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Miguel P. León Padilla

Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.

Lunes, 7. Marzo 2022 - 19:29 Hora
II Domingo de Cuaresma (ciclo C)

1L.- Describe un rito con el que se expresaba la voluntad de los hacían una alianza de que ellos mismos, caso de no guardar lo pactado, fueran destrozados por Dios como lo habían sido aquellos animales sacrificados.
2L.-Pablo invita a los filipenses a participar en la carrera que él lleva y a seguir su ejemplo. Ya conocen cuál es el sentido de la vida y lo que deben hacer para alcanzar la meta cristiana.
Ev.- La transfiguración
PARA LLEVAR A LA VIDA
teofanía de Dios: «mientras oraba» Jesús hombre se pone de manifiesto su realidad interior, descorriendo el velo de su cuerpo.

La escena está llena de símbolos. La blancura de los vestidos de Jesús y el nuevo aspecto de su rostro son la manifestación de la dignidad y la gloria que le correspondía como Hijo de Dios. Moisés y Elías, representan la Ley y los Profetas -todo el Antiguo Testamento-, conversan con Jesús de lo que aún ha de cumplirse en Jerusalén. La "nube", es símbolo de la presencia de Dios. De la nube sale la voz que confirma a Jesús como enviado de Dios, como Hijo que ha venido a cumplir su voluntad. A él deben atenerse Pedro y sus compañeros. Lo fascinante y lo tremendo de la presencia de Dios, se advierte en las palabras de Pedro y en el temor de los tres discípulos al ser introducidos dentro de la nube. Se trata de un aliento para seguir caminando. Jesús les manda que callen lo que han visto hasta que todo se cumpla y el Hijo del Hombre resucite
Pero junto a los símbolos en el relato de reflejan las paradojas: Jesús se manifiesta en plena gloria pero habla de su muerte. Los discípulos se adentran en el cielo, pero están asustados y «se caían de sueño». Quieren quedarse allí, pero tienen que bajar de la montaña para subir a Jerusalén. Dios les manifiesta al Hijo escogido, pero se les ordena no decir nada.

Se trata de un anticipo de nuestra esperanza. Jesús transfigurado es el modelo en el que seremos transformados. Pero antes hay que escucharle, hay que seguirle, hay que subir con él hasta la cruz, hay que entrar en la nube de Dios.
Es amando hasta la muerte como nos transformaremos definitivamente. No se trata de refugiarse en las alturas sino de adentrarse en la miseria para conquistar la gloria.

Jueves, 3. Marzo 2022 - 21:26 Hora
I Domingo de Cuaresma (ciclo C)

1L.-La fórmula que acompaña al rito de las ofrendas es una profesión de fe, que no profesa verdades abstractas, sino hechos concretos: Dios elige a los patriarcas, saca de la esclavitud de Egipto a los israelitas y les da una tierra...Y de ella proceden ahora los frutos que presentan sobre el altar de Yahvé.
2L.-La fe del cristiano consiste esencialmente en creer que Jesús es el Señor, el único Señor, y no aceptar ningún otro Señor. Que nuestro corazón no tenga más dueño que Jesús ni se someta a otra tiranía que la del amor.
Ev.- Jesús vence las tentaciones
PARA LLEVAR A LA VIDA
Es el Espíritu quien conduce a Jesús hasta el desierto para ser tentado. También en la tentación, el Hijo de Dios se hizo semejante a todos nosotros. Jesús es plenamente humano, y por tanto se le plantean vacilaciones sobre la misión que ha de llevar a cabo; que los cristianos atravesamos; Jesús quiere dejar claro que tener tentaciones no descalifica a nadie y desea enseñarnos a compartirlas apoyados en el poder de la Palabra.

En la primera tentación, es una incitación al ejercicio prepotente de su condición de hijo de Dios. El diablo propone a Jesús que resuelva su hambre, utilizando en su beneficio el poder que ha recibido del Padre. Jesús vence apoyándose en la palabra de Dios, expresión de la voluntad del Padre, que es poderosa para mantener al hombre en la verdadera vida. Y ésa, no el pan, es su verdadero alimento.

En la segunda tentación, es una incitación a romper con Dios, mundanizarse. El diablo
invita a Jesús a procurar los reinos del mundo y olvide el reino de los cielos. Pero Jesús prefirió servir a Dios.

En la tercera tentación es un incitación a comprometer a Dios caprichosamente. El diablo quiere inducir a Jesús a un abuso milagrero de la palabra de Dios, que promete proteger al justo y, pretende tomarle la palabra, que Dios le sirva en vez de ponerse confiadamente a servirle.

Aprendamos de Cristo a no dar tregua al tentador y su propósito de manipular a Dios y apegarnos a los reinos del mundo.

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