Miguel P. León Padilla
Participa en MUSICALITURGICA.COM en el Servicio Litúrgico, aportando cada semana una homilía para el Domingo correspondiente.
Sacerdote de la Diócesis de Segorbe-Castellón.
Sábado, 5. Octubre 2024 - 00:53 Hora
XXVII Domingo TO (ciclo B)
1L. -El relato del Gn expresa la convicción de que el hombre solo, sin compañía ni ayuda de la mujer, no es hombre ni puede vivir como tal.
2L.- El autor sagrado realiza las siguientes afirmaciones sobre plan de Dios respecto a
Cristo:
a)Durante su vida en la tierra se anonadó situándose por debajo de los mismos ángeles;
b)Después de su ascensión a los cielos vive coronado de gloria y está sentado a la diestra de Dios Padre;
c)La pasión y muerte de Jesús fueron condición necesaria de su exaltación en la gloria; Y el medio elegido para salvar a los hombres.
Evangelio.- Los fariseos polemizan con Jesús sobre la licitud del divorcio.En el matrimonio el ideal del Creador es la unión perpetua del hombre y de la mujer. Si en la historia religiosa de Israel había una legislación sobre el divorcio, ello fue debido al realismo bíblico sobre la fragilidad humana.
PARA LLEVAR A LA VIDA
se acercaron a Jesús unos fariseos exigiéndole que se definiera en una cuestión de escuelas rabinicas, la polémica mantenida entre los rabinos Schammai (rigorista) e Hillel (laxista) sobre el motivo necesario para repudiar a la mujer.Jesús, les pregunta qué ordena Moisés al respecto.
Los fariseos responden correctamente, y Cristo fija con claridad el estado de la cuestión. Y pasa a interpretar la ley de Moisés como una concesión necesaria por causa de la dureza de corazón de los hombres, incapaces de guardar un orden moral más elevado. En toda concesión, legítima en determinadas circunstancias, no hay que buscar nunca el ideal al que debe orientar tanto la legislación
En el matrimonio el ideal del Creador es la unión perpetua del hombre y de la mujer. Si en Israel había una legislación sobre el divorcio, era debido al realismo bíblico sobre la fragilidad humana. La Iglesia siempre ha concedido -en ciertas circunstancias- la anulación del matrimonio, pero jamás haciendo de ello un ideal, sino simplemente una concesión a la fragilidad humana.
La Escritura es el libro que narra unas bodas: las de Dios con su Pueblo, las de Cristo con su Iglesia. El matrimonio cristiano, alianza de un hombre y una mujer, es el símbolo de las nupcias definitivas. La humanidad redimida celebra en la Eucaristía los esponsales con Jesucristo, el Esposo del banquete de bodas
Jueves, 26. Septiembre 2024 - 23:03 Hora
XXVI Domingo TO (ciclo B)
1L.- El espíritu de Dios lo tiene el profeta como un don gratuito, no para propia utilidad, sino para servicio. Moisés recibe ayuda de Dios en la guía del pueblo de quienes, como él, son testigos del espíritu. Cuando todo el pueblo lo reciba y pueda dar testimonio, será la plenitud escatológica.
2L.-Santiago ve en las telas apolilladas y en los metales enmohecidos la prueba de la avaricia de los ricos y la causa de su condena cuando llegue el juicio de Dios.
El autor denuncia el escaso valor que tienen los bienes y tesoros en los que los ricos han puesto su corazón
Evangelio.-Jesús había enviado a sus discípulos a predicar el evangelio en Galilea. Cuando regresan, cuentan a su Maestro lo que les ha sucedido. Juan le pregunta sobre el modo como se habían comportado con un exorcista, a quien le habían prohibido arrojar demonios en nombre de Jesús porque no era del grupo. Jesús no reprueba abiertamente esta conducta, aprovecha la ocasión para enseñarles lo qué deben hacer en adelante en casos parecidos.
PARA LLEVAR A LA VIDA
Jesús nos llama a la generosidad y apertura hacia los otros: el que no está contra nosotros, está con nosotros.
Los cristianos, en lugar de imaginarnos hostilidades y crear enemigos, tenemos que contar y cooperar con todos los hombres de buena voluntad, que trabajan por el bien.
Todos los seres humanos pertenecemos a la misma familia. Entre seres humanos no debe caber la división o la discriminación bajo pretexto de las diferencias. Que han de servir para enriquecer y multiplicar la eficacia de la actividad humana, no para la desigualdad, las hostilidades y las guerras.
En este mundo, dividido y confundido, los cristianos tenemos que trabajar por la unidad, y luchar por erradicar todo cuanto divide y enfrenta a los hombres. Hay que desenmascarar toda ideología que pretenda segregar a los hombres. Para Jesús los nuestros son todos los que no están expresamente contra nosotros. Debemos alegrarnos cuando se trabaja desde cualquier ámbito en favor de la justicia y paz. Pero significa también que podemos y debemos sumar nuestros esfuerzos a los de todos los hombres de buena voluntad, aunque no compartan la misma fe o cultura. La fe cristiana no puede ser un pretexto para el separatismo o la discriminación, sino fuerza de Dios para la unión de esfuerzos en favor de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad.
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