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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Sábado, 23. Octubre 2021 - 09:00 Hora
XXX Domingo TO (ciclo B)

1L.- El pueblo desterrado entiende la salvación como retorno a la patria. Como un nuevo éxodo por un desierto transformado. Quién se lo anuncia canta gozoso la salvación que, antes de recorrer el desierto, ya ha tenido lugar, en la esperanza. El resultado no es una nación que se reconstruye. Es un resto que congrega la fragilidad y la debilidad humana, redimidas.
2L.- Cristo participó de nuestra carne y sangre, y hubo de asemejarse al hombre en todo excepto en el pecado para llegar a ser sacerdote misericordioso. Se hizo solidario con todos los hombres por amor y se ofreció a sí mismo por los pecados ajenos.
Ev.- La curación del ciego Bartimeo
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús lleva tiempo instruyendo a sus discípulos, sin embargo topa con su comprensión es lo que ponen de manifiesto la petición de Santiago y Juan para conseguir los mejores puestos en el Reino. Su incomprensión les hace ciegos, no ven el "camino" de Jesús. Y aquí se sitúa el encuentro con el ciego Bartimeo. Está "sentado junto al camino", sin poder seguirle, a pesar de que le interpela con el título mesiánico de "Hijo de David" y de no faltarle fe. Su humildad le lleva a comprenderlo y a pedir la ayuda de Jesús: "ten compasión de mí". Y Jesús le da una palabra de curación. "Recobró la vista y le seguía por el camino". Camino y seguimiento!
Curiosamente, es la primera vez que Jesús en Marcos no ordena silencio al ciego. ¡Puede hablar y seguirle porque va por su mismo camino! En plena ceguera sobre el "camino" que Jesús propone, quiere y puede abrir los ojos de los que no ven para que le puedan seguir por su mismo camino.
Hemos de reconocer que, creyendo en Jesús, muchas veces no le seguimos de cerca porque estamos ciegos respecto al "camino" que nos propone. No hay peor ciego, que el que no quiere ver. El evangelio de hoy nos invita a la esperanza, si humildemente, los que estamos "sentados junto al camino", somos capaces de suplicar con insistencia, hasta encontrar respuesta: "Hijo de David, ten compasión de nosotros".

Sábado, 16. Octubre 2021 - 23:28 Hora
XXIX Domingo TO (ciclo B)

1L.-El Siervo entrega su vida como un sacrificio de expiación. Gracias a sus padecimientos se cumplen los planes del Señor. Dios restituye la fama a su Siervo y lo devuelve a la vida, que se prolongará en la tierra con una larga descendencia.
2L.-Siendo Jesús el Hijo de Dios y solidario con todos los hombres, se ha constituido en Mediador y nuestro sumo sacerdote que llegado a presencia de Dios intercede por todos.
Ev.- La petición de Santiago y Juan, la indignación de los otros sirve a Cristo para educarlos.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús se dirige a Jerusalén, camina con determinación, con el propósito de cumplir su misión, marcha resueltamente delante de los apóstoles. Entonces Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se adelantan del grupo le dan alcance y le piden ocupar los dos primeros puestos en el Reino. Y Cristo les advierte de su desconocimiento de lo que implica seguirle. Ellos no comprenden que el único camino que conduce a la gloria pasa por la cruz. "Beber el cáliz" es aceptar la voluntad de Dios; "ser bautizado" en su misma pasión y muerte. Por ello les pregunta si serán capaces de seguirle hasta la cruz. Esto es lo que debiera motivarles y no la preeminencia en los primeros puestos. La ambición de los hijos de Zebedeo indigna a sus compañeros, el grupo se divide. Pero Jesús los reúne de nuevo y les enseña que el camino cristiano es el del servicio y la entrega.
El estar a la derecha o a la izquierda no es algo que dependa de él; es el poder quien reserva estos puestos. Para ser el primero en cristiano, hay que hacerse el último y el servidor de todos. Frente a la "voluntad de poder" Jesús propone la "voluntad de servicio"; ante el servirse de los demás ponerse al servicio de ellos. Y sobre cómo ha de ser ese servicio, nos ofrece cumplido ejemplo en su vida y en su muerte.
A la vista está la falta de gratuidad en el seguimiento de Jesús por los apóstoles; esperaban beneficios. Y tú, qué esperas, qué ambiciones con tu seguimiento del Crucificado?
Supliquémosle que nos libre de toda ambición y presunción de querer ser superiores a los demás, que no caigamos en la tentación de pretender ponerlos a nuestro servicio. Entremos en la escuela del divino Sirviente y no apetezcamos otra cosa que servir como él sirvió

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