 1. Septiembre 2021 - 23:31 Hora
XXIII Domingo TO (ciclo B)

1L.-El profeta llama a una nueva confianza en Dios: la victoria sobre los enemigos está conseguida y con ella llega la liberación de Israel. El que redime viene como "salvador" que sana todas las debilidades del cuerpo.
2L.- El apóstol señala la diferencia que existe entre el comportamiento de Dios y el del mundo. Dios ha elegido a los pobres del mundo y los ha hecho herederos del reino ellos son ricos en la fe. No somos nosotros los que honramos a los pobres al sentarlos en un lugar preferente, sino que son ellos los que honran con su presencia nuestras asambleas litúrgicas.
Ev.-La curación del sordomudo. Jesús se hace entender
por el sordomudo, primero con gestos visibles, para disponerlo a la fe, después pronuncia la palabra eficaz, la enseñanza de Jesús escuchada por el sordomudo.
PARA LLEVAR ALA VIDA
Jesús realiza unos gestos simbólicos necesarios para comunicarse con el sordomudo.
Elevar los ojos al cielo es la expresión de una oración en silencio, de una súplica
El evangelista ha conservado en arameo la palabra de Jesús al sordomudo "effetá", para que se abra y se disponga a recibir el evangelio. Es una apelación de quien ve y escucha. El milagro de Jesús se hace entender primero con gestos visibles por el sordomudo y así lo dispone para la fe, después pronuncia la palabra eficaz.
La curación supone para el sordomudo un nacer de nuevo al mundo de las relaciones humanas. Ha sido abierto por la palabra de Dios y quien se cierra en sí no ha oído la palabra del reino. Es imposible hablar si no se puede escuchar, y esto vale también particularmente para la evangelización. Sólo quien escucha atenta y orantemente, puede después proclamar y confesar coherentemente el evangelio.
La sordera hacia las interpelaciones del Espíritu Santo señalando los retos de nuestro mundo, no sólo se debe a nuestras limitaciones o perezas, sino a nuestra sordera hacia su palabra. Pidamos a Dios que abra nuestros oídos y nuestros labios, para que no dejemos de anunciar dignamente la buena noticia del reino.

Miércoles, 25. Agosto 2021 - 20:07 Hora
XXII Domingo (ciclo B)

1L.-Israel escucha los mandatos que Dios le enseña cumplir. Así vive la alianza. El cumplimiento fiel de la ley procura la bendición o ayuda de Dios y con ella el respeto de todos los pueblos; pues no hay otro pueblo que tenga un Dios como éste, capaz de apoyar totalmente a su pueblo.Vivir la alianza es la misión de Israel; vivirla siendo totalmente fiel a un Dios que se muestra cercano, a pesar de que no se le ve ni tiene figura.
2L.-La actitud religiosa auténtica es una actitud de escucha: Dios tiene la iniciativa y nos interpela con su Palabra. El hombre tiene unas obligaciones concretas: disposición para la escucha, discreción en el hablar, renuncia a los accesos de ira.
Ev.-El Hijo de Dios, está por encima no sólo de las tradiciones de los mayores, sino incluso de la misma Ley de Moisés. Jesús muestra su autoridad. Lo que importa es la pureza del corazón, la buena voluntad. Pues lo que mancha al hombre no viene de fuera, sino que sale del interior.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Un grupo de fariseos se escandalizan al ver que los discípulos comían sin lavarse las manos según ordenaba la tradición. Los lavatorios judíos eran purificaciones rituales. Distinguían entre "puro" e "impuro" iban más allá de lo mandado en la Ley de Moisés y se atenían a tradiciones humanas codificadas en el Talmud y veneradas como si se tratara de la misma Ley de Dios.
Los fariseos universalizaron lo que no era más que una costumbre humana y acusan al Maestro de que permita a sus discípulos un comportamiento en contra de la "tradición de los mayores".
Jesús citando al profeta Isaías les reprocha que han reducido la religiosidad a formalidades sin espíritu; que practican un culto vacío, un culto de los labios pero no del corazón, que se atienen a preceptos humanos y quebrantan sin escrúpulos los mandamientos de Dios, y que con el pretexto de dar culto a Dios, le ofenden dejando en la miseria a sus propios padres.
Después se dirige Jesús al pueblo, y con autoridad divina, promulga una moral muy distinta que invalida de raíz todas las purificaciones rituales: Lo que importa es la pureza del corazón, la buena voluntad. Porque lo que mancha al hombre no viene de fuera, sino que sale del interior.
El discípulo de Jesús debe sacar de sí cuanto lo contamina: todo lo que le daña por dentro, lo que además hiere a los demás. La relación que hace Jesús pone como ejemplo es muy significativa: afecta a la relaciones personales, a la vida de matrimonio, a todo lo que de ordinario vivimos y hacemos. Porque en todas esos aspectos de nuestra vida de cada día, se juega la verdad o la falsedad de nuestra fe, de nuestro culto.

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