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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Miércoles, 10. Noviembre 2021 - 07:43 Hora
XXXIII Domingo TO (ciclo B)

1L.-La visión apocalíptica sitúa el triunfo de los justos detrás de un juicio. Quiere consolar con esa perspectiva al humilde pueblo de Dios en su humillación y opresión. Intuye que al conocido mundo de injusticia le sucederá un orden nuevo, en que los pobres del Señor tendran vida en plenitud.
2L.- La Muerte y Resurrección de Jesús han cambiado radicalmente el destino humano de cómo habría sido sin la intervención de Dios. El apóstol sabe lo que falta para llegar a la consumación total, pero esa realidad, ya ha sido lograda.
Ev.-Para el discípulo de Jesús todo lo catastrófico en el mundo encierra un sentido esperanzador: el alumbramiento de un mundo nuevo, de una nueva creación.
Sin la cruz de Cristo es imposible vislumbrar entre las tinieblas la salvación. Pero la cruz cristiana es signo de victoria sobre la tumba, la muerte, el pecado.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús quiere advertir a sus discípulos de lo caduco del orden presente, de esta realidad precaria en que vivimos, tendrá su final y le seguirá un mundo nuevo. Con esa intención se sirve de una comparación (vs. 28-29) y hace dos afirmaciones contundentes (vs. 30-31). Pero inculcarles esa certeza, no es sinónimo de profetizar una fecha: ésta permanecerá ignota, oculta.
La enseñanza del maestro emplea aquí del lenguaje propio del género apocalíptico que no es de naturaleza descriptiva sino simbólica e informativa. Jesús no trata de ofrecernos una guía detallada, exacta, para comunicar el desarrollo de unos hechos. Recurre a símbolos para expresar plásticamente una concepción sobre el futuro. En el que el final, es expresado con imágenes: cataclismos cósmicos, guerras, fuego, derrumbamientos, personajes celestes, señales luminosas, etc. Su significado no es literal, sino simbólico.
La desaparición del "mundo viejo" con todo que lo determina coincide con la irrupción de una creación nueva. En el mismo momento en que todo sea oscuro (confesión, caos), aparecerá el Hijo de Dios, Jesús, el salvador y entraremos en comunión con el Señor.
Los versos finales sobre el final de los tiempos contienen dos afirmaciones contundentes: - la permanente proximidad del fin; - y que el momento sólo Dios lo sabe el momento definitivo. El evangelio quiere inocular una tensión esperanzada e invitarnos a tomar conciencia de nuestra situación siempre expuesta y en precario.
Ya se está obrando la transformación! Jesús nos alerta que la vida es una tarea de gestación de una novedosa realidad, que emergerá un día. Día que El no está en condiciones de precisar, pero sí de asegurar.

Domingo, 7. Noviembre 2021 - 09:37 Hora
XXXII Domingo TO (Ciclo B)

1L.- el pobre no se aferra ni se reduce a lo que tiene. Vive más en la esperanza de lo que enriquece a la larga que en lo que remedia la falta del instante. Quien no hace de lo poseído el bien último, sino de lo esperado, tiene ya lo que espera. El poder del profeta tiene valor en cuanto signo de la fuerza creadora de Dios.
2L.- Jesús "ahora", es decir, en el tiempo entre su sacrificio en la cruz y la parusía, "está ante Dios" y su estancia en el cielo significa una fuente de salvación.
Ev.- Poner a disposición de Dios, en bien de los demás, todo lo que uno tiene para vivir, equivale a entregarse con sinceridad. No es suficiente dar lo que nos sobra. Cristo se ha ofrecido totalmente, una sola vez, y nos invita a imitarle.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús advierte que los letrados y fariseos, son hombres de muchas leyes y largos rezos, que hacen ostentación de su saber y de su piedad deslumbran a la gente sencilla, pero viven en la hipocresía.
Acabada esa enseñanza, pasa al atrio de las mujeres, en una de cuyas salas, había trece cepillos para recoger las limosnas. Jesús observa en silencio el comportamiento de la gente, ve que algunos ricos echan grandes cantidades haciendo ostentación. A Jesús no le impresiona pero se conmueve al ver pasar a una pobre viuda que sólo echa la moneda más pequeña, que era todo lo que tenía para vivir.
Quienes dan de lo que les sobra, aunque les cueste desprenderse de ello, dan sólo dinero. Pero, si uno da lo que necesita, está dando su medio de vida. El sacrificio agradable a Dios no consiste en dar lo que tenemos, y nos sobra, sino en entregar nuestras propias vidas.
Jesús llama a sus discípulos y comenta elogiosamente la conducta de la pobre viuda. Quiere que aprendamos a ser desprendidos y confiados en Dios.

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